"Capitulo 30"

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—¿A dónde vas? —preguntó Gulf en un gran estado de somnolencia. Acababa de despertar, notando que estaba solo en la cama. Le llevó tres segundos vislumbrar al alfa de pie frente a un espejo, acomodándose la corbata.

—Tengo que recibir a algunas personas —comunicó, su voz sonando medio rara, y, luego de una breve pausa, estornudó, cubriéndose la nariz con el brazo por puro reflejo—. Mierda —masculló al darse cuenta de lo que hizo.

La manga de su traje había sido manchada por sus mocos. Definitivamente, no le había hecho nada bien tomar tanto frío anoche. Gruñó, comenzando desvestirse con prisa. Buscó otro nuevo traje, el cual se lo colocó con poca paciencia.

—Estaremos en mi estudio resolviendo algunas cuestiones. En unas horas me liberaré y cuando vuelva quiero verte estrenando algunos de mis regalos —volvió a hablar, volteándose para señalar un cúmulo de glamurosas bolsas de marcas mundialmente reconocidas. También había unos que otros paquetes.

El omega pestañeó consecutivamente, admirando todos aquellos presentes que ocupaban un mueble entero.

—¿Todo eso es para mí? —mencionó sorprendido.

—Sí… —sorbió los mocos, mientras se ajustaba el saco—. Me habría encantado llevarte a conocer a algunos famosos diseñadores, que te probaras algunos de sus innovadores diseños y que los desfilaras para mí. Pero dado que ya no podemos salir me limité a esto. La mayoría son trajes exclusivos, modelos para omega varones que se estrenarán esta temporada. Ahora son tuyos y quiero que, al volver, los desfiles para mí.

Dicho eso, y habiendo terminado de acomodarse otra vez la corbata, se acercó al omega sentado en la cama. Pensó en darle un beso en los labios, sin embargo, vaciló. Si estaba a punto de enfermarse, no quería contagiarlo. Así que sólo le besó la mejilla.

—Oh, y no solo quiero que los trajes sean desfilados, sino que también la lencería —agregó el alfa en un tono coqueto, ocasionando un ligero tinte rojizo en los pómulos del menor, quien sonrió y asintió.

Aquel sería un día entretenido, pensó Gulf. Muy entretenido.











El alfa estornudó una vez más. Tomó su caja de pañuelos y sacó uno para sonarse la nariz, la cual se encontraba levemente enrojecida. A decir verdad, no se sentía del todo bien, sin embargo no era nada que no pudiera soportar.

—Siento que lo mejor sería que ahora descanses —sugirió el omega—. Yo podría cuidar de ti hasta que te sientas mejor… Podemos hacer esto después…

—No hay después. Para mañana ya tengo preparado algo más, y para pasado también. No hay más tiempo. Además, no es nada, estoy bien. Son sólo estúpidos mocos.

El omega suspiró, no muy convencido. Adoraría atender a su alfa mientras se recuperaba de su prematuro resfriado. Le prepararía una humeante taza de té y luego, quizá, se acurrucaría a su lado dentro de la cama para ver alguna serie o película. Aquello no sonaba nada mal.

Pero no, allí estaba, mostrándole al alfa como le quedaban aquellos bonitos y deslumbrantes trajes Gucci. Eran todo un sueño, y le quedaban perfectos. Más de una vez le escuchó decir a Mew lo hermoso que era y lo mal que se sentía por no poder llevarlo a ningún evento para que luciera uno de esos trajes junto a él.

El alfa habría estado tan encantado de presumir a su omega frente a sus conocidos y no tan conocidos, que odiaba el hecho de tener que resignarse ante la idea.

—¿Y si mañana te despiertas sintiéndote peor? No, prefiero que comiences a cuidarte ahora.

El alfa bufó.

Sūblîme Dōmînacîón ꕥ MewGūlf [Adąpt.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora