Auron estaba bien.
Estaba relajado y disfrutaba de la sensación del alcohol bajar por su garganta. Estaba bien porque podía salir a beber con sus amigos, podía pasar toda una noche alocada de fiesta.
Auron bebía para divertirse, aunque tal vez era para olvidar sus pequeñas preocupaciones. Tal vez era para no pensar más en un chico de cabello castaño y liso, de ojos marrones y con una sonrisa tan bonita que deslumbraba.
Raúl bebía hasta que no recordaba su nombre, pero el nombre de Borja era el último que olvidaría y el que jamás olvida.
Auron no estaba tan bien, después de todo.
"Hey, Raúl" Rubén lo llamó, el chico de piercings y tatuajes miraba su teléfono "Hey, gilipollas".
Raúl aún no sabía por qué tenía el número de Luzu, cuando el chico le gritó entre lágrimas que lo borrara. Recibió una bofetada de Borja, cuando Raúl le soltó frío y sin filtro que no quería que aquello continuara y que no le daría explicaciones.
"¿Qué estás haciendo, eh?" Rubius se aproximó para ver, pero Auron apagó el teléfono y lo metió en sus vaqueros negros.
"No es nada importante".
Murmuró en respuesta "¿Vamos al bar entonces?".El rubio asintió confundido y vacilante, pero terminaron por entrar al centro. Era un bar nocturno, según les había dicho Fargan, y Rubius quería ir porque tenía fama de tener buenas copas.
Auron era un buen bebedor, se había entrenado cuando pasó noches enteras él solo y una botella de whisky, Luzu en sus pensamientos.
Y pensar que ahora podría estar con el castaño, con un par de bebés como tanto Luzu antes soñó.
"¡Raúl mira!" exclamó Alex, con un cigarrillo eléctrico y respirando el humo. Lo soltó por sus fosas nasales, a la vez que por su boca. Sus amigos elogiaron con aplausos y gritos.
Willy fue quien trajo las bebidas, cinco en total. Rubius, Willy, Alex y Fargan tomaron una cerveza cada una al instante, Auron parecía absorto en otro mundo. Fargan lo codeó y le ofreció su cerveza, Auron fingió una sonrisa y alzó la jarra.
Todo estaba bien.
Sus amigos lo animaron a beber una y otra vez, y lo que comenzó como un Raúl neutral, pasó a un Raúl alocado y en descontrol. Las cervezas entraban y bajaban por su garganta, y lo cierto es que no se paró a pensar en lo mierda que se sentiría por la mañana, porque le daba igual.
Necesitaba el alcohol por sus venas, era la única manera de no pensar en él, aunque su nombre esté grabado en su brazo. Auron siempre quiso completar su brazo lleno de tatuajes, y sorprendió a Borja con su brazo completado con su nombre siendo el último tatuaje.
Porque Auron amaba demasiado a Luzu y siempre lo iba a hacer.
Auron soltó una carcajada al ver que Rubius se tambaleaba y vomitaba en una mesa de por allí. Sabía como eso terminaba siempre, Rubius era un mal bebedor; llamaría a Mangel.
Y el novio del alto noruego iría a recogerlo mientras que Rubén le cantaría alguna patética canción.
"¡Bebe, bebe, bebe, bebe!" gritonearon los chicos, animando a Willy que terminaba una jarra de cerveza de una sentada. Auron rió entre dientes, sintiendo su cuerpo pesado por el exceso de alcohol.
Estaba sentado en uno de los sillones del fondo, solo, sus amigos estaban perdidos por ahí. Él empinaba su bebida y la removía, relamiendo sus labios.
Frotó sus ojos con cansancio, se sentía exhausto por tanto beber. Miró el reloj de pulsera que llevaba, y había perdido la noción del tiempo. Eso también pasaba con Luzu, cuando estaba a su lado el tiempo pasaba volando.
A veces se preguntaba cómo le había ido a Luzu, qué estaría haciendo ahora. Tal vez seguía con su sueño de ser artista y pintar cuadros que algún día estarían colgados en grandes salas de arte donde auténticos ricos y compradores pagarían por ellas.
Auron había sido modelo de Luzu en uno de sus cuadros. Él estaba sin camiseta y fumando, recién levantado y después de sexo matutino. Borja siempre odió que fumara después del acto y en la cama, por eso Raúl no lo hizo nunca más.
Hacer el amor con Luzu era una de las millones de actividades que Raúl adoraba hacer con el. Porque era sincero, íntimo y de ellos.
Raúl quería ser escritor, y había publicado su primer libro cuando llevaba un año con el menor de cabello castaño. Lo llamó 'La rosa y la daga'.
Porque él tenía tatuado una rosa en la espalda, y Luzu una daga. La rosa con la daga incrustada en el centro significa que estás dispuesto a hacer lo que sea por esa persona.
Raúl cruzaría el cielo y la tierra por él, bajaría la luna para Borja y se lo ataría a una pequeña cuerda.
Publicó ya su cuarto libro cuando rompió, y se llamó 'Promesas de papel'. Contaba la historia de un chico cobarde que no era capaz de amar bien a una chica; le envió el ejemplar a Luzu y al día siguiente recibió ese mismo sobre, pero con el libro triturado y empapado.
Miró su bebida a medio acabar, e iba a levantarse por más, de no ser porque una chica se acercó a él. Ella llevaba un bonito cabello tan largo que llegaba a sus pronunciadas caderas, pero no era cabello castaño y corto como él quería; era delgada y vestía un top, pero no llevaba sudaderas; tenía enormes labios operados y rojos, pero no una sonrisa hermosa.
Ella era preciosa, pero no era Luzu.
"Hey, te he estado observando un rato, y eres bastante atractivo" tarareó ella en tono coqueto, riendo juguetona y acariciando el antebrazo desnudo de Auron por sus mangas arremangadas, lleno de tatuajes. El mayor llevaba una camisa que dejaba notar sus músculos, Raúl hizo ejercicio y le motivaba el hecho de recibir elogios de Luzu.
El hombre de piercings se estremeció cuando ella deslizó su mano hasta su espalda con coquetería. No, la rosa no, la rosa jamás nadie podía tocarla, era una regla de Auron que siempre repetía a sus amantes de una noche para echar un polvo.
"Lo siento, no puedo" se disculpó cortés el mayor, alejándose del tacto de la rubia. Ella frunció el ceño.
Ella y su apretado vestido negro se intentaron acercar otra vez, aleteando esas pestañas postizas exageradamente "¿Por qué, que pasa? ¿Es que estás casado o algo?".
"Lo estoy" aquello salió de sus labios sin siquiera pensarlo.
"¿Y qué haces que no estás con tu esposa?" inquirió burlona ella, y estaba siendo una perra entrometida ahora mismo. Se aproximó y abalanzó hasta él, Auron casi se tambalea hacia atrás "Vamos, no seas aguafiestas"
"Tienes razón.." comenzó, la chica sonrió.
Auron la apartó, y ella frunció exageradamente el ceño desconcertada.
"Debería de estar con mi marido" gruñó, y ella abrió los ojos sorprendida.
Raúl salió de aquel bar, borracho.
Las luces artificiales de la calle lo hicieron chocar, se tambaleó cuando la luz golpeó sus sensibles pupilas. Parpadeó, y de un momento a otro el alcohol abandonó su venas.
Él no tenía marido, él no estaba casado con Borja. Lo estarían este año, sin embargo, de no haber sido por Raúl.
Debería de estar borracho y feliz, debería estar pasándoselo en grande. Debería estar cantando con sus amigos y follar con algún desconocido, debería de estar imaginando que con quien se está acostando es con Luzu y no con otro.
Pero algo está mal, algo está fallando.
Raúl se llevó una mano al pecho, sintiendo una presión enfermiza allí. Dolía, quemaba, ardía. Quería vomitar todo el alcohol, quería llorar y suplicar por algo que ni él sabía que era.
Mierda, tal vez lo echaba de menos.
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𝙎𝙝𝙞𝙩, 𝙢𝙖𝙮𝙗𝙚 𝙞 𝙢𝙞𝙨𝙨 𝙮𝙤𝙪...
Fanfiction𝙇𝙪𝙯𝙪𝙥𝙡𝙖𝙮| Auron dejó a Luzu hace un año ya, no lo lleva muy bien. Decide salir y beber una cerveza más, o cinco. Raúl debería de estar bien, debería de estar riendo y pasándolo en grande con sus amigos. Pero las luces del antro se encienden...