Prólogo

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Su manta rosada la cubría hasta su mentón proporcionándole un calor inmeso al que estaba satisfecha. Su cama blanca adornaba su cuarto con paredes del mismo color. Marie odiaba dormir con la luz del cuarto apagada, por lo que en este momento estaba prendida, haciendo que su cuarto se ilumine lo suficiente para no temer a la oscuridad. Su almohada rosada estaba entre sus oídos, gracias a los gritos de su padre borracho hacia su madre. Odiaba que se gritasen así, y más en la puerta de su cuarto. Ella sabía que sólo eran unos insultos y luego todo acababa pero, únicamente esa vez, se equivocó...

-¡Te dije que la comida debía estar echa antes que yo entrase en esta casa! -gritó su padre-. ¡¿Eres idiota?¡

Podía escuchar la voz temblorosa de su madre del otro lado, la cual hacía que su corazón palpitara rápido. Aveces quería salir a defenderla, pero eso ocasionaría que ambas salgan lastimadas y no quería eso.

-P-porfavor Fernando, nuestra hija está allí adentro -su voz parecía a la de una cría asustada- P-podemos arreglar todo esto en la cocina.

-¡No! -Marie se sobreexaltó de su cama, haciendo que su manta se caiga al suelo frío-. ¡Lo hablaremos aquí!

No quería escuchar más los gritos de su padre, solo quería dormir en su habitación como cualquier niña de seis años. Luego de que ella supusiera que todo había acabado, se levantó de su cama con su pijama de Minnie y sus pies desnudos; tocó el suelo con ellos que al hacerlo, un escalofrío le recorrió el cuerpo al sentir tal madera tan helada. Tomó entre sus manos su manta y se propuso volver a la cama, pero algo le llamó la atención: los gritos; por lo que paró su caminata.

-¡Fernando suelta eso! ¡Estás borracho! -gritó su madre, haciendo que Marie se tapase la boca con su manos pequeñas para no soltar un grito de desesperación. No quería saber lo que se encontraba haciendo su padre desde el otro lado.

-¡Tú no me dices qué hacer! 

Y luego de escuchar eso, su vida dió un vuelvo inesperado. El grito de su madre sumado a un vidrio roto hizo que su corazón se estrujara.Su pies fríos dejaron de sentir la madera helada y en ese instante sólo sentía algo espeso y líquido entre ellos. Cerró sus ojos suponiendo lo peor. Apoyó la cabeza del otro lado de la puerta para poder escuchar algo que le diera alguna pista, pero no escuchaba nada, sólo el silencio del lugar. Sus lágrimas caían de sus pequeños ojos verdes para luego sentir del otro lado un "Te quiero Marie, nunca lo olvides" de parte de su madre. Además, todavía sentía la sangre de ella bajo sus pies, y no sabía cómo sabía que era la sangre de su madre, pero estaba segura de que eso se trataba. Corrió hacia su cama para sollozar debajo de su almohada; ahora tendría que vivir junto a su asesino padre ella sola y tenía miedo de eso. Desde ese mismo momento, Marie necesita ayuda.

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⏰ Última actualización: Feb 16, 2015 ⏰

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I Need You 《Thomas Sangster》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora