Entonces Renjun estaba castigado nuevamente.
Y ni siquiera era por las razones "correctas" para su suerte. Su calor se había adelantado y aún si su mamá le echaba la culpa a Jeno,—lo cual era verdad, a Renjun nunca se le había adelantado el calor—lo hacía porque decía que la presencia de un Alfa extraño constantemente en su vida había desordenado sus hormonas. Bueno, eso fue lo que dijo la doctora cuando fueron a consulta esa misma mañana, Renjun aseguró que no había pasado nada entre ellos y ella viendo la manera en la que rogaba de forma silenciosa se compadeció y afirmó qué hay ocasiones en las que el omega de un sujeto se siente tan atraído al Alfa de otra persona que estas cosas suelen suceder.
Tal vez si, tal vez no. Su mamá nunca lo podría comprobar.
Y como estupida sonaba aquella razón, lo era, su mamá pensó ceder por un momento pero cuando noto como se aferraba a la chaqueta del Alfa—la cual no estuvo dispuesta a dejar durante todo su calor—definitivamente lo castigo por dos semanas más, feliz de que ahora tendría algo que prohibirle:
Jeno.
Su mamá pensaba que Renjun solo quería a Jeno como su amigo y que estaban creando un lazo de amistad justo como con Donghyuck, al menos eso pensaba Renjun que ella pensaba, estaba bien con eso.
Hasta que llegó el martes. Renjun aún olía intensamente a vainilla pero de todos modos había decidido ir a la escuela, honestamente fue una mala idea, lo supo cuando puso el primer pie en el edificio y todos los Alfas lo miraban como un delicioso bocadillo, pequeño y dulce. Se sintió inseguro y se quiso golpear, usualmente esperaba un día más antes de ir a la escuela porque su olor seguía siendo intenso por tres días después de su calor pero honestamente extrañaba a Jeno.
Mucho.
Lo malo es que justo ahora no sabía dónde encontrarlo y se sentía expuesto, camino deprisa hacia el aula que le correspondía pero antes de poder entrar fue detenido. Apretó sus ojos asustado pero cuando el intenso olor a café golpeó su nariz no pudo evitar apretarse en los brazos del Alfa. Aún sin abrir los ojos, no le importaba, sabía que era Jeno y estaba bien con eso.
-¿Qué haces aquí?-Jeno prácticamente gritó, luego tomó su mano y lo arrastró hacia la entrada de la escuela.
-Jeno, ¿Qué haces?-pregunto confundido pero aún así se dejó llevar.
-Renjun, estás...-Jeno se detuvo y lo miro con el ceño fruncido.-Estás en calor, ¿Qué haces aquí?
Renjun no pudo evitar enternecer por lo lindo que lucia el Alfa aparentemente enojado.
-No estoy en calor, no te preocupes.
-Claro que si, ¿Sabes como te encontré? Había un montón de alfas mirando directamente hacia ti y solo cuando me di cuenta que era tu olor reaccioné.
-Pero ya se acabo.
-No lo creo.
Renjun negó.