𝗠𝗮́𝘀 𝗮𝗹𝗹𝗮́ 𝗱𝗲𝗹 𝗰𝗶𝗲𝗹𝗼 ☁︎ ¦𝗬𝘂𝘄𝗶𝗻¦

Lɑ vidɑ es ɑsí, ¿no?

Las personas odian a la muerte, las personas depresivas o como muchos estúpidos los apuntan "locos" la desean más que a nada, hay cosas buenas y cosas malas, por ejemplo, en las cosas buenas sería la familia, los amigos, en las cosas malas serían, las violaciones tanto de niños como de adolescentes, las tantas muertes, los asaltos, la corrupción, entre de más cosas, así como hay cosas buenas y cosas malas, las personas también tienen sus altos y sus bajos, una persona puede ser sumamente feliz, ya sea porque así es su forma de ser, o porque simplemente les gusta verle el lado bueno a todo, y hay personas que sufren un cáncer que no es mortal, pero si te daña, ese cáncer es la 𝗱𝗲𝗽𝗿𝗲𝘀𝗶𝗼́𝗻, la maravillosa depresión, todos en su vida la tienen en mayor o menor escala, pero la han tenido, aveces por un desempleo, una ruptura, eso es normal, y se supera, y después están los demás, las depresiones más fuertes, el abandono de tus padres, víctima del acoso, entre demás cosas, unas veces se forma por un choque muy fuerte de emociones y otra por simple genética, este es el caso de Nakamoto Yuta, un chico que era alegre y que cambio radicalmente a una persona que no expresa emoción alguna, pero no es por sus padres o hermanos, si no por la puta sociedad de mierda que siempre crítica sin saber, siempre tachandolo de "raro", "sin emociones" y esos insultos sin sentido, quienes lo llegan a conocer saben que Yuta no es así, pero la sociedad que no sirve más que para joder al mundo, crítica por dejarse llevar por las apariencias.

-No te muevas-quitó el algodón de su rostro-

-Como no quieres que me quite, si esa joda arde como el puto infierno-se quejó-.

-Me vale, es mejor esto a que se te infecte la herida-volvió a colocar el algodón en su rostro-

-Taeyong, dile a tu pareja que pare!

-Yuta, Ten solo te está poniendo alcohol.

-Pero me arde-así como lo dijo así sintió como él tailandés quitaba el algodón-.

-Ya está, exagerado-guardo los utensilios en el pequeño botiquín-ahora si dirás, ¿Quién mierda te dejo como santo cristo?.

-Ya saben la respuesta, no es necesario que lo repita cada día.

-Maldito hijo de puta, ya no me importa si quieren o no, yo lo mató.

-Johnny, tranquilo, no eres él único que le quiere romper el culo, yo también lo quiero hacer-dijo Taeyong tocando el hombro del más alto-.

Está plática le aburría, siempre era lo mismo, él llegando golpeado al descansó donde se reunía con sus amigos, que Ten lo curará, Johnny y Taeyong teniendo la plática de querer romperle el culo al tardado, siempre era lo mismo, siempre la misma rutina, ¿Por qué no lo dejan tranquilo?, Decían que su actitud era de niñato, que no iba con su edad, y ahora que ya dejó esa actitud ante la vista de los demás, ¿Por qué lo joden?, ¿Qué más quieren?, ¿Qué tenga un puto tatuaje y diga "soy un badboy?, No, podía haber cambiado pero no para ser un puto badboy, con nada se les podía complacer a esos hijos de puta, que si eres alegre y positivo, eres un puto niñato, que si ya no abres tus sentimientos, eres un puto sin sentimientos,¿Con qué actitud lo dejarán de joder?, Ya tiene suficiente con sentirse la mierda en vida, como para que estos vengan y le jodan más su cabeza y sentimientos.

-!Ya llegué mamá!-dejó sus zapatos en la orilla de la pared-.

-Mamá no está, se ha ido con papá a la empresa.

-Entonces iré a mi habitación-paso su mano por los cabellos negros de su hermano-Cuando tengas hambre me avisas, Haruto.

¿Ser él mayor es difícil?, para Yuta no, para Yuta el ser él mayor era pan comido, claro que tenía la ayuda de su hermana Sana en cuidar y dar de comer a Haruto cuando sus padres no estaban, en lo que si podía decirse que era difícil era controlar las emociones de un adolescente de 15 años y una de 16, más no le reclamaba nada a sus padres, ellos se esfuerzan en tenerlos con una buena vida, ¿Por qué no cooperar un poco?.

-Siempre teniendo que ocultar esos sentimientos-entró su hermana a la habitación-

-¿Qué quieres decir con eso Sana?-dejó el celular en la mesita de noche y le puso atención a su hermana-

-Podrás engañar a Haruto, incluso a mis padres, pero a mí no-se sentó junto a él-.

-Sigo sin entenderte.

-Se que sufres de algo, te conozco y esa no es tú mirada-tocó su mejilla suavemente-tú mirada ya no es la de hace unos años.

-Sana, te lo he dicho ya varias veces, no me pasa nada.

-Claro que te pasa algo-dejó de tocarle la mejilla-Si no te pasa nada, entonces dime,¿Quién te ha hecho éstos golpes?.

-Me he dado con la puerta del salón.

-¿Crees que me chupo un dedo?-su tono cambio a uno más serio-Se que hay unos hijos de puta que te molestan.

-Si, bien me molestan,¿Y qué?-quería enserio dejar está conversación-

-¿Cómo que y qué?, Por Dios,Yuta, esos locos te pueden hacer más daño!

-No lo han hecho.

-¿Y si lo hacen? ¿Qué pasaría si llegan a algo más extremo?-su expresión no decía enojó, su expresión decía angustia y miedo-.

-Pues ya-dijo sin importancia-La vida es así, ¿no?.

-No, no es así.

-Pues yo la veo así-serio-Sana, enserio que esos insultos y golpes no son nada.

-Haré como que te creó-tomó la perilla de la puerta-Soló quiero que me tengas confianza y que cuando te peguen no vallas con tus amigos para que te curen, quiero que vengas conmigo para que yo lo haga-sin más salió del cuarto del mayor-.

La vida era eso, un sin fin de aventuras, unas buenas otras malas, pero siempre había una, si una víctima se quiere hacer fuerte lo haría, más no pueden, porque él victimario se vuelve el doblé de fuerte, dejando a la víctima con la única solución, seguir aguantando los insultos y golpes que los victimarios les dan, porque la vida es así ¿no?.