¿Quién dijo que me voy ɑ rendir?

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—¿Quién era ese chico Yuta?–preguntó Taeyong cuando llegó junto a ellos–.

—¿Se acuerdan del chico que les conté?, él chico que impidió que me tirara del puente.

—Ah, sí, sí lo recuerdo–asintió Johnny–.

—Bueno, pues es él.

—¿Era él?–asintió ante la pregunta de Taeyong–.

—Me quería ayudar.

—¿Ayudar?, ¿En qué?.

—"Ver mejor la vida"–rodó los ojos–.

—Y tú le dijiste que no, ¿cierto?.

—Y estoy bien en haberle dicho que no, él ya me salvo, ya no tiene que meterse más en mi vida, aparte ni siquiera me conoce.

Ambos chicos asintieron ante lo dicho por Nakamoto.

¿Ver la vida mejor? !JA! ¿En qué podía ver mejor a la vida?. Mientras las personas sigan siendo lo que son–una mierda–él no vería mejor la vida, tal vez Sicheng la veía de una manera demasiado diferente a como la veía él...

—Haruto, ¿a dónde fue Sana?.

—Sana fue a hacer un trabajo en equipo con una compañera.

—Bien–dijo bajó viendo a su hermano–.

—Ah, cierto, casi se me olvida, mamá y papá van a llegar temprano.

—oh, ¿en serio?–él menor asintió sonriendo–Bueno, entonces, ¿me ayudas a hacer la comida?–sonrió–.

—!Sí!–se levantó del mueble y corrió a la cocina–.

Una comida familiar... Al fin tendrían una comida familiar, por fin sus padres saldrían temprano y podrían pasar más tiempo como familia.

—¿No le pongo?.

—No Haruto, no puedes ponerle.

—¿Por qué no?.

—Porque eso no lleva sal.

—¿No lleva?.

—No, no lleva–dejó de cortar la verdura y miró al menor–¿Desde cuando la limonada lleva sal, Haruto?.

—No sé–alzó los hombros–quería innovar pero bueno.

—Que innovar ni que nada, apúrate en terminarla.

_..._

—¿Quieres que te ayude mamá?–preguntó en el borde de la puerta–.

—¿ah?–su madre volteo–Cariño, no es necesario ve a descansar, ya hiciste mucho con la comida–sonrió–.

—La que debe de ir a descansar eres tú–se acercó a Momo–anda mamá ve a descansar.

—No dejarás que me quedé a lavarlos, ¿Verdad?–él menor negó–hay cariño.

—Anda ve a descansar–sonrió–.

—Está bien cariño–dejo un beso en su mejilla y se fue–.

Cosa por la que a veces pensaba que vivir no era tan malo era sin dudarlo su madre.
Aquella mujer que iba a llegada de los 39 años y que aún así irradiaba su belleza.

Para un hijo su madre siempre será lo más valioso en su vida, la querrá más que a nada
Y en Yuta no era la excepción, Momo siempre se esforzaba en demás para saber lo que pasaba en la cabeza y sentimientos de sus tres hijos.

Terminó de lavar los trastes sucios, y se fue a su habitación.

–tomó su celular que sonaba indicando que alguien lo llamaba–¿Ten?, ¿Qué pasa?.

—Eso dime tú, ¿Cómo es así que le tiraron agua al grupito idiota?.

—¿Es sobre eso?, Bueno la verdad es que fueron Johnny y Taeyong yo no hice nada–se defendió–.

—¿En serio?, Y si es así, ¿Por qué los dejaste?.

—Ah bueno en eso sí quiero aclarar que me convencieron, digo ese par de tarados se lo merecían.

—¿Por qué no me puedo enojar contigo?–se escuchó un suspiro–.

—Porque muy en el fondo sabes que estuvo bien lo que hicieron.

—¿Qué más idioteces hicieron mientras Taeil y yo no estábamos?.

—Pues nada en sí–se acostó en la cama–.

Hablar por llamada con Ten le daba un buen humor, pues Ten sabía cómo sacar risas, más cuando él tailandés le decía que dejó en abstinencia a su querida pareja, porque eso era lo mejor para él, burlarse de Taeyong por estar en abstinencia por un mes.

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—Dijo que no, ¿cierto?–asintió–te rendirás entonces

—¿Quién dijo que me voy a rendir?

—¿Cómo?–lo miró con el ceño fruncido–¿seguirás acosandolo?.

—!Que no es acoso!.

—Lo que sea, ¿seguirás haciéndolo?–asintió–¿no te caíste de niño?.

—¿Qué?, no nunca, ¿por qué la pregunta?.

—Primero me pides que investigue de un chico al cual ni conoces ni has hablado con él

—Corrección ya hable con él, fueron más de cinco palabras.

—Cómo sea, el chiste aquí es que no lo conoces del todo, vas a su preparatoria, le dices que lo vas a ayudar, te rechaza la ayuda, y aún así quieres ayudarlo?.

—Básicamente.

—Estas loco Sicheng.

—No estoy loco–soltó un bufido–.

—Solo espero que Kun no se entere de tus locuras.

—En eso estoy de acuerdo contigo.

Todos eran tontos, Yuta decía que él no sabía lo que era ser criticado, y bueno no lo culpa
muchas personas piensan que como su actitud es en demás positiva, nunca les hace caso a los comentarios malos, pero la verdad era otra.

Él sí sufrió un tiempo por aquellos comentarios que sus compañeros le decían.
Hasta hubo veces en las que sus "amigos" lo decían a sus espaldas, y era ridículo porque al final de cuentas se terminaba enterando.

Sentir esas cosas, de que la vida ya no tiene sentido, que todos hablaran de ti, y que tú simplemente ya no puedes, fueron cosas que él sintió en carne propia. Por suerte sus padres y hermano se enteraron de la situación, cambiándolo de inmediato de escuela, nunca lo dejaron solo, si sentía mal sus padres hablaban hasta que él sacará toda la tristeza que tenía.

Y simplemente quiere ayudar a las personas que sufren aquellas cosas, o piensan esas cosas.

Decir que se enojo con Yuta era tonto, ya que él no sabía que había pasado por aquellas cosas, y lo comprendía, por parte de él, la palabra rendirse no estaba en sus planes.
Era necio, y ya estaba empeñado en ayudar a Yuta.

—¿Y qué harás?

—¿Cómo?–miró confundido a su cuñado–.

—Qué harás para hacer que Yuta acepte tu ayuda.

—Iré de nuevo a su escuela–sonrió ampliamente–.

—¿Y tú dignidad?–susurro–

—Perdón, ¿Dijiste algo Hansol hyung?

—Que me tengo que ir a ver a Kun–se levantó de su lugar–Nos vemos mañana para que me platiques que tal te fue.

—Claro hyung–sonrió–Nos vemos.

Suspiro viendo como se iba Hansol de la cafetería.

—Será mejor que me vaya yo también–se levantó del lugar y dejó dinero en la mesa–ha sido un largo día.

𝗠𝗮́𝘀 𝗮𝗹𝗹𝗮́ 𝗱𝗲𝗹 𝗰𝗶𝗲𝗹𝗼 ☁︎ ¦𝗬𝘂𝘄𝗶𝗻¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora