Unexpected ✧ VMINKOOK.

dieciséis.

Desde aquel aniversario tan especial, las cosas cambiaron un poco. Primero:

—Queremos que dejes de trabajar —le pidieron un día en el que pidieron hablar con él, algunas semanas después de decirles que cargaba con un hijo de ambos.

—¿Qué? ¡Pero-!

—JungKook —calló enseguida, bajando la mirada ante sus tonos demandantes y formando un puchero frustrado.

Ambos suspiraron, abrazando al omega con suavidad.

—No queremos que hagas un esfuerzo adicional con nuestro cachorro en tu vientre, mi amor —dijo JiMin, dándole un beso en la frente que lo relajó significativamente.

—Sólo nos preocupamos por el bienestar de ambos —dijo esta vez TaeHyung, besando su nariz.

—Iba a dejar de trabajar en cuanto cumpliera el tercer mes —refunfuñó, pero aún así acurrucándose contra sus alfas. Su lobo desde que quedó embarazado le exigía ser más meloso con TaeHyung y JiMin, y no era como que se resistiera mucho.

—Pero me parece que tu vientre está lo suficientemente grande como para ser una incomodidad al bailar —le justificó TaeHyung, besando su cuello y disfrutando del nuevo aroma que hacía a su lobo alfa regocijarse.

Era cierto, la velocidad con la que crecía su vientre era hasta un poco alarmante, en el mes y medio que llevaba ya era notable con todo y ropa. Pero pudieron relajarse cuando el doctor hizo el esfuerzo en confirmar que no era sólo un cachorro, eran dos. Dos gemelos. La noticia de que tendrían dos cachorros en vez de uno los hizo llorar, y ya no tenían que estar preocupados por que el vientre de su omega fuera más grande de lo habitual.

El tamaño en tan pocas semanas cambiaron los planes laborales de JungKook, y aunque hacía el esfuerzo para trabajar bien aún embarazado, su rendimiento había bajado, y todo por culpa del maluco peso adicional que lo hacía cansarse más rápido. Ya su jefe se lo había dicho, y los chicos de TXT también, pero él había insistido.

Pero ahora que sus alfas lo habían descubierto no podía llevarles la contraria. Por lo mismo no quiso decirles sobre su agotamiento.

—No puedes mentirnos sobre que vas de maravilla en el trabajo ¿No?

JungKook puchereó hacia JiMin.

—O que nadie te ha dicho antes ya esto —arrugó su nariz hacia TaeHyung, porque no le gustaba que tuvieron razón.

Por el contrario, los alfas sonrieron y apretaron al omega contra sí más.

—Deja de trabajar, cariño, hazlo por los bebés y por nosotros —le pidió TaeHyung.

—Prometemos hacerte compañía para que no te sientas aburrido —le dijo JiMin.

Suspiró, nunca tenía mucha resistencia cuando se trataba de sus destinados.

—Bien...

—¡Gracias, amor! —los menores lo llenaron de besitos, haciendo que su lobo se regocijara en su puesto.

Segundo:

—¡¿Qué?! ¡¿Estás embarazado?! —gritaron las tres omegas, casi lanzándose al embarazado.

—A-ah, sí... —balbuceó JungKook, jugando con la manito de JiMin, manito que lo hacía gemir como si estuviera en celo.

Ejem, nos desviamos.

JungKook tuvo que taparse los oídos porque se habían puesto más sensibles con el embarazo ante los chillidos emocionados de su madre y sus dos suegras. A lo que sus alfas (y beta) tuvieron que calmarlas.