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Íbamos caminando por la Alameda con la Claudia, su pelo brillaba como nunca, estaba perfectamente maquillada andaba con un vestido corto, pero no mostraba de más. Se notaba que ella me quiere y se esfuerza mucho para que esta relación llegue a flote, lamentablemente a mí no me interesa cuán hermosa sea.

Nunca amare a la Clau como amo al Jaime, sé que es un enojón culiao, bracitos de bebe, pero aun así lo amo como a nadie. Y eso en realidad me duele demasiado. No quería seguir aquí, aunque el Jaime lo negara él amaba caminar por acá, a pesar de la gente aglomerada en algunos sectores, los bocinazos molestos de algunos autos o simplemente porque odiaba caminar.
Gran parte de nuestros paseos eran por aquí o por algún parque, cuando salíamos en una "cita" no solíamos hablar mucho, pero en realidad las palabras estarían de sobra, nunca fueron silencios incómodos, eran silencios necesarios, o para mí lo eran. Con la Claudia los silencios no eran incómodos o necesarios, eran molestos, no teníamos de que hablar, siento que no la conozco, que no me conoce, que no la amo.


Mis pensamientos fueron interrumpidos por la Claudia.


- Ehh Nico... Estas llorando ¿Pasa algo?


Arghhh me puse a llorar inconscientemente por la chucha, ¿ahora que le digo? mintiendo soy una miegda.


- Me entro una basurita al ojo - Dije esbozando una sonrisa


- Ahh... - Dijo dudosa - ¿Y se te salió?


- Siiii, tranqui


Me empecé a rascar los ojos para hacer más creíble mi mentira, estaba mirando mis zapatillas. Cuando levantó la cabeza para poder seguir en marcha.


Lo veo.


Su barba igual de roja, iba feliz, iba con un suéter azul marino y unos pantalones negros, unas zapatillas negras y su mano iba con...


Los veo.


El Iván, si es tan maraco el hueón, ¿por qué lo quiere a el? ¿Serán sus músculos? el fleto andaba con unos pantalones color rojo oscuro, creo que se llama el color burdeo, y una polera negra con cuello v, ¿qué tipo de maraco ocupa ese tipo de polera?


Me ve.


El Jaime iba riéndose con el Iván, hasta que levanta su vista y con apuro avanza hacia mí.


Me ven.


El Iván sigue feliz, en cambio el Jaime tiene una cara de... no sé
cómo describirla.


¿Por qué me sigue doliendo?
¿Por qué mi pecho se contrae?
¿Por qué estoy enojado?


Se supone que mi felicidad es la de él. Debería estar feliz si él está feliz, pero yo esperaba que fuera feliz conmigo, no con él.


Me hice el hueón y tome de la mano a la Claudia y apuré el paso para que no se diera cuenta de que estaba escapando, otra vez... Pero el Jaime gritó mi nombre y agarro mi brazo.


¿Por qué arde en donde posas tu mano?
¿Por qué no me dejas ser feliz de una vez, amor?


- Hola - Dijo el Jaime besando en la mejilla a la Claudia


Pasaron los minutos y la Claudia con el Jaime pensaron que sería bueno que algún día fuéramos a tomarnos un café, si tan sólo la Claudia supiera a quien yo amaba. Ella no desearía eso, nunca le conté y tampoco se enteró de lo mío con el Jaime, al fin y al cabo él siempre se lo tomo todo como un juego, y si alguien se hubiera enterado hubiera quedado la caga, yo estoy en una relación y el también.


Pero de todos modos lo amaba aunque en su mente siempre estuvo el Iván, siempre que ellos peleaban yo estaba ahí para el Jaime, y me aprovechaba de su debilidad, teníamos sexo y volvíamos a la rutina de grabar, sus chistes maracos y sus enojos diarios.


Me duele, me duele que él no me ame, me duele que en su cabeza no esté yo, me duele... Me duele y mucho.


Estoy patéticamente enamorado de ti.


Quería decirlo, deseaba gritarlo y que luego me besara y me hiciera suyo, pero sabía que no era posible. Él tenía a él Iván y encontró en el algo que no tenía yo.


El Jaime me hacía sentir lo más especial en el mundo, eso es doloroso, me hizo pensar que era especial, pero de un momento a otro cuando arregló todo con el Iván me dejo de lado. Y entonces supe que tenía que actuar como si no me importase, pero me importa... y mucho.


Cuando ya habíamos llegado con la Claudia a mi casa pensé que lo mejor sería dejarla, no la amaba. Yo amo al Jaime, no puedo seguir así, me daña demasiado.


- Claudia - grite lo suficientemente alto para que escuchara desde el baño


- ¿Qué?


- Ven


- Me estoy depilando, espérame


No quería saber eso, la piel de la Claudia es muy suave, pero no tanto...
arrgh por la chucha Jaime sal de mi cabeza.


Empecé a jugar con el celular hasta que la Claudia viniera, pero de pronto mis párpados se volvieron pesados y tenía mucho sueño. Hasta qué de golpe me dormí.


[...]


- Nico, amor. Despierta


- ¿Jaime?


- Nico, ya po. Me estoy enojando


Desperté y vi a la Claudia. ¿Le dije Jaime? qué soy hueón por la chucha


- Claudia eh... no sé cómo decirte esto... esto... quiero... que... terminemos, ya no me gustas como antes. Lo siento.


- ¿Es por él, cierto?


- Ehh no quiero hablar de eso.


- Juégatela por el Jaime, no seas imbécil, madura y enfréntalo.

Me importasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora