Ayúdame a Estudiar

Parte 1

-¿Por qué no puedes entender una simple pregunta?- Exclamaba Bakugo en su tono de siempre gritar las cosas.

Habías ido a su dormitorio a pedirle ayuda a que te explicara unas cosas que no entendias de la clase de ese día, a pesar de ser algo tarde acepto ayudarte, pero después de tres repeticiones de la misma explicación al rubio se le acababa la paciencia

-Maldita extra, es solo una pregunta simple, solo tienes que usar esta ecuación, despejar x aquí y ya  estaría la respuesta correcta- te señala con el lápiz en la hoja de papel haciendo varios trazos apoyado en la mesa del centro de su habitación.

Tu tomas el lápiz y escribes lo que te dijo apretando el lápiz de una forma un poco molesta

El nota eso y se empieza a reír - Jajajaj, ¿qué?, ¿estás enojada?- da un pequeño golpe a la mesa y haciendo que tu des un pequeño brinco ya que no te lo esperabas

-Tu fuiste la que vino a pedirme ayuda ¿no es así?- dice con una sonrisa de superioridad  mientras se acerca un poco a tu cara.

Tu te apenas un poco y volteas ligeramente hacia el otro lado para no verlo directamente a los ojos y susurras muy ligeramente -Si..-

-Oye... mírame cuando te estoy hablando...- él te toma de la barbilla y gira tu cabeza para que sus miradas se encuentren.
Nunca pudiste ganarle, su mirada siempre te hacía sentir pequeña, es decir, siempre tenía esa mirada intimidante e intensa, pero por alguna razón, no te daba miedo, todo lo contrario, sentias calor cada que te miraba de una manera desafiante e incluso de desprecio, tu corazón palpitaba mucho y muy rápido, pero era algo que aprendiste a controlar y no demostrar tan fácilmente o eso creías.

-¿eh?, ¿qué es esto? Jajajaj, ¿por que estas tan roja?- suelta otra risa algo maliciosa mientras veía tu cara sonrojada tratando de fingir que no te afectaba nada lo que él acababa de hacer.

-Eh.. yo.. creo que ya debería de irme..- dices con dificultad con la voz algo temblorosa mientras tragas algo de saliva y desvias ligeramente los ojos mirando hacia otra dirección
-Gra-gracias por haberme a-ayudado a estudiar, yo..- te apoyas en la mesa donde estaban estudiando para levantarte e irte a tu habitación

-¿A dónde crees que vas?- El chico con mirada feroz, se abalanza sobre ti inmovilizando tus brazos apretando tus muñecas (no lastimandote, solo lo suficiente para que no puedas levantarte) a cada costado de tu cabeza.

-¿Eh?, ¿Qu-que crees que haces? y-yo en serio tengo que irme..- tratas de decir de una forma firme y seria para no demostrar tu debilidad ante el, fingias ser fuerte ante tus sentimientos. Pero tu cara decía otra cosa

-¿Por qué no eres honesta contigo misma , eh?- decía el rubio con el ceño fruncido y una sonrisa maliciosa que nunca habías visto de esa manera.
-No creas que no he me he dado cuenta cómo me ves entre clases, o cuando entrenamos en la cancha con los demás, o peor aún, cuando te grito y te hablo mal, siempre pones una expresión exactamente como la que estás poniendo ahora mismo y ya me canse- dio un pequeño gruñido al final.

Sabías perfectamente a qué se refería, pero no querías darle la razón, aun tenías algo de dignidad y razón en tu cabeza y no tenías que dejar que te descubriera, no de esa manera.

-Yo no se de que estas hablando- Dijiste de una manera seria y más tranquila viéndolo a los ojos como si le devolvieras el desafío

-Ja, tu maldita...- apretaba los dientes en esa sonrisa de malicia como si con eso dijera "acepto el desafio"

En ese momento tragaste saliva, no sabias porque, pero sentiste un frío que recorio todo tu cuerpo, como si todos tus sentidos te dijeran "alerta, corre"