𑱔 Lavanda y margaritas. 𖥻01

𝑼𝒏𝒐 ! 🐑 ੭ ⧛ 𓄹 ៹

Año 845.

Era un nuevo día, los pajarillos cantaban cerca de tu ventana y tú solo te retorcias sobre las sábanas calientes de tu cama, rápidamente fuiste despertada por los gritos de tu madre, y después por la intrusión de tu padre en el cuarto, tapaste tu cara con una sábana y después sentiste como está fue arrebatada de tus manos.

–Vamos, despierta ___.–Dijo tu padre con una voz calmada y dulce mientras te miraba con una sonrisa.

–No quiero.–Dijiste y volviste a taparte pero está vez solo con la almohada.

–Si no te despiertas entonces no tendrás de almorzar.– Renegó con la cabeza y después dejó la sábana a tus pies.

–¿¡Qué!?–Te sentaste rápidamente en la cama y lo miraste con una expresión de sorpresa y enojo.–¿¡En serio le harías eso a tu hija!?

–¡Por supuesto que no! Pero mira, ya estás completamente despierta.– Rió divertido mientras salía de la habitación.– Apúrate, tendrás que ir por leña y flores cerca de las murallas, solo no vayas a salir de ellas.

– Está bien...–Te levantaste de la cama y rápidamente te cambiaste de ropa, solo te pusiste lo que acostumbrabas, un vestido color blanco que llegaba poco más abajo de tus rodillas y un pequeño moño rojo para quitar un poco de cabello que la mayoría de veces se situaba sobre tu rostro, bajaste al primer piso.–Buenos días mamá.– Sonreíste levemente y después te sentaste en la mesa, ya estaba tu plato de comida puesto por lo que solo comenzaste a comer.

–¿En serio irá _____ por la leña? Solo tiene 10 años, ¿Y si le pasa algo?–Dijo tu madre preocupada por dejarte salir de casa totalmente sola.–Además sabes lo que le hacen los niños a _____.–

–Estará bien, ella es demasiado fuerte, además podría matar a cualquiera que se le atraviese.– Diría tu padre a lo lejos, el cuál estaba arreglando el equipo que llevaría para poder traer la leña con facilidad de regreso.

–Sí mamá, estaré bien, no te preocupes.– Decías con la boca llena de comida mientras terminabas de comer.–Listo, he terminado, padre, madre regreso pronto, no se preocupen.– Sonreíste de lado a lado mostrando tu dentadura en lo que te ponías el equipo.

–No vayas tan lejos, si alguien te dice algo solo ignoralo, pero si alguien te hace algo tienes permitido golpearlo.–Tu padre se acercó a ti dándote un beso en la frente, en cambio tu madre solo renegaba por lo que te había dicho tu padre mientras se quedaba lejos de ti.

– Adiós papá.– Le sonreíste y saliste corriendo de la casa, dirigiendote al lugar en donde tomabas leña. Llegaste después de poco tiempo.

Buscabas con la mirada, estabas esperando a ver a los dos niños que siempre se encontraban cerca de ese lugar, ¿Cuáles eran sus nombres? Aun que siempre los veías nunca habías tenido la oportunidad de hablar con ellos, más bien, nunca lo habías intentando, siempre eras acosada por los niños y niñas del pueblo, aún que podías defenderte preferias ser golpeada a golpear, eras demasiado pacifista, seguías buscando, no veías a ninguno de ellos, por lo que te desanimaste.–Rayos... Pensaba que hoy por fin podría hablarles.–Sentiste una ráfaga de aire proveniente de un lugar, regresaste tu mirada al mismo, quedaste totalmente asombrada, era un círculo casi perfecto en esa colina, lleno de margaritas, tus ojos se abrieron como platos y miraste con emoción y entusiasmo, caminaste hacía aquél lugar al subir la colina, al llegar a la punta viste un gran árbol y lo que parecía ser una niña, era rubia, y su cabello era algo corto, llegaba por arriba de sus hombros el cuál ondeaba con cada ráfaga de aire que pasaba, se encontraba sentada en las raíces del árbol, su mirada estaba centrada en lo que parecía ser un libro, por lo que no podías ver su cara, te quedaste quieta con un poco de miedo, pues no querías tener problemas nuevamente con una niña, te diste la vuelta y comenzaste a caminar hacia abajo de la colina hasta que sentiste alguien tomar tu mano, era la niña.