El día tan esperado por Louis por fin llegó. Hoy conocería en persona al famoso Desmont Styles.
Muchos pensarán en que no había posibilidades de que Des fuera un delincuente y que aún no lo hayan atrapado, pero si las hay, y es que así era la política.
El nombre de Des Styles como un delincuente casi tan poderoso e intocable como Louis era conocido solamente por otros delincuentes y por personas importantes que tenían negocios con esos delincuentes que, irónicamente, eran los que velaban por la seguridad del país y otras personas de alto poder, ya sean empresarios u otros políticos corruptos.
Lo gracioso era que, al ser tan intocable como Louis, el único que lo podía matar, era el mismo Louis, ya que, al ser un criminal anónimo, tanto de rostro como de nombre, se sabía que quien lo descubriera, no terminaría saliendo vivo de esa.
Louis era muy inteligente y sabía cómo no dejar rastros de sus huellas dactilares o de su aroma en los cuerpos o en los paquetes que comercializaba, para que no sean capaz de rastrearlo ni siquiera los perros entrenados para ese tipo de casos.
Claro que su dinero no lo usaba sólo para él, era igual un donador anónimo a fundaciones que lo necesitaran, con niños sin hogar o con gente que padecía enfermedades terminales que sólo pasaban sus últimos días postrados en una cama y conectados a miles de cables que ayudaban a poder vivir sus últimos minutos con paz.
Era una forma de limpiar el mal que hacía, y era su lema, por cada persona que mataba, trataba de ayudar a diez.
Eso no lo salvaba del infierno, lo sabía, nada limpiaba el mal que había hecho durante este tiempo y lo que seguía haciendo, pero le daría paz el día en el que muriera, o lo maten, cuando sepan quién es. Sabiendo que, eliminando a gente cruel y sucia, lo ayudaba a salvar a toda esa gente inocente. Sabía que, cuando llegara su momento, iba a tener en la mente que, todo lo que hizo, rindió buenos frutos.
Igual tenía una fundación para cuidar a perros callejeros o perros que estaban a punto de ser sacrificados en la perrera por no ser adoptados.
Ahí fue donde encontró a Tod, fue el primer perro que llegó, con sólo un mes y medio de edad, a punto de morir por un parásito, Louis lo quiso salvar, y desde entonces se convirtió en todo para él, era como su pequeño bebé, y sabía que Tod lo amaba igual.
Sabía que, sí alguien le quería hacer daño, tendría que hacerle algo a Tod o a Zayn, que eran los seres vivos más importantes de su vida.
Esperaba que, ahora que conociera a Des, no hubiera manera de que este sospechara de él y ninguno de ellos corriera un grave peligro, aunque claro, Louis sabía inventar historias para no involucrar a ninguno de los dos. Salvo que esta vez era muy difícil, ya que Harry ya había entrado bastante a su vida y sabía mucho de él. Más de lo que debería.
Llegó a casa de Harry y este lo recibió con una tonta sonrisa y mejillas sonrojadas, dándole un pequeño beso en los labios.
Louis sonrió forzadamente y se sentó en el sillón donde estaba Harry.
—En un momento baja mi papá, es muy agradable- dijo pata tranquilizarlo -Sé que te adorará y te va a aceptar.
—Es lo que más deseo- sonrió falsamente.
En ese momento escuchó unos pasos provenientes de la planta alta y alzó el rostro.
Ahí estaba el.
Con un traje demasiado formal, Louis deducía que era su uniforme del trabajo falso que ejercía. Sabía que, para tener tantos lujos, un sueldo de canciller no le alcanzaba, y es que era muy estúpido que su esposa e hijo se tragaran ese cuento.

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Cartels And Pleasure (l.s.)
FanfictionLouis Tomlinson, a sus 20 años, tiene en sus manos el control de una de las mafias más poderosas del país. Ama jugar a ser Dios, matando a quien no le aporte ningún beneficio. Es cuando conoce al hijo jefe de la mafia contraria, Harry Styles, que qu...