Final

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Baekhyun siguió sin hablarme el resto del día pero aun así quiso levantarse a controlar a nuestro hijo, despertando a mitad de la noche sin hacer ruido. Me mantuve un momento en la cama intentando desperezarme. Necesitaba hablar con él cuando volviera para intentar hacerlo entender que nuestro hijo ya era grande y retenerlo encerrado en casa no era sano. Quizás era momento de hacer una visita a algún profesional para tratar el problema de Baekhyun, ya habían pasado demasiados años como para seguir intentando solucionar el asunto por nosotros mismos.

Pasaron algunos minutos y él seguía sin volver por lo que me levanté de la cama para ir a buscarlo por mi mismo.

Baekhyun se encontraba de espaldas a mí, frente a la cama de Jae, inclinado sobre él sosteniendo una almohada sobre su rostro. Nuestro hijo apenas movía sus brazos ya que estos eran sostenidos por mi esposo quien lo observaba con la mirada perdida, ejerciendo la mayor fuerza posible para que no gritara.

Corrí rápidamente hacia Baekhyun, tomándolo entre mis brazos, evitando que pudiera moverse mientras esté gruñia desesperadamente, removiendose para intentar soltarse de mi agarre.

—¿Qué mierda estás haciendo, Baekhyun?

—Dejame ir, Chanyeol, suéltame. Lo prometiste, prometiste que él iba a seguir aquí. Si él crece ya no va a depender de mí, no puedo soportar eso. —dijo entre lágrimas, intentando soltarse aún. — Es lo correcto, siempre será mi niño, siempre será nuestro pequeño junto con Soobin. Él siempre estará con nosotros, siempre estaremos juntos como una familia y así tú tampoco tendrás que encontrar felicidad en alguien más.

La sangre se heló dentro de mi cuerpo, todo aquello no podía significar lo que yo estaba imaginando. No era posible que Baekhyun hiciera algo así.

—Baekhyun, tú no...

—Tú te habrías ido, ibas a dejarnos por ella y nuestro pequeño ya comenzaba a decir sus primeras palabras. Estaba creciendo y cuando crecen se van, iba a quedarme solo, no podía soportarlo.

Volteé la vista hacia nuestro hijo quien se encontraba completamente asustado y salió de su cama para esconderse debajo de ella. No podía entender nada de lo que estaba sucediendo, era demasiada información para procesar en el momento y necesitaba llamar para pedir ayuda o Baekhyun podría cometer una locura.

Mi esposo volvió a ejercer fuerza, intentando llegar a nuestro hijo, moviendo sus piernas con violencia para soltarse por lo que decidí sacarlo del cuarto no sin antes gritarle a Jae que llamara por ayuda.

—Suéltame, maldito, también quieres irte, me mentias. Te acostabas con tu jodida compañera de trabajo cuando yo estaba aquí cuidando de nuestro hijo. ¿Acaso crees que nunca me di cuenta? ¿Que realmente me creía que llegabas tarde por horas extras?

—Trabajaba las malditas horas extras porque necesitábamos más dinero para el bebé, Baekhyun, eran dos niños, no podíamos con todos los gastos. Nunca te sacaste esas ideas estúpidas de la cabeza cuando yo nunca te hice daño de ninguna forma. Sin embargo, tú...—grité con la voz completamente quebrada, teniendo que admitir aquella terrible verdad. — Tú mataste a nuestro hijo e intentaste hacerle lo mismo a Jae, a tus propios niños, arruinaste nuestra familia, la rompiste de la peor manera posible.

Continué forcejeando con Baekhyun cuando una pequeña voz me hizo bajar la guardia por unos segundos, no pudiendo evitar que mi esposo escapara de mis brazos. El más bajo corrió hacia la mesada de la cocina, tomando un cuchillo con dos de sus manos, evitando que yo me acercara a él.

—Si tan solo hubieras seguido siendo mi pequeño, Jae, pero todavía hay oportunidad. Ven con papá, te prometo que veremos a tu hermanito juntos y podremos ser felices de nuevo.

—No te acerques a él, Jae, toma las llaves rápido y huye de casa, pronto llegará la policía. —susurré a mi hijo, colocándolo detrás de mí para evitar que le hicieran daño. Me las arreglé para acercarme más a la puerta de salida, evitando que Baekhyun se diera cuenta, necesitaba sacar a mi hijo de allí de algún modo.

—Dejalo venir conmigo, Chanyeol, si tú no quieres formar parte de nuestra familia es tu problema pero no alejes a mis hijos de mí.

Jae se movió con rapidez, tomando las llaves y corriendo hacia la puerta para comenzar a abrirla lo más deprisa que pudo.

Baekhyun gritó y corrió hacia nuestro hijo, apuntando a este con el cuchillo en su mano.

—Corre lo más rápido que puedas, pequeño, y no olvides que papá te ama. —grité, dedicándole una sonrisa mientras lo veía alejarse mas y mas de la casa.

Abracé a Baekhyun con fuerza, manteniéndolo contra mi pecho mientras él se quedaba quieto. Podía sentir su cuerpo temblar entre mis brazos, su rostro húmedo por las lagrimas que aun continuaban bajando por su rostro. Aspiré el aroma de la persona con la que había vivido los mejores años de mi vida y a la cual había entregado mi corazón con cada una de las sonrisas que me dedicaba. Ese chico al que amaba se había roto tanto que no pudo volver a juntar esos pedazos nunca más, encontrándose desmoronado como estaba ahora.

—Chanyeol, lo lamento, lo lamento mucho, no sé qué pasa conmigo. —dijo, soltando el cuchillo empapado en sangre que aun seguía clavado en mi cuerpo. — No me dejes, por favor, no quise hacerte daño, no quise lastimar a nuestros bebés, perdoname.

Mis labios temblorosos se posaron en la frente del más bajo, dejando un beso allí. Nuestro hijo ya estaba a salvo y esperaba que encontrara la mayor felicidad en su vida a pesar de todo el desastre que era su familia pero Baekhyun tenía razón, nuestro pequeño nunca iba a estar solo, siempre estaría cuidando de él.

Las sirenas de la policía se hicieron presentes fuera de la casa, todo mi campo de visión se volvió borroso y los brazos de mi esposo se apretaron aún más alrededor mío mientras escuchaba sus últimas palabras.

—Espera por mí, mi amor. 

FIN

kotodi

Respira. ↪ ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora