Especial

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RenJun caminaba entre las obras de arte, de su galería.

Después de la partida de su hermano, el dinero que antes gastaba en medicamentos y tratamientos... Se terminó apilando en un montón de capital sin destino.

Ni siquiera la comida le quitaba grandes sumas, como un año y medio lo hacía, al pensar en las listas para tener un presupuesto de lo que debería gastar. Así, siempre ahorró. Cuando Jaemin falleció, quedó fuera todo tipo de impedimentos para montar una empresa si se lo proponía.

Se independizó en su trabajo artístico, e invirtió en dos galerías y una pequeña compañía de arte. En la que contaba con varios artistas innovadores, que estaban destacando en lo alto de la industria.

Se detuvo frente a un cuadro que él mismo pintó, un par de meses después del entierro de su hermano.

Uno sobre el pequeño príncipe del cuento más hermoso, que más le leyó a Jaemin cuando era un niño.

Era el único cuadro que no vendería jamás. Inmortalizando los recuerdos de Nana, de los que absolutamente nadie que pasara por allí, podría darse cuenta.

Era tan personal. Siempre estaría en su corazón.

Jisung llegaba de su graduación, acompañado por su mamá y su hermano. Donghyuck había tomados muchas fotos de ese memorable día con su familia.

Habría una cena para celebrarlo íntimamente. Su madre había pedido el día libre para poder cocinar ella y solo ella, pues no permitiría hoy, que sus hijos hicieran ese esfuerzo. Se sentía envejecer y era suficiente razón para querer hacer una cena completa, sin ayuda, muy orgullosa.

El moreno entró a su habitación para dejar sus cosas. Esta ya no tenía caballetes, ni lienzos a medio hacer, ni manchas de pintura visibles en el piso o algún objeto.

Estaba decorada con el diseño más simple, colores pasteles y todo ordenado. Un par de fotos colgadas o en portaretratos... Como lo estaba una hermosa foto de Jaemin, cuando aún estaba bien y no tenía anemia aplásica.

Dicha foto junto a su cama, sobre su mesa de noche.

Siempre que la veía, una parte de él, sentía que Nana nunca se fue. Eso le hacía sonreír y transformaba su soledad o días difíciles, en algo mejor. Algo indefinido, un objeto desconocido o una sensación, que lo salvaba de la tristeza.

Era esa esencia tan dulce en el ambiente, como un beso tibio que le hubiera gustado recibir.

Se sentó en la cama y suspiró. Observó la foto y sus ojos se cristalizaron.

-Oye....-Le hablaba a la foto como si él estuviera presente.- Vuelve... Te necesito.-Y sollozó en silencio. Escuchó como su hermano tocaba la puerta, llamándolo para que viniera a ver algo.

Secó su nariz y ojos, respiró profundo y se recompuso. Salió del cuarto por el que alguna vez pegó una carrera para no perder tiempo e ir al hospital que tanto odiaba. Todo daba la sensación de poder ser ese Agosto por la tarde, cuando lo conoció.

-Tenemos visita.-Le avisó con una sonrisa, Jisung. Señaló la puerta por la que entró Jeno, con una bolsa de regalo y saludando entusiasta como siempre.

Hyuck sonrió y avanzó a la sala con el menor, pero no contaba con ver a RenJun sentado en el sofá de su casa.

El silencio se instaló.

"Conocí a alguien...

Él se llama Donghyuck, pero le llamo Haechan. Sospecho que no soporta que lo llamen por su nombre. Una vez me miró feo al decirlo, y creí que me regañaría... Estaba listo para quejarme, pero no lo hizo. En cambio, empezó a reírse, y luego supe que se burlaba de mí. Dice que soy muy expresivo... Y yo digo que es un tonto.

"Street Art"/ NaHyuck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora