Capítulo único.

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Salió a hurtadillas de la casa; los siguió sigilosamente, por fortuna no fue descubierta. Se escondió detrás de un arbusto. Apenas tenía visión de su hermana, lograba ver la cabellera pelirroja, y la nariz ganchuda de aquel niño extraño. Algo hacían, quiso ver más, descubrirlos justo en el acto; el largo cuello no bastó. Los pies estaban de puntitas, y un desliz bastó para que cayera y ella fuera descubierta por los otros.

—¡Tuney! —exclamó Lily con sorpresa; su acompañante la miró con desagrado—. ¿Qué haces aquí?

—Yo...

—¿Qué más va a ser? —respondió el niño—, ver que estamos haciendo para ir de chismosa con los demás.

—No lo harías, ¿verdad?

—¿Qué quieres? —Petunia estaba turbada y temerosa por haber sido descubierta, buscó alguna frase hiriente para desquitarse.

—¿Qué es eso que llevas? ¿eh? —Le señaló el pecho—. ¿La blusa de tu madre?

El niño no se inmutó, pero de la nada se oyó un ruido de algo que se partía: una rama se estaba desprendiendo encima de la cabeza de Petunia; cayó y golpeó en su hombro, quien se tambaleó hacia atrás y rompió a llorar.

—¡Tuney! —Lily dio un chillido—. ¿Qué hiciste, Severus?

—Nada, supongo que eso les pasa a las que espían.

Petunia se marchó corriendo sin hacer caso de los llamados de su hermana, lo único que quería era estar alejado de ese tal Snape. No entendía cómo Lily se juntaba con él; la única razón que encontraba, se debía por las cosas raras que hacían.. Sus padres estaban maravillados; ella lo sabía: no era un bicho raro como Lilian. Llegó a casa, sin entretenerse demasiado, entró a su dormitorio, en donde se puso a pensar en lo que escuchó antes de ser descubierta. Dementores, Azkaban, hechizos... era un hecho que le intrigaba la magia. ¿Era cierto que había una bruja en la familia?

—Tuney. —Lily tocaba la puerta—. ¿Puedo pasar?

—¿Qué quieres?

—Lamento lo que hizo Severus, él no quería lastimarte.

—Ahórrate tus disculpas, no quiero saber nada.

—Le molesta que nos estes espiando.

—¡Yo no los estaba espiando! —respondió Petunia indignada—. Te estaba cuidando; pasas demasiado tiempo con ese niño. Es mala influencia para ti.

—Severus es mi amigo, él me entiende. Pronto iremos a ese colegio especial para nosotros.

—Eres una ingenua, Lilian. ¿Cómo crees todo lo que te dice?

—Hogwarts es real.

—¡Es una mentira! ¡La magia no existe! Y tú eres un bicho raro. —Eso bastó para que los ojos verdes de Lily se llenaran de lágrimas. Salió enfadada y dolida porque su hermana no le creía.

***

La casa de los Evans tuvo una visita: una mujer con aspecto severo, llevaba gafas de montura cuadrada, una capa de color esmeralda; su cabello negro estaba recogido en un moño y llevaba puesto un puntiagudo sombrero. Se presentó ante unos atónitos padres:

—Soy la Profesora McGonagall.

—¿Profesora?

—Sí, trabajo en el colegio Hogwarts. He venido a ofrecerle a Lilian una vacante, si deseas venir.

—¡Lo sabía! —gritó Lily—. Severus tenía razón.

—¿Pediste una beca, cariño?

—Si me permiten, les contaré acerca de Hogwarts. —Los señores Evans pasaron a la profesora a la sala de estar.

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⏰ Última actualización: Mar 13, 2021 ⏰

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