Relatos eróticos raros

Debajo de mi cama

Mi familia salía de viaje el fin de semana, el viernes por la noche me sentí mal del estómago, pero lo cierto es que quería quedarme sola en casa para descansar de mi familia, me llamo Laura mido 1.67 cm, no tengo mucho busto lo que tengo más son nalgas bien formadas, paraditas y duras, no soy delgada ni gorda lo normal para una chica de veinte años.

el sábado por la mañana mi familia salió muy temprano de viaje me despedí de ellos y seguí durmiendo, el día paso muy aburrido, comí vi todo el día películas, por la noche la cosa se puso más interesante, en la tv pasaban una película erótica muy buena que me empezó a prender rápido era sobre una chica universitaria que se metía con su profesor de unos cincuenta años pero por lo que se veía el hombre era demasiado bueno en la cama, justo una escena donde el hombre le quita las bragas en un museo al que fueron y después sin que nadie los vea se escapan y detrás de una escultura de cerámica la toma con fuerza y se la folla violentamente ella deja de respirar unos minutos y se muerde la mano para que la gente no la escuche gemir de lo lindo ahí decidí irme a mi habitación desnudarme cerrar cortinas, apagar luces y dejarme guiar por la porno que puse en mi móvil, algo más salvaje.

con mis manos tome mis senos y los masajee como no había nadie en casa deje que mis gemidos se escucharan, metí mi mano en mi vagina mojada mis dedos no tuvieron problemas en entrar para ese entonces mis gemidos ya eran más fuertes, sin descanso frote y frote hasta tener un orgasmo intenso y delicioso que me dejo dormida a los minutos.

al despertar ya eran las dos de la mañana estaba sudada y hambrienta me duche rápido me puse una tanguita negra y una blusa larga sin sostén, baje y pique algo del refrigerador, apague todas las luces cerré puertas con llave y me dispuse a dormir.

a la hora de estar dormida empecé a escuchar unos sonidos raros que provenían de abajo de mi cama yo sola con mucha imaginación el miedo empezó a hacer de las suyas, me cubrí con las cobijas hasta la cabeza y empecé a temblar del miedo porque sabía que esos ruidos no eran naturales, eran similares a un animal rugiendo o gruñendo, después de unos minutos se detuvieron los ruidos y el silencio abundo durante unos segundo que parecieron horas fui bajando la cobija de mi cara poco a poco la penumbra de la noche inundo mis ojos y me dejo atónita lo que vi después de que mi vista se acostumbró.

una figura con una capa negra y rojo estaba justo enfrente a mi cama su cabeza era de un animal y su cuerpo de hombre un hombre alto fornido y en sus manos tenía unas garras largas, y su cuerpo estaba completamente desnudo evidentemente su pene era enorme y estaba erecto, la perra que llevo dentro comenzó a inquietarse

más porque una chica como yo sola y indefensa esto le podía dar miedo al grado de orinarse una criatura que no se sabe que carajos es en medio de mi habitación en medio de la fría noche era algo espantoso, el miedo nunca se fue, pero el morbo y la curiosidad reinaron dentro de mí.

— ¡¿quién eres?!— dije con energía después de salir de la ensoñación de pensar que sigo dormida

— siempre he estado abajo de tu cama mi linda Laura, esperando el día tan deseado en el que pueda poseerte sin piedad, que grites y grites para mi

— que mierda dices ¡¿de dónde saliste? ¡¿quieres dinero ?! sal de mi cas ahora o llamare a la policía — ni yo misma sabía que es lo quería de lo que si estaba segura es que ese animal que llevaba entre las piernas cada vez se hacía más y más grande

— mi pequeña Laura hoy serás mía— con cada palabra se acercaba a mi

llego hasta la altura de mi cabeza y se acercó tanto que podía sentir su respiración que consistía en pequeños bufidos lo único que nos separaba era la cobija que con lentitud levantaba y alejaba de mi cuerpo, sus ojos eran completamente negros que por segundos me perdí en ellos cuando me di cuenta él ya estaba acostado a lado de mi