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[ Será corto, publicaré el segundo en unos minutos. ]

| Pov Naruto |

Busqué entre los bolsillos de kakashi- Sensei las llaves para abrir la puerta de su depertamento, escuchandole hablar entre dormido y haciendome reír con suavidad. Toqué algo frío y supuse que eran las llaves, agarré el objeto, lo saqué y estaba en lo correcto.. ¡Como siempre!
  Orgulloso de mi pequeño e inútil logro en la vida, metí las llaves, escuché el click que avisaba que ya podía abrir la puerta y fue lo que hice con rapidez.

¡Kakashi-sensei pesaba mucho!

Me adentré al departamento metiendo con esfuerzo a Sensei con cuidado y cerrando con mi pie la puerta, suspiré aliviado mientras cargaba su peso hasta el sofá y prácticamente lo lancé, riendo de la extraña posición en la que quedó.

| Pov Neutral |

El rubio sonrió para si mismo, una bella y gran sonrisa que derretiría corazones..
Escuchó su nombre venir del peliplata y se acercó curioso, esperando que lo repita para no pensar que habían fantasmas ahí, daban miedo uh..

Admiró el rostro relajado y gracias al alcohol las mejillas rosadas, de su mentor, su calmada respiración que se veía atrapada por la tela sobre su rostro y era iluminado por la escasa luz proviniente de la pequeña ventana que había cerca. Se quedó unos segundos más viendo al hombre, frunciendo su ceño al notar esa molesta máscara cubrir su piel. Acercó su mano mientras le carcomía la curiosidad, sabía que estaba mal pero un vistazo no mataba a nadie, ¿verdad?.. ¿Verdad que no?.  Se convencía a si mismo hasta topar con la tela, tomó esta con cuidado y notó que Kakashi se removió incómodo, ayudando inconscientemente a bajar su máscara.. Faltaba poco, muy poco

Su rostro, aquel rostro del que siempre tuvo curiosidad y sabía que era tan hermoso como la única rosa entre margaritas secas.  Su nariz, respingada, delgada y redonda que parecía haber sido hecha por un artista en el renacimiento.. Sus labios delgados pero perfectamente carnosos, rosados y nada secos que te echaban a la cara que eran completamente suaves si es que Dios te permitía tocar.. Un lunar, un bello lunar que hacía juego al hermoso, delicado pero varonil rostro.

– Whoa.. ¡Kakashi sensei es hermoso!–

Gritó y se quedó con la boca abierta al ver tan bello ser humano, luego cubrió su gran bocota al segundo de darse cuenta que gritó y parecía haber despertado a la víctima de su curiosidad.

El peliplata escuchó su nombre y ambiguas palabras en la lejanía, estaba sumido en los efectos del alcohol. Se levantó santandose en un.. ¿sillón?, vio a sus lados hasta topar con un hermoso joven rubio, aquel hermoso joven rubio que le hacía sentir mariposas.. Tal vez era otro de sus sueños donde él aparecía sin falta. Miró de arriba hacia abajo al joven notando sus labios moverse aunque no escuchase nada, sólo un agudo sonido que opacaba todo.

– ¡WHA! Me asustó kakashi- sensei.. Bueno.. Lo traje a su casa porque parece haberse emborrachado, debe cuidar sus hábitos, va a terminar como Tsunade-Obachan..–

El mentor sólo veía fijamente al de bellos ojos azules poniendolo algo incómodo. Vio como el joven se levantaba y trataba de alejarse, no lo permitiría ya que era su sueño, ¿cierto?.
–Naruto..–  Soltó de pronto el mayor con una gruesa y ronca voz en un susurro, poniendo nervioso al rubio ya que pensó que estaba molesto.
El de ojos onix sujetó el brazo del chico jalandolo hacia él, obligandolo a situarse sobre sus piernas, sin pudor se comió con la mirada al más joven, y sin aguantar sus deseos enredó los dedos de su mano derecha en el cuello del ojiazul notando su cuerpo tensarse. Forzó a que el rubio moviera su cuello hacia un lado y él tuviese el paso abierto a besar su canelada piel. Al parecer no llevaba su máscara, agradecía no tenerla en aquel momento confuso aunque satisfactorio para su persona, el alcohol hacía que las personas actuaran bajo sus más profundos y/o sinceros deseos y.. Él ya cayó, haría lo que desease.

–¡Kakashi sensei qué hace!, basta! –
Naruto frunció el ceño ante el raro comportamiento de su mentor, había leído en uno de esos borradores que tenía Ero-Sennin una situación parecida y descartó la idea, ¿no haría eso, no? Su sensei no podría hacerle algo como eso, ¿no?... Intentó initilmente apartar al mayor que se detuvo en su trabajo, lo miró quitandole su banda ninja y con una rapidez de la que no pudo salvarse, amarró sus muñecas a su espalda, no por nada era un Jounin... Aunque uno borracho
–Oi! Duele kakashi sensei! AH! ¡Qué hace!– Sintió los dientes de kakashi clavarse en su piel, provocando que pequeñas gotas se juntaran en sus ojos, causandole un molesto picor en sus ojos y obligandole a pestañear para lograr ver con normalidad.

El jounin hace unos momentos logró escuchar lo que el rubio decía, su sueño comenzaba a ser extraño.. Nunca había pataleado así, tan desesperado.. ¿Tal vez estaba siendo muy rudo de repente?.
Negó para si mismo mientras ahora abría la chaqueta de doble color que el chico zorro llevaba desde que volvió, debajo estaba la malla que todo ninja tenía, la levantó y acarició el abdomen. El cuerpo de su pequeño naruto había crecido tanto.. Tanto que ya podía, sí, ya no tendría el miedo de quebrarlo y donde en la mayoría de sus sueños no pasaba nada más que besos en la frente, mimos y caricias, no quería lastimarlo pero ahora.. Ahora es otra historia. Su lujuriosa mente ya podría jugar con el "pequeño" naruto como quisiera, como él quería, hacer sangrar esa piel a mordidas, que gimiera su nombre y poder adueñarse de su cuerpo. Había esperado tantos años y ahora podía, aunque fuera solo un doloroso sueño.

Un jodido sueño

No te puedo esperar. [REGRESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora