Estudio bíblico Rut 1: 1-13
Estos últimos meses he aprendido como Cristo es el centro de toda la palabra.
Antes leía la biblia, me perdía y no entendía varios textos, sobre todo cuando se trataba del antiguo testamento, me estaba olvidando de que estos libros también están para que veamos a Cristo.
Hay muchas cosas que pasamos por alto cuando leemos la biblia olvidándonos de buscar a Cristo en ella, es por eso que en oración le pido al Señor que me muestre mediante el Espíritu Santo el verdadero significado del evangelio, mi pecado y la buena noticia de redención. Pidamos que abra nuestros ojos y oídos para entender lo que tiene que decirnos hoy.
La historia de Rut comienza en un periodo de oscuridad, muchos habían renunciado a sus creencias, no había estructura, andaban en desorden y hacían lo que querían.
El libro de Jueces termina así: "En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía"
En medio de esta oscuridad, en cada detalle que vemos en el libro de Rut vemos la promesa de redención. De igual forma, estamos en un mundo caído, lleno de oscuridad, pero Dios tenía un plan y envió la luz que necesitábamos para hacer todo nuevo.
Comenzamos leyendo el versículo 1 que dice:
Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos. (1)
Algo que me llamó la atención del versículo es que Belén significaba la "Casa del Pan". Aquellos días vivían un tiempo de hambruna. En su búsqueda por provisión este varón se dirigió a Moab, conocida por ser una tierra pagana, en este lugar se adoraban dioses falsos.
Esto me hizo pensar en cómo muchas veces apartamos nuestra mirada de Dios y buscamos que nuestros vacíos sean llenados por lo que ofrece esta tierra. Apartarnos parece mucho más fácil que reconocer nuestro pecado, arrodillarnos y esperar en el Señor. Nuestro Dios puede darnos lo que necesitamos, pero nuestra incredulidad no nos deja ver lo que Él puede hacer para llenar esos vacíos.
¿Por qué la casa del pan estaba pasando por hambre? Ellos estaban caminando en desobediencia. En Deuteronomio 11: 13-17 vemos que Dios los iba a proveer, pero Él les pidió obediencia. Ellos sabían lo que estaba escrito, sabían lo que Dios les había pedido, pero decidieron no obedecer.
El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos,los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido. (2-5)
Elimelec pensaba regresar a Israel, pero vemos que nunca regresó. Como vemos, en esta nueva tierra la muerte apareció. Cuando nos apartamos del Señor y queremos llenarnos del mundo, jamás encontraremos lo que en realidad necesitábamos.
Si estás buscando fuera de Dios, (algo que ya el Señor te ofrece) solo encontrarás muerte. Creerás que estás viviendo, pero en realidad estas muerto, solo estas caminando alejado de Dios,
¿Cuántas veces hemos tratado de cubrir nuestros pecados huyendo de Dios? Nuestro pecado sigue ahí, sea donde sea que vayamos. ¿Acudimos a Dios o nos encerramos en nosotros mismos, buscando soluciones temporales?
En una tierra pagana, se acostumbraron e hicieron una nueva vida. Los hijos de Noemí se casaron pero en un tiempo después murieron. Solo quedaban Noemí, Orfa y Rut, las cuales quedaban viudas.
Pasaron a ser vistos como la clase más baja y menos privilegiada según la ley. Estaban en un contexto patriarcal, donde la mujer no tenía rol en la sociedad.
Su sustento se había acabado. No tener esposo significaba estar desprotegidas. En este contexto también podemos entender por qué los parientes cercanos se casaban con la viuda, para protegerla y para asegurar una descendencia.
Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá. (6-7)
Este versículo nos trae de vuelta a la tierra de donde ellos habían salido. Esto ilustra cómo somos, estamos fuera del Señor, o nos alejamos de Él, pero Jehová nos atrae de vuelta, nos recuerda que Él es el único que puede proveer.
Si te has alejado de Dios, espero que este versículo te muestre que ese pan que tanto buscas solo te lo puede dar Él. Jehová quiere que vuelvas y no te quedes en tierras extrañas en las que se sirve a dioses falsos.
No importa la situación en la que estés. Como vemos en estos versículos, ellas socialmente están desprotegidas, pero debemos recordar que, no importa cómo nos vea la sociedad, Dios puede hacer grandes cosas. Noemí quería recibir esas bendiciones que Jehová estaba dando en la tierra de Judá, así que volvió a Él.
Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron. (8-9)
Volviendo al contexto histórico, Orfa y Rut estarían mejor con un esposo. Ir con Noemí representaba cuidar de ella, vivir como viudas y alejarse de sus tierras, de sus dioses y de su cultura. Noemí quería que ellas se casaran de nuevo, porque esa era la esperanza que tenían para que estén protegidas.
El beso y el llanto muestra el amor que había entre ellas.
Y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo. Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí. (10-13)
Noemí era consciente que con sus fuerzas no podría hacer nada por ellas. Ella no podía ofrecerles nada. No tenía otro hijo que se pudiera casar con ellas. Noemí también reconoce que desobedecieron, que se alejaron del Señor y que habían buscado en otra parte provisión. A pesar del pecado y el peso que podamos sentir por lo que hayamos hecho, volver al Señor no debe ser difícil. Esta decisión que toma Noemí nos muestra que sabe que Dios la recibirá, sabe el amor que Dios tiene con ella. Ella sabía que podía volver arrepentida y acercase nuevamente.
De igual forma, no olvidemos que El Señor siempre está listo para recibirnos. Dios nos mueve por que quiere tenernos de vuelta. No tengamos miedo de Él, nuestro Padre sabe lo que es mejor para nosotros.
Noemí vuelve porque confía en Dios. ¿Qué tan difícil es reconocer y volver? Ese impulso solo nos lo puede dar Dios mismo. Cuando lo conocemos ya no tenemos miedo, sabemos que Dios es bueno y bendice
Quiero terminar haciéndonos la pregunta ¿Quéactitud tomamos frente a nuestras rebeldías? ¿Reconocemos o nos alejamos? y Apesar de nuestras fallas, ¿entendemos que la misericordia del Señor es muchomás grande? ¿Nos acercamos confiadamente?
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El plan perfecto de Dios
SpiritualAntes leía la biblia, me perdía y no entendía varios textos, sobre todo cuando se trataba del antiguo testamento, me estaba olvidando de que estos libros también están para que veamos a Cristo. El libro de Rut es hermoso y es una sombra de lo que Je...