Espalda recta, cabeza en alto, mi caminar firme y elegante irradiando seguridad en cada paso. Admito que había mujeres más hermosas, pero yo tenía algo que hoy en día escaseaba demasiado. Autoestima. Me detuve en medio de la calle, girando sobre mi misma con lentitud para apreciar cada detalle. Los pequeños puestos, los niños corriendo, las casas. Apreté los puños. Por un momento sentí como si estuviese en Shiganshina, de tan solo haber sabido que ese día sería la última vez que lo vería de pie, me hubiese dedicado a admirar cada detalle, cada persona. Esta vez, sabía que tal vez sería la última vez que viese Trost y a las personas que tanto quería.
Y después de un largo viaje, me encontraba en la entrada al infierno, sintiéndome como la primera vez que baje por esas escaleras. No quería hacerlo, pero tenía que. Una vez baje el primer escalón, supe que ya no había marcha atrás.
...
No era una prostituta, y nunca se me cruzo por la cabeza serlo, pero es mi mejor mentira para obtener dinero. En medio de la calle, había una carreta siendo tirada por cuatro hombres robustos en lugar de mulas. Necesitaba esa carga. Al sentir la mirada de esos cuatro sobre mí, me coloque la capucha y me encogí.
— ¡Oye! ¡Bonita! ¡Ven aquí! —Me llamo uno — ¡tengo algo para ti que te va a gustar!
Al escuchar como sacudía un saco con monedas me acerque a ellos con pasos temblantes. Puedo leer a las personas como si fueran libros, con solo mirar una vez a esos tipos supe que se sentirían atraídos por una chica que irradiaba miedo.
— Pero mira que tenemos aquí —acerco su cara a la mía dejándome oler su asqueroso olor a cigarrillo —dime, bonita ¿cuánto cobras?
—Qui-quince monedas —agache la cabeza, reflejando sumisión. Aunque también lo hice porque no soportaba su olor.
— Es tu día de suerte, ahora... déjame ver tu rostro más de cerca.
Me descubrió el rostro. El plan hubiese salido de maravilla, de no ser porque al mirar hacia un lado me toque con unos ojos que ya había visto antes. El tipo con quien había peleado hace un par de semanas.
— Que desgracia —suspire —lindo moretón por cierto.
Cuando escuche el sonido de dos cuerpos cayendo al suelo, tire una patada hacia atrás dando de lleno en el estómago de uno de los hombres.
— Los planes nunca salen como queremos —dijo Dante, un treintañero de cabellos largos y rojizos que normalmente lo llevaba suelto pero en los trabajos solía recogerlo en una media coleta. Su altura superaba el uno noventa y gracias a sus típicas botas de alto tacón tocaba los dos metros. Subió a la carreta y comenzó a acomodar las cajas para dejar un espacio en el centro —y bien ¿cuál fue la piedra en el zapato?
— Pele con este sujeto, no es por alardear pero soy difícil de olvidar —me volví hacia el único hombre que de los cuatro que quedaba de pie, levante una ceja al verlo apuntarme con un arma — ¿cómo piensas dispararme con toda la grasa de tu cuerpo temblando?
Aun con su mano temblando, disparo. Por el rabillo del ojo vi como la bala pasaba junto a mi cabeza, tuve suerte de atar mi cabello en una alta coleta o hubiese perdido algo de pelo. No le di tiempo de disparar otra vez, pues me abalance contra él tirando su arma de una patada y destruyéndola de un pisotón. Y por segunda vez sufrió el fuerte impacto de mi cabeza.
— ¡Alex! ¿Porque rompiste esa arma? —exclamo Dante —¡La hubiésemos podido vender en el mercado negro!
Ignorándolo, me coloque delante de la carreta tomando ambas varas. Era mi turno de hacer de mula. Ahora entendía porque era tirada por cuatro hombres, esa cosa pesaba un montón. Apreté los dientes, sintiendo como se marcaban las venas de mi cuello. Di un paso, luego dos, y al final pude comenzar a caminar e incluso a trotar. Continúe andando por calles abiertas hasta que Dante me llamo. Cambiamos de lugares, él tiraba de la carreta, mientras yo me levantaba la capa para ponerle a mi equipo los tanques de gas que faltaban para que fueran funcionales. Gracias a las cajas que me servían de paredes, los ojos que nos espiaban no podían saber lo que hacíamos. O eso esperaba.
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Short Story - Levi Akerman
FanfictionUna historia corta basada en el anime de shingeki no kiojin. ¡Espero les guste!