Cuando una ola se estrella en la orilla, se disuelve hasta ser nada. La arena absorbe la pureza del agua, y la convierte en neblina.
Cuando una ola se estrella con otra, la atracción la hace crecer, volverse más salvaje, dejando la armonía del océano permanecer intacta. Romper esa armonía lastimaría no solo a las olas, sino al océano entero.
Dicen que cuando dos hombres se besan, deben sentir una creciente enfermedad desde el fondo de su estómago. Esa enfermedad puede crecer y consumirlos por completo a menos que alguien le ponga fin y les enseñe lo que es correcto.
Jungkook no sentía una enfermedad de ningún tipo.
Solo una inmensa duda.
Muy temprano en la mañana después de ese día, Jungkook despertó con unos suaves labios sobre los suyos, esa simple acción haciéndolo sobresaltarse, apretando las sabanas en sus manos antes de saber que estaba pasando. Cuando abrió los ojos, vio a Rósie sonriendo, su aliento mentolado sobre su rostro.
—Tengo que irme. Aún es muy temprano así que vuelve a dormir. Te hice el desayuno, está en la cocina —dijo Rósie y Jungkook asintió débilmente, para después recibir un rápido beso en los labios.
Sus labios contra los de Rósie fueron lo que le recordó lo que estaba bien y lo que estaba mal. Esto, esto era lo que estaba bien. Era su virtud, a lo que debía obedecer si tuviera un poco de moral, así que se levantó en un movimiento casi doloroso y besó a Rósie un poco más firme, asegurándose de que sintiera todo.
Rósie sonrió sobre sus labios y se alejó después de unos momentos, sonrojada.
—Voy a extrañarte —le dijo.
—Voy a extrañarte también. Llámame —Jungkook le respondió y Rósie asintió.
—Por supuesto que lo haré, te amo —le dijo ella, besando su mejilla.
—Te amo también. Déjame llevarte hasta la puerta —Jungkook dijo y Rosie sacudió la cabeza.
—Oh, no, hace mucho frio allá afuera, no quiero que te enfermes —Rósie le respondió y Jungkook se levantó de la cama.
—No te preocupes por mí, Rósie —Jungkook dijo sonriendo, apartando unos mechones de cabello de su rostro —Espero que aproveches estos días para pensar en ti misma.
—Espero que aproveches estos días para encontrar tus propios intereses —le respondió ella, riendo.
—No creo que te guste que lo haga —Jungkook tomó un abrigo y se lo puso rápidamente antes de cargar la maleta de Rosie y salir de su habitación. Ella caminó tras él.
—No tienes que-
—Rósie, ¿no crees que te preocupas demasiado? Soy tu esposo, tengo que cuidar de ti —Jungkook dijo suavemente y Rósie asintió, mirando al piso. Jungkook besó su frente y después abrió la puerta para salir.
Hacía frío afuera, el cielo aun estaba oscuro. Un coche estaba esperando afuera de su casa con las luces encendidas. Era plateado, brillante, con el techo perfectamente cuadrado. Jungkook vió a Veronica sentada en el asiento del conductor.
—Bueno, Veronica me dijo que va a conducir hasta allá, supongo que está bien —Rósie dijo y Jungkook gruñó.
Bajó las escaleras de su casa hasta la calle, detrás del coche del que Veronica salió, viendo a Rósie y dándole un abrazo mientras Jungkook abría el maletero del coche.
—Déjame ayudarte —dijo una voz y Jungkook levantó la vista sorprendido de ver a Taehyung con su cabello rubio cayendo por su frente hasta sus ojos.
ESTÁS LEYENDO
SOMEBODY TO LOVE || TAEKOOK
FanfictionEnamorse de un hombre durante los años 50 nunca fue algo que Taehyung o Jungkook hubieran imaginado. Especialmente cuando ambos estaban casados con sus hermosas esposas. O la historia de dos amantes que nunca fueron el uno para el otro, pero el dest...