Hace miles de años, en un lugar muy lejano, existió un bello reino rico en bondad y felicidad. En él, el encantador rey rebosaba de felicidad al ser sabedor de que su mejor amigo, el duque más prestigiado de todo el reino, iba a tener una hija. Esto era una noticia fenomenal para todos los habitantes de Goddess, puesto que significaba que desde que la niña naciese, se formalizaría un compromiso con el pequeño príncipe heredero.Los años pasaron y no tardaron los padres de los pequeños Nicolás De Calixto y Adara La Dámasa en presentarles. Y qué decir, aun siendo los futuros reyes de Goddess, por el momento eran niños, y no tardaron en ponerse a correr como locos, jugando animadamente sin tener en cuenta sus futuras responsabilidades.
Por otra parte, teníamos hablando alegremente a la reina, quien sujetaba a un pequeño niño de tres años en brazos y a la duquesa, embarazada de pocas semanas. Hablaban sobre lo maravilloso que sería cuando se convirtiesen en cuñadas y sobre el futuro para el infante y el bebé no nato de la casa La Dámasa.
Eran tiempos felices, donde la alegría era siempre la protagonista y las preocupaciones no tenían lugar, mas eso acabó en el mismo instante en que Nicolás enfermó y días más tarde falleció, dejando así al infante Ilaya como el príncipe heredero a sus diez años de edad. Esta noticia fue un golpe duro para todos, sobre todo para los monarcas. Pero estaba claro que no podían desatender sus obligaciones, después de todo, un reino no se dirigía solo.
Temían por el reino, puesto que se había educado al príncipe Nicolás para ser el siguiente en gobernar, mientras que a Ilaya se le educó con otras directrices, que aunque aptas, no las adecuadas para reinar, lo que conllevó a que desde entonces, se encerrara al pequeño de diez años en palacio, hasta que cumpliera todos los requisitos para ser el soberano de Goddess.
Los De Calixto y los La Dámasa aclararon que no había mejor sucesora al trono que Adara, por lo que el compromiso pasó a ser con el ya nombrado príncipe Ilaya.
El día en el que el príncipe cumplió sus veinte años, se le permitió por primera vez en diez años, reunirse con la gente del reino, incluyendo a las hijas de la casa La Dámasa, Adara, su futura esposa, y Callie, la que fue su compañera de juegos hasta que lo encerraron en palacio.
Adara se quedó totalmente encandilada del joven Ilaya después de una primera conversación con él, y le sorprendió, debido a que desde que le anunciaron que se casaría con él, no dejaba de repetir que era un crío y que no era debido que se la emparejase con alguien tres años menor que ella. Pero ya observamos lo codicioso que es el destino, que no tardó ni una hora en hacer que se quedase prendada de él.
Las dos hijas del duque La Dámasa se fueron a vivir a palacio. Adara, para ir acostumbrándose a la vida en el lugar y Callie, como doncella de su hermana para buscar marido.
Vivir en el palacio solo hizo que todo se fuera al traste, pues no solo se estaban enamorando el príncipe y la mayor La Dámasa, sino que la pequeña Callie había caído rendida ante los pies de Ilaya, creando en ella una terrible obsesión por él.
Un mes después de instalarse en palacio, ocurrió una gran tragedia; encontraron restos de veneno en la taza del té de Adara, mas al ser tan solo una gota la que había caído, simplemente le dio un poco de fiebre que enseguida desapareció. Pero la preocupación y el revuelo se mantuvo en los habitantes por lo que podría haber ocurrido, dando a que registraran todo el palacio con la esperanza de encontrar alguna prueba. Y la encontraron en la habitación de Callie. Bajo su almohada, se encontró un pequeño frasco de veneno.
Días después mandaron a la pequeña La Dámasa a la horca, acusándola de intento de asesinato a la futura emperatriz por estar obsesionada con el príncipe.
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El cuento ideal
Short StoryAcabé siendo la muerta de un cuento macabro. Qué bonito, ¿no? -👑- Por el momento esta historia es un simple relato que no va a más. Tal vez en un futuro, cuando el resto de proyectos estén acabados, este relato se convierta en novela. También deci...