Hi.
Montones de humor estúpido y sin gracia. Aviso.
Me desperté no tan tarde. Abrí los ojos con cuidado, mientras los leves rayos de la luz del sol se colaban delicadamente a través de mi venta... Dios, este fanfic ya empezó asquerosamente.
—Otra mañana de mierda, de un día de mierda, de una semana de mierda, de un mes de mierda, de un año de mierda, de una vida de mierda —me dije en un susurro, intentando reírme de mí mismo. He estado algo... agresivo, en estos días; demasiado, si me lo preguntan.
Lo que tengo se puede resumir en —quizá muy exageradas o quizá producidas por una confusión— ganas de morirme. Siento que mi existencia es «desperdiciar aire». Todos mis amigos son jōnin y yo un simple chuunin, Rin se fresea y no me hace caso —ahre que para este punto es alto capricho y la trato como amiga siempre. Equis— y el idiota de Kakashi andaba fastidiándome a cada rato —ni me cae mal, el desgraciado; lo quiero.
Qué fastidio. A todos en el clan Nara les dió coronavairus, parte uno.
Me alisté, poniéndome el chaleco con muy pocas ganas. No tiene sentido ponerse un chaleco ninja si toda tu ropa de abajo es de civil, pero yo me entiendo.
Cuando salí, algo que me recibió fueron un par de miradas groseras disimuladas de manera inútil de parte de personas sin importancia de este clan. Ya me acostumbré, así que los miré peor. Aunque claro, no son todos; hay gente con la que no hablo, y personas con las que me llevo bien.
—Obito —llamaron. ¡Oh! Pero si es el viejo verde del lider del clan que se quiere coger a Minato.
Tengo que dejar de decirle así a Fugaku. I'm not okay, dijeron los mai kemical roumens.
—Hola, ¿necesita algo? —pregunté, tan amablemente como pude. Pero si se preguntan: no, no lo trato así todo el tiempo; el buen humor me dura dos horas y luego ni lo saludo. Es molesto fingir que alguien te cae bien.
Bien... No siempre soy así de hipócrita, les suelo dejar en claro que me caen mal.
—Ven ahora a la reunión del clan, Obito.
—Claro.
Se fue de ahí sin decir nada, ni una despedida. «Hijo de re mil puta», quise decirle. Estoy harto de esta vida estúpida. Todo es una estupidez.
Me retiré de ahí, hasta la famosa sala de juntas del clan. He pasado tanto tiempo en ese infierno durante esta triple asquerosa guerra, que podría ir con los ojos cerrados. Spoiler: fui con los ojos abiertos.
No me llevó demasiado tiempo llegar; no más del necesario. Están absolutamente todos los miembros del clan en esta sala.
—Buenos días a todos —saludó el lider de nuestro clan, en un vago intento de cordialidad; en media hora empiezan los gritos—. Se preguntarán qué hacen aquí —La verdad, no me importa. Se escucharon afirmaciones en todo el lugar. Ante el ruido, Fugaku volvió a tomar la palabra. Fijé mi vista en lo que estaba en el centro de la sala: dos ataúdes cerrados y ubicados de pie.
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¡Piojo hiperactivo!
Fanfic¿Y si en la tercera gran guerra ninja hubiesen revivido a los más grandes shinōbis de hace años? Quizá la labor de encontrar la pas hubiese sido más fácil. El «gran» Madara Uchiha fue reanimado por el edo tensei y tiene una misión muy importante...