Capítulo 8: Ensayo del Baile de Navidad.
Ron Weasley llamó la atención de toda la mesa de Gryffindor al quemarse con sus tiras de bacon.
-¡Mierda!- Exclamó mientras abría la boca y agitaba las manos para que su lengua dejara de dolerle.
-Eres un impaciente, Ron.- Se burló Harry.
-Dicen que desde que entró la moda de soplarle a la comida, nadie se ha quemado. Tal vez deberías ponerlo en práctica.
Al escuchar a Alexandra decir aquello, los gemelos estallaron en risas y Hermione dejó salir una tímida carcajada.
En ese momento, un joven Gryffindor se acercó a Ron con un paquete en mano, el cual dejó en la mesa.
-Para usted, señor Weasley.
-Gracias.
Ron empezó a abrir el paquete mientras que la atenta mirada del chico estaba sobre Harry.
-¿Puedo?
-No, ahora no. Vete.- Murmuró el pelirrojo.
Aquel chico no tuvo más opción que irse de allí, pero seguía mirando a Potter mientras se alejaba.
Hermione y Harry le miraban esperando una explicación ante lo que acababa de suceder.
-Le dije que le conseguiría un autógrafo de Harry.
Ron abrió el paquete y mostró una túnica algo antigua y extravagante.
-¿En qué estaría pensando mamá?
Al oír hablar de Molly, Alexandra le dio un codazo a los gemelos para que prestaran atención.
Ron se puso de pie para comprobar si la túnica le estaba bien, y eso hizo que todos los presentes en el Gran Comedor le miraran.
-¡Me envió un vestido! Creo que se ha debido equivocar, seguro que es para Ginny.
-¡Ni loca me pongo yo eso! Es horrible.- Exclamó la pequeña Weasley.
-Combina con tus ojos.- Le dijo Harry a Ron entre carcajadas.
-Es para ti, Ronald. Es una túnica de gala.- Dijo Alex.
-¿Qué?- Preguntó horrorizado. -¿Para qué?
Esa misma tarde la profesora Mcgonagall citó a los alumnos de la casa de Gryffindor en el Gran Comedor.
Una vez allí, en un lado se pusieron los niños y en otro las niñas para escuchar lo que tenía que decir la jefa de su casa, mientras que el celador Filch colocaba un tocadiscos.
-El baile de Navidad ha sido una tradición del Torneo de los Tres Magos desde que se estableció. En la víspera de Navidad nos reunimos junto con nuestros invitados para una noche de recatada frivolidad. Espero cada uno de ustedes se esfuerce por dar un buen paso, y lo digo literalmente porque el baile de Navidad es eso, un baile.
Los alumnos empezaron a murmurar en cuanto escucharon aquellas palabras.
Las chicas se veían emocionadas pero los chicos se veían algo molestos.
-La casa de Godric Gryffindor ha tenido el respeto del mundo mágico por casi diez siglos, y no permitiré que en una noche manchen ese nombre por comportarse como unos brutos animales.
Un silencio se formó en la sala, pero Alexandra se fijó en que George le murmuraba algo a su hermano gemelo.
-Bailar es dejar que el cuerpo respire. Dentro de cada chica hay un delicado cisne que desea salir para retomar el vuelo.
-Seguro que tú eres el cisne favorito de mi hermano.- Le murmuró Ginny a Alexandra entre carcajadas.
-No seas idiota.
-Al parecer aquí tenemos un cisne un tanto hablador. ¡Señorita Granger, levántese!
Unas pequeñas carcajadas se escucharon ante el aprieto en el que se encontraba Alex.
Ella se levantó con algo de pereza y fue hasta su profesora de Transformaciones.
-¿Sí, señora?
-Baile conmigo.
Lo gemelos silbaron numerosas veces al igual que otros estudiantes, entre los que estaban Ron y Ginny.
Harry solo se dedicaba a reír, pero Hermione mantuvo su expresión seria al saber lo que iba a suceder.
-Será un placer, profesora.
Filch puso la música mientras que Alexandra ponía una mano sobre la cintura de la mujer.
-¡Cuidado con esa mano, Alex!- Se rió Fred.
La pelirroja le regaló una sonrisa notablemente falsa y ambas comenzaron a bailar.
Para la sorpresa de todos, Alexandra bailaba estupendamente al son de la melodía, y llevaba a Minerva por todo el salón, haciendo así que la danza pareciera incluso sencilla a pesar de no serlo.
Hermione la miraba orgullosa, sabía que el baile era uno de los pasatiempos favoritos de su hermana pequeña, y lo llevaba a cabo de maravilla.
Los gemelos Weasley se quedaron con la boca abierta, mientras la seguían con la mirada.
Tras un par de minutos bailando, la música cesó y ambas mujeres se separaron.
Los alumnos aplaudieron y Mcgonagall hizo lo mismo al haberse llevado una sorpresa con una de sus alumnas más predilectas.
-Ya se puede sentar, señorita Granger.
Alexandra así lo hizo y en cuanto se sentó entre Hermione y Ginny, miró a sus amigos los gemelos.
Ambos estaban aún con la boca abierta y no dejaban de mirarla, así que ella les vaciló aún más y les mando un beso, haciendo reír a Ginny.
-Le has callado la boca a todos.- Afirmó la menor de la familia Weasley.
Tras una hora y media en la que Minerva Mcgonagall les enseñó los pasos necesarios para no hacer el ridículo en el baile de Navidad, todos salieron del Gran Comedor.
Alexandra iba con Ginny dirección a la Torre de Gryffindor, pero unos gritos hicieron que las chicas se pararan en mitad del pasillo.
Los gemelos se posicionaron frente a ellas en cuanto llegaron a donde estaban.
-Ginny, ¿por qué no te vas un rato con Dean?- Se burló George.
Ella bufó y se fue sin decir nada.
-¿Qué queréis?- Preguntó Alexandra con una sonrisa triunfante.
-Bailas... genial.- Dijo con simpleza Fred, el cual apenas podía articular palabra.
-¿Nos podrías enseñar? Queremos sorprender a nuestras citas.
-Mañana a las doce en el aula vacía del séptimo pasillo.
Ellos asintieron y Alexandra volvió a ir con Ginny, a la cual no le había dado tiempo a irse muy lejos.
Tal y como había prometido, al día siguiente la chica les enseñó los pasos básicos para un baile de gala.
No pudo evitar sentirse nerviosa al bailar con Fred.
El chico era algo torpe, se notaba que no había bailado en su vida, pero aprendía con rapidez.
-Los búlgaros se van a quedar boquiabiertos cuando te vean bailar.- Susurró Fred mientras bailaban para que sólo lo escuchara ella y no su hermano.
Ambos soltaron una pequeña risa y se quedaron en silencio, escuchando la música, hasta que él volvió a hablar instantes después.
-El chico que vaya contigo se tiene que sentir muy afortunado.
-¿Tú crees?
-Por supuesto. Bailar contigo es una maravilla.
Ambos se pusieron nerviosos sin poder evitarlo y no dijeron nada más, sólo disfrutaban de la danza que estaban bailando.
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Pequeña Granger || Fred Weasley.
FanfictionDonde Fred Weasley se da cuenta de que está perdidamente enamorado de su mejor amiga. | fred weasley x fem oc el cáliz de fuego - las reliquias de la muerte.