Capítulo Único

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Buscaba un lugar tranquilo, un sitio alejado de los ruidosos del club de fútbol que no hacían más que montar alboroto, o al menos eso me hubiera gustado pensar, el inexplicable barullo que siempre formaban los del equipo me animaba, después de una...

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Buscaba un lugar tranquilo, un sitio alejado de los ruidosos del club de fútbol que no hacían más que montar alboroto, o al menos eso me hubiera gustado pensar, el inexplicable barullo que siempre formaban los del equipo me animaba, después de una semana de corrientes pero divertidos entrenamientos en el instituto, podía llegar a pensar que mi subconsciente buscaba algo más, algún reto nuevo al que enfrentarse, después de todo no se gana el torneo mundial de Fútbol Frontier todos los días. Era una tarde tranquila, se oía como algunos niños jugaban con los árboles y diversos columpios, era un parque al fin y al cabo, era de esperar un poco de ruido infantil de fondo. Alcé mi vista hacia la imponente torre que se erguía justo enfrente de mi tras dar unos tres sencillos pasos, se me pasó por la cabeza subir hasta el pequeño balcón que había un poco más arriba de mi cabeza, estaba segura de que las vistas desde aquella altura serían espléndidas, sin embargo me decanté por mantenerme a sus pies, también se apreciaba un lindo paisaje ante mis ojos.

El suelo húmedo causado por el frío ambiente que comenzaba a llegar me provocó un escalofrío, ya se veían algunas hojas del color del ocaso caer de los árboles que habitaban el parque de la Torre, era gracioso admirar tranquilamente como el sol comenzaba a echarse encima de los edificios a la lejanía, mezclados con el color del entrante otoño había un precioso color dorado en todas partes que me hacían ver aquel lugar diferente a como lo había estado haciendo hasta entonces. El paso del tiempo, eso era lo que representaba ese tono para mi, la despedida de un clima cálido y veraniego para dar paso a uno más húmedo y frío, aunque no me molestaba en absoluto, la chaqueta que siempre llevaba en los entrenamientos del equipo me protegían de cualquier viento que soplara además de mezclarme un poco con el entorno. Apoyé la espalda junto al aún más helador barrote de hierro que componía uno de los pilares que mantenían la estructura en su sitio, me hubiera gustado haber encontrado antes algún banco donde sentarme pero el simple hecho de acariciar la naturaleza con mis manos ya me relajaba.

Me mantuve inquieta por un tiempo que no sabría definir, para mi pasaron segundos, pero estaba segura de que no fue así, el sol era mi reloj y por un momento consiguió que mi percepción del tiempo se perdiera por completo. Una vez salí de mi sueño astral metí la mano en el bolsillo, la había encontrado hacia un par de días haciendo un poco de limpieza en casa y, aunque no sabía porque, la traje conmigo. Aquel pequeño cuaderno con el singular estampado de hojas otoñales me traía muchos recuerdos, llevaba conmigo muchos años, cuando era pequeña lo usaba a modo de diario, incluso el escribir mis sentimientos en estas páginas me ayudó en su momento a superar la mudanza a Japón desde Estados Unidos y separarme de mis amigos. Pasé mi mano suavemente por la cubierta, tapando y destapando así el nombre escrito con purpurina en todo el centro "AKI", en ese instante el mismo recuerdo pasó delante de mis ojos, fue un regalo de Ichinose por mi cumpleaños.

- E imaginar todas las cosas que nos han pasado desde entonces -comenté para mi misma con una sonrisa, me estaba poniendo melancólica, pero tampoco tenía intención de parar-.

Akki no Niki [ IE ] One-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora