Capítulo 2

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No podía quedarme mucho más tiempo sin reaccionar, los ojos del chico seguian reflejando mi cara completamente ruborizada.
-Por que te seguían?- conseguí preguntarle sin que mi voz se quebrase.
Suelen hacerlo, al parecer decir cosas desagradables sobre mi es uno de sus hobbies-
Su respuesta inmediatamente me hizo rabiar, esa banda de gilipollas no tienen vida. Conversamos unos minutos y sin darme tiempo a preguntar como se llamaba, el chico salió corriendo hacia su casa, al parecer llegaba tarde y parecía muy desesperado por llegar.
Cuando entre por la puerta de mi casa como todos los días no hay un "buenos días" o una de esas preguntas sin sentido que hacen muchas madres "ya llegaste?". La mía se encontraba mirando la televisión sin tomar un segundo en saludar al hijo que había deseado no tener. Normalmente me prepararía la comida y me encerraría en mi habitación a continuar la novela que empecé hace unos días, pero hoy me salte ese paso y fui directo a mi cuarto. En mi estamago no había espacio para el hambre, lo único que había ahí eran mariposas. Cerré la puerta y mis piernas cansadas cedieron, me quede sentado en el suelo siendo consumido por lo que acababa de pasar. Dude por un momento si únicamente había mostrado interés en conocer a alguien o realmente era jodidamente gay. El cosquilleo en mi estomagó seguía ahí y el rostro del chico no salia de mi cabeza haciendo que mi cara se pareciese cada vez más a los tomates que había comprado mi madre para su cena. No serviría de nada negarlo, me gustan los chicos, pero no estos chicos que van conmigo a clase, golpean paredes al enfadarse y no saben escucharte al ver que no tienen razón en algo. Me gusta él...
Las mariposas se fueron y lo único que quedo dentro de mi fue una sensación de idiotez. No le pregunte su nombre. Patético me queda corto, me pillo completamente de un chaval con el que no he hablado mas de 10 minutos y no se ni como se llama? Definitivamente el kou de hace 2 día estaría juzgandome mucho.
Me acosté despues de aceptar que probablemente sea el único homosexual entre toda la clase, si se hace saber dejare de ser conocido como "el gótico ese que se sienta al fondo" a ser "el gay". Al llegar al aula de clase me quede un poco... como decirlo, entre estúpido y confundido. El chico de ayer iba en mi misma clase, al parecer se lleva sentando unas 3 mesas antes que la mía a primera fila en lo que llevamos de curso.
Me saludo de lejos y yo le respondí, por suerte soy bueno escondiendo emociones por lo que no se noto lo eufórico que me sentía por dentro en ese momento. Me senté en mi sitio y espere a que el profesor pasase lista así podría saber su nombre. Pero como era de esperar, el mundo esta en mi contra. El profesor al ver todos los pupitres ocupados se salto la lista y comenzó a dar materia.
No voy a mentir, me sentía un poco desesperado por la situación. Sonó el timbre del descanso, deje mis cosas en la taquilla y al salir al patio le vi sentado en un banco completamente solo. Es una de esas personas que incluso con la cara relajada sus labios forman un ligera sonrisa.
Me mentalice tragandome todo mi orgullo y me senté a su lado. Su rostro se veía confundido, pero en menos de un segundo sus ojos transmitían ilusión. Me saludo, y conseguimos entablar una pequeña conversación aproveche la mínima oportunidad para preguntarle su nombre.
-Ray-
Era un nombre simple pero aun así mi cabeza lo guardo en la sección de "nombres que no debes olvidar" en la que únicamente se encontraba el mio.
-Los idiotas de ayer, volvieron a decirte algo?-
-No, hoy aún no se han metido conmigo-
-De que se estaban burlando ayer?-
-Cuando no tienen una razón por la que hacerlo acuden a lo fácil, mi cicatriz-
Su mirada perdio el brillo por un momento, estaba claro que vive comentarios diarios sobre cada cosa que hace o dice. Mire mi bolsillo, soy una persona torpe y suelo hacerme heridas con frecuencia por lo que llevo tiritas a mano.
-Ray- Llame por el que inmediatamente miro hacia mi, en ese momento pegue suavemente sobre su nariz una de las tiritas que llevaba en el bolsillo.
-De esta forma solo tu podrás ver tu cicatriz, ellos no tienen ese privilegio-
Su rostro cambio completamente, parecía a punto de llorar. Me dijo uno de sus dulces "gracias" pero esta vez con la mirada, creo que quería abrazarme pero no estaba seguro si me molestaría. Abrí ligeramente mis brazos para hacerle entender que podía, inmediatamente se lanzo sobre mi. No dijimos nada tan solo nos quedamos abrazados unos segundos en los que pude sentir que su corazón latía mucho más lento que el mio.

 No dijimos nada tan solo nos quedamos abrazados unos segundos en los que pude sentir que su corazón latía mucho más lento que el mio

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Flores de cerezo bajo la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora