II.

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Yixing cargaba una bolsa con la comida que habían ordenado mientras Junmyeon le seguía con la bolsa llena de golosinas.

Por idea de Junmyeon comerían —o más bien cenarían— en la habitación del hotel mientras veían alguna película en la televisión.

Recordó el vergonzoso momento en que escuchó a Junmyeon gemir su nombre en la ducha...

Sus mejillas se colorearon, eso había sido... wow.

Así que, quizás, Junmyeon lo deseaba tanto como él a su líder.

Mordió su labio mientras sonreía.

Disipó esos pensamientos y se dirigió a su destino.

El chino quería ver un rato a Kyungsoo y a Jongin, saber cómo se encontraban después de tan turbulento día.

Llegaron al hotel y Yixing le pidió a Junmyeon que se adelantara mientras él se desviaba hacia la habitación de los dos tortolos, llevaba golosinas para ellos.

Sabía que ellos dejaban la puerta abierta desde aquella vez que Jongin extravió las llaves de un hotel, así que se acercó con pasos decididos y abrió.

¡Oh, por todos los cielos!

La bolsita con golosinas cayó estrepitosamente al suelo y Yixing cubrió sus ojos mientras se sonrojaba.

— ¡Lay!

Kyungsoo gritó y se quitó de encima de Jongin mientras se cubría el cuerpo desnudo con las sábanas blancas y el moreno menor caía del colchón mostrando su cuerpo en igualdad de condiciones a Kyungsoo.

— ¡Perdón, perdón, perdón! — pidió y repitió sin cesar.

Una persona más entró a la habitación y habló: — ¿Qué rayos...?

Y Junmyeon abrió sus ojos como nunca, bueno no había que ser un genio para saber lo que pasaba además de notar la espalda arañada de Jongin y los chupones en las clavículas de Kyungsoo.

— ¡En serio, lo siento tanto, yo solo quería darles unos dulces para levantar sus ánimos!

Junmyeon se enterneció ante la reacción de Yixing y dejó que este fuera hacia el para acurrucarse en su pecho a pesar de ser un poco más alto.

— Bueno, creo que ya no será necesario levantar los ánimos, sin embargo — Junmyeon sonrió — Mañana hablaré con nuestro manager y, por el amor de Dios si saben que harán cosas sucias cierren la puerta.

Jongin soltó una carcajada y una almohada se estampó en su cara por obra de Kyungsoo.

— Oh, vamos, Junmyeon — Jongin se acercó a Kyungsoo y se sentó a su lado en la cama —. No tengas envidia de nosotros, sabemos muy bien con quien deseas levantar tus ánimos, ¿Verdad?

Junmyeon se sonrojó y le lanzó una mirada reprobatoria.

Yixing levantó su mirada: — ¿Te sientes mal, Junmyeon-hyung? — Preguntó — Puedo ayudarte a levantar tus ánimos con dulces, son geniales.

El cerebro de Junmyeon hizo corto circuito ante tales palabras que eran inocentes y de buen corazón pero su mente las había deformado para darle una jugada pésima.

Imaginando a Yixing con un chocolate en la boca, esperando por él.

Alejó esos pensamientos de su mente cuando Jongin volvió a reír.

— Junmyeon, creo que a Kyung y a mí nos gustaría terminar en lo que estábamos y quizás deberías dejar que Yixing te ayude. — una sonrisa burlona apareció en el rostro ajeno.

Un líder enamorado. [Sulay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora