7: Estrellas en el cielo

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Gao Yusheng se dio cuenta de que estaba sosteniendo una mano que no era muy gruesa, sin embargo, era extremadamente cálida, y subconscientemente la apretó con fuerza antes de soltarla. —Lo siento.

A Zhai Chen no le importaba. Luego lo siguió a la oficina, colocó la silla de recepción frente al escritorio de la oficina de Gao Yusheng y se sentó. —¿Me pediste que viniera aquí para ver el cortejo fúnebre?

—No—. Gao Yusheng le sirvió un vaso de agua. —No estaban aquí cuando te llamé. Quería hablar sobre ti.

—¿De mí?—. Zhai Chen tomó el vaso. El transparente vaso estaba lleno de agua clara con una leve fragancia de menta. Debería haber estado empapado con hojas secas de menta en el hervidor. A la gente de alto nivel generalmente le gusta beber café caro o vinos extranjeros de brillantes colores, pero Gao prefiere beber agua de menta barata, lo que no lo hacía parecer un presidente autoritario.

—Sobre tus... superpoderes—. Gao Yusheng consideró sus palabras y le dio una designación a la fuerza inusual de Zhai Chen. —Siempre has expuesto tu especial habilidad a personas como esta, lo que es muy peligroso. Para la fuerza que es diferente a la de la gente común, siempre habrá alguien que pueda se dé cuenta de ello como yo.

—¿El señor Gao me está amenazando?—. Zhai Chen tomó casualmente una regla de acero de la mesa y jugó con ella. Golpeando ligeramente el vaso de cristal transparente como si al golpear el vaso pudiera hacer lo mismo a la hermosa y única cara de Gao Yusheng, sin acercarse a él. —¿Cuáles superpoderes? No entiendo lo que está diciendo el señor Gao. 

—No pretendo ofenderte, sólo es una sincera sugerencia. Es más seguro encontrar a un empleador fijo que esté dispuesto a guardarle secretos—. Gao Yusheng puso sus manos y dedos sobre la mesa, haciendo un gesto inofensivo y fuerte. —Por supuesto, también es por mi propio bien. Me he encontrado con el mismo problema que Li Ting.

—¿Eh?—. Zhai Chen dejó de jugar con la regla de acero: —¿También te está siguiendo tu exnovio?

—...

—Ah no, exnovia, ¿es la que está en la planta baja de tu empresa? Parece un poco peligrosa, quiere que pagues tus deudas de sangre con tu propia sangre*—. Zhai Chen suspiró, como si hubiera visto el cuerpo de Gao Yusheng roto en pedazos.

—Hay muchas personas que me maldicen hasta la muerte, no le temo a una mujer loca que no tiene poder de ataque—. Gao Yusheng sintió la hostilidad de Zhai Chen. Así que apretó las venas que iban a salir de su frente y sacó un sobre transparente del cajón que contenía una colorida hoja de papel. —Recibí esto.

Había una lista de comida para llevar mal impresa en el frente y un extraño patrón en la parte posterior. El patrón estaba compuesto por círculos concéntricos, con doce signos de constelaciones pintados alrededor, con un ojo redondo en el medio. Cuando Zhai Chen vio el trozo de papel, una capa de sudor frío brotó en su espalda.

—¡Una lista para llevar!—. Zhai Chen la recogió y la miró con atención. Era la misma pequeña lista de comida con la que Li Ting bajó las escaleras en la puerta de su casa ese día.

Esta lista se mezcló en el servicio de mensajería urgente y se entregó a la oficina del CEO esta mañana, indicando que Gao Yusheng personalmente la tenía que ver. Li Ting ese día también escribió en su WeChat, quejándose de que esa lista de comida para llevar era desagradable. A su vez, Gao Yusheng quedó un poco impresionado al ver esto.

—Sé mi guardaespaldas temporal. Si no quieres trabajar durante 9 horas, puedes llevarme y recogerme del trabajo como lo hacías con Li Ting...

—Está bien—. Antes de que Gao Yusheng terminara de hablar, Zhai Chen aceptó el trabajo sin dudarlo. Luego, Zhai Chen rápidamente le tomó una foto a la lista y se la envió a Fang Chuyang, diciéndole que Li Ting también había recibido ese papel antes. Fang Chuyang en el otro lado podría estar ocupado y no le respondió de inmediato.

Guardaespaldas Temporal [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora