Capítulo 2

11 1 0
                                    

Se me hace eterna la espera pero de repente sale con esa sonrisa suya, esa que me paraliza... Se va acercando a mi, paso a paso. Y yo, quieta, embobada, viendo como sonrie.

Se posiciona muy cerca de mi, demasiado como para poder hablar. Así que intento dar un paso para atrás, pero me tropiezo con mis tacones y en un abrir y cerrar de ojos estoy en los brazos de Dylan.

-Vigila un poco Sam, podrías haberte hecho daño- dice dejandome en el suelo.

-¿Que haces aquí?

-Vaya, ahora si que me sorprendes...¿No te acuerdas de nada de lo que pasó anoche?

-Me temo que no- digo moriéndome el labio inconscientemente.

-Vaya...-se sienta en el borde de la cama.

Me posiciono delante suyo.

-No quiero volver a caer en tu juego- digo suavemente.

-Nunca jugué contigo.

-Sabías todo lo que eras para mi, y me dejaste. Sola. -se me ponen los ojos llorosos.

-Sam, he cambiado.

-Eso decías cada vez que volvías...

-Enserio pequeña- se levanta de la cama y posiciona sus manos en mis mejillas, obligándome a mirarle a los ojos- Lo siento por todo, de verdad.

-Quiero que te marches, por favor- digo apartándome de él.

Decepcionado, me da un beso en la frente y sale de la habitación, y de la casa.

Las lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas. ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ A TENIDO QUE VOLVER? 

Enseguida entran todas a mi habitación rodeandome. Y como solía hacer Alex cuando teníamos 15 años, me dá una charla diciendome que tengo que valorarme y no llorar por ningun tío. 

Cuando hablamos de esto lo veo todo clarísimo, pero luego aparece y se me cae el mundo encima... A veces desearía no haberle conocido.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 16, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

En manos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora