Después de decir eso a Isabela se le venía un color tras otro, se enojó tanto que se fue a su habitación de inmediato.
──Muchas gracias Harry──dije nuevamente, pero esta vez voz alta.
──No te preocupes, eso hacemos los verdaderos amigos──se acercó a mí, tomándome de las manos.
──Te doy permiso de que me des un abrazo, pero muy pequeño──sonreí, al ver la expresión de asombro en la cara de Harry.
──Está bien, si tú lo pides no lo desaprovecharé──me dio un tierno abrazo, juro que no quería separarme de el pero el pitido de la camioneta de Ellody nos interrumpió.
── ¡Rápido morra, llegaremos tarde!──gritó Ellody a todo pulmón, desde la camioneta. Con ella se encontraba su novio.
──Vamos Harry, o si no, moriremos──tomé su mano y agarrando mi bolso, salimos corriendo de la casa y nos dirigimos a la camioneta, Harry abrió mi puerta (que lindo) y en un dos por tres ya estábamos dentro de la camioneta.
──Hola, bienvenida a mi nave Cass, ¿gustas?──me dijo Ellody, algo somnolienta y me ofreció un cigarrillo.
──No gracias, sabes que no fumo──dije bajando la mirada. Me sentía rara, Elo siempre ha sido rebelde, pero tiene sus límites.
──Que miedosa, eh. Ya me imagino cuando vayamos a ponernos el tatu…──dijo Ellody, pero fue interrumpida por mi mano para que no hablara de más.
──No digas nada, si no, arruinarás la sorpresa de mi nuevo amigo──me puse muy nerviosa evitando la mirada de todos.
──¿Y ese chico es tu amigo? Tu niño, cómo te llamas──dijo descortésmente mi amiga. No digo qu yo tenga muy buenos modales, pero no soy tan mal educada.
──Yo me llamo Harry Styes, mucho gusto…──era mi idea o su cara empalideció cuando Ellody volteó, ya que estaba tatuada y tenía demasiadas perforaciones.
──Que niño ¿te doy miedo? Ay Cassandra, no te pudiste conseguir un amigo más normal──habló Ellody algo molesta, y acelerando la camioneta.
──Ay Elo, no seas tan exagerada, ese niño lo podemos cambiar con el tiempo──dijo Rob, el novio de mi amiga.
Se acercó a ella y le empezó a lamer la oreja. Pero qué horror ¿cómo ella permitía eso? Viéndolo bien, con Harry todo es muy distinto, él es amable y muy educado. En cambio Elo y Rob son todo lo contrario, pero los aguanto, no todos somos perfectos.
──Oye si que tus amigos son raros──dijo Harry en mi oído riendo, causándome cosquillitas.
──Tal vez con el tiempo te acostumbrarás──le regalé una de mis mejores sonrisas.
──Bueno morros, hemos llegado──dijo Ellody, apagando el motor y también su cigarrillo.
Bajamos de la camioneta y entramos al lugar de los tattos, era algo macabro pero muy limpio (eso creo) al entrar al lugar Harry tenía una cara de espanto. Estaba demasiado pálido, parecía que se desmayaría.
──¿Estás bien?──le pregunté un poco asustada.
──Si estoy bien, sólo que un tatuaje en mi cuerpo es una sorpresa.
──Supongo, anda te gustará, confía en mí──tomé su mano, y nos dirigimos hacia el señor que hace los Tattos.
──Hola Elo ¿cómo estás?──dijo aquel señor, que tenía todo su cuerpo tatuado, y cuando digo todo, no estoy exagerando.
──Hola Fur, venimos a hacernos un tatuaje los cuatro──respondió ella con cara de aburrimiento, pareciera que no tiene ningún sentimiento.
──Ok, ok. Excelente ¿quién será el primero?──preguntó Fur, saliendo de su escritorio.
──Mi amigo y después yo──respondí.
──¿Estás segura de que no dolerá?──me miró Harry.
──No dolerá, bueno, tal vez un poco, pero yo estaré contigo.
──Bueno y qué tatuaje quieres niño──dijo el señor, colocándose sus guantes y sacando la aguja.
──El que quiera Cassie──respondió él.
──¿Enserio? Bueno, en ese caso, quiero ese──apunté un dibujo de un ancla. Yo me haría el mismo.
──Lo quiero en la muñeca──dijo Harry
──Comencemos.
Harry en ese instante se puso a hacer pucheros, se veía tan gracioso. Me pidió que le diera la mano y así lo hice, una corriente recorrió mi cuerpo en el momento en que Harry entrelazó nuestros dedos.
Después de él, como dije, yo me hice el mismo tatuaje en el mismo lugar, tal vez eso era algo comprometedor, pero no sé, fue un acto de locura. Y así siguieron Elo y Rob, pagamos todo y creo que después nos abandonaron a mi y a Harry, porque no los volvimos a ver, pero eso no importaba. Harry y yo íbamos caminando y…
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PD: LO SIENTO POR LA TARDANZA. ¡NO TENÍA INTERNET!