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Todo Hogwarts está siendo testigo de la llegada del crudo y despiadado invierno, en especial los alumnos de la casa de Slytherin, quienes tienen que soportar el viento que se cuela por los orificios de las pocas ventanas que tienen.

Si la casa ya era fría de por sí, ahora es un congelador, y Draco Malfoy no puede dejar de castañear los dientes con miles de mantas encima de él. Hasta sus compañeros de cuarto lo pueden escuchar.

Pasan los minutos y el frío no cesa, entonces el chico rubio platinado se levanta de su cama con una de las mantas cubriéndolo y se coloca sus pantuflas, está decidido a hacerlo, Draco necesita calor humano y no se lo va a pedir a sus amigos.

—¿Estás loco? Vuelve a tu cama o te va a dar hipotermia —advierte Crabbe asomando su cabeza regordeta.

—Me va a dar una neumonía si sigo aquí —espeta Malfoy y antes de dirigirse al exterior de los dormitorios se enrolla una bufanda en su cuello.

Va con cuidado de no ser visto ni por la Sra. Norris ni por Filch, aunque es muy probable que esos dos estén refugiados al lado del calor de una chimenea. Lo único que motiva a Draco a mover sus piernas, a pesar de que se le estén congelando, es tener los brazos de su novio alrededor de él.

Apenas llevan dos meses saliendo bajo las miradas curiosas de todo Hogwarts, incluso de la profesora McGonagall, ella es la que hace vista gorda cuando los pilla despidiéndose el uno del otro en las puertas de sus casas a altas horas de la noche.

No es secreto que ellos a veces se turnan para dormir juntos, un día en la habitación de Draco, otro en la de Harry, pero lo más lindo es cuando se quedan dormidos juntos en una de las salas comunes.

Finalmente llega al retrato de la dama gorda, para su suerte, ella está ahí —o algo así—. La mujer está con muchos abrigos que la hacen ver más voluptuosa.

—Fortuna mayor —dice la contraseña.

—Pasa, querido.

La puerta se abre dejando que una ola de calor llegue a Draco, pero no es la que él quiere. Entra casi corriendo y está por subir las escaleras que dan a los dormitorios de los hombres para encontrar a su azabache favorito, pero no es necesario, él ya está en la sala común sentado con un libro entre sus pálidas manos y abrigado por una manta roja que se ve muy suave.

Draco lo repara por unos segundos antes de hablar.

—Potter, tengo frío. —Hace un puchero y Harry desvía la vista del libro hacia su novio antes de dejar el objeto en una de las mesitas y abrirle espacio en el sillón de tres cuerpos. 

—Ven aquí —replica con una sonrisa cálida.

El rubio no espera a que diga más, se lanza hacia él y los cubre con la tela roja. Harry suelta una pequeña carcajada y lo abraza, sigue con su lectura acariciando el cabello de su enamorado con ternura.

—¿Te falta mucho? —pregunta Draco después de unos minutos en los que recibe pequeñas caricias.

—Ya terminé, ahora soy todo tuyo.

Vuelve a dejar el libro en la mesita y se acomoda en una posición donde Malfoy sea quien reciba la mayoría del calor que emana de la chimenea que se encuentra a tan solo unos metros.

—Buenas noches. —Harry con un movimiento de su varita apaga las luces y le da un casto beso en los labios.

—Buenas noches.

Y se quedan dormidos sin imaginar que en todo este rato su amiga, Heather Avery, los estuvo observando desde una esquina oscura, se aguantó muchos "aw" y chillidos de emoción por lo tiernos y cursis que le resultaba la pareja.


(...)


A la mañana siguiente, es Heather quien despierta a los novios para que bajen a desayunar antes que toda la casa de Gryffindor los vea en plan romántico. Ellos le hacen caso y la chica solo los ve como una madre orgullosa. Hermione llega a su lado luego de que ellos abandonaran la sala.

—¿Fueron muy cursis? —pregunta.

—Un poquito, solo lo suficiente. —Heather no puede evitar sonreír de una manera adorable, tanto que se ve como si fuera a explotar de amor.

—Me encanta, ya quiero que se casen. —Salen juntas de la casa en dirección al gran comedor.

—Ni que me lo digas, yo ya quiero que tengan un mini Draco, imagina el dolor de cabeza que será para Harry —comenta soltando una risa al igual que su amiga.

Cuando llegan al comedor, ven a lo lejos a la pareja desayunando juntos. Harry le sirve un par de tostadas con huevo y Draco se las recibe gustoso antes de darle un beso. Hay varias personas embobadas con ambos ¿y quién no? todo Hogwarts está pendiente de ellos como si fueran la pareja perfecta.

Y es muy posible que lo sean, pero nadie les dice.




•✦─────────✦•

Okay, holis, me presento; me llamo Marti. Verán, hace un tiempo descubrí algo llamado "realidad deseada" y de que yo podía ir a Hogwarts, entonces hice mi guión y fui a una realidad donde junté a Draco con Harry, con Hermione de cómplice. Esto se lo conté a mis amigas que aman Drarry y me pedían que les diera detalles, así que decidí escribir cada anécdota de ellos, obviamente las que yo vi o me contaron mis amigos de Hogwarts, Crabbe y Goyle se les quiere por contarme todos los shismes jejeje.

 Bueno, esta es la primera anécdota que voy a publicar, espero que les haya gustado a pesar de lo corto que fue y síganme para que Wattpad les notifique cada que subo una nueva.

Besos <3



Potter, tengo fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora