Codigo 1: Adiccion

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Desde que tomo este trabajo jamás cambio la ruta por la cual llegaba, no por que fuera la más segura o la más rápida, en lo más mínimo, simplemente fue porque esta fue la que su cerebro podía ir caminado en modo automático sin golpearse contra una señal de alto o ser atropellada, por más tentador que esto último pueda será para una parte suya. A Jordan le agradaba esta modalidad de irse de este mundo entre comillas y en un boom, estar enfrente de aquel edificio de cuatro plantas con enorme terreno que grita empresa millonaria a kilómetros, destacando el cartel con letras doradas que decia laboratorios incognito, aunque ella lo llama cárcel con teclados. Si, la misma empresa que casi la trauma, llevandola del amor al desprecio por los osos polares adultos.

Apagando su cigarrillo y botándolo a la basura, procedió a pasar su tarjeta de identificación de empleada, que la recibió con la pantalla verde y una sonrisa digital dándole los buenos días.

"Gracias por darle los buenos días a los esclavos..." susurro Jordan con desinterés ante la máquina, guardando la identificación en su bolsa y entrando al edificio. Semana nueva y otra recepcionista nueva a la cual no se molestó en saludar, pues al igual que las últimas nueve, a menos que pasara el jefe físicamente a revisar que hiciera su trabajo, esta se encontraba con los ojos inyectados en el celular viendo porquería en internet, y no de la legal.

A menos que sepa chupar bien los tubos o conozca al presidente John Cena, no pasaba de la semana.

"¡Esto esta delicioso! ¡Preparas la comida de una diosa!" escucho a alguien familiar gritar de alegría desde la cafetería, así que el rumor era cierto. No pudo evitar sonreír un poco.

"Oye diosa" dijo Jordan al entrar a la cafetería "tampoco lo consientas tanto, recuerda que tiene una granja que mantener, no queremos una versión masculina de Virginia."

"Ja, ja, muy chistosa señorita casi quemo la cocina de mis padres calentando sopa de pollo" contraataco Liam rodando los ojos, para de inmediato dejar un momento su desayuno y saludar a Jordan "sorpresa, me dieron el empleo, aunque sea por unos días."

"Diría genial por ser conserje, pero conociendo a Juan de la planta tres, sólo me queda darte mis condolencias, se pone mal cuando come arepas" un olor penetrante inunda la cafetería de repente "y creo que hoy es el caso."

"Creo que deberías irnos, ya es hora de estar sentados por horas frente a la computadora" hablo la diosa del desayuno de Liam, conocida como Stella Zhau, quien rápidamente le dio un abrazo a Jordan "¿todo bien? Las ojeras se ven un poco más grandes."

"Si, lo mismo de siempre, te cuento a la hora del café" contesto sin muchas energías, Stella es a la única persona que medianamente le confía parte de sus problemas, una válvula de escapa pequeña, pero un escape al fin.

Tras el potente hedor, Liam se tragó la comida de su nueva diosa antes de irse a trapear la sala de juntas donde los jefes tendrían una reunión, donde por lo que supo estos días participaría Sid Chang, la prodigio de la compañía, la arcoíris que motivaba a todos con su positivismo, alegría, entusiasmo, toda esa cosa...bueno, a casi todos.

Simplemente los códigos no funcionaban entre ellas...más bien, de Jordan para ella.

"Ahh..." Jordan se sentó en su escritorio de siempre, sin decoración o nada que destacara que dijera que este es el escritorio de trabajo de Jordan Rosato, incluso el fondo de pantalla es el típico de Windows XP que ni se molestó en cambiar. Todo muy estándar ¿para qué decorarlo? Sólo sienta su trasero por horas en una computadora súper potente a teclear códigos estúpidos que no los méritos le darán por ello, simplemente abrió su termo con coca cola, le dio un sorbo y se posó a trabajar con música de fondo, haciendo su trabajo por el cual consume su vida de forma rutinaria, programando estupideces que haran a la gente mas floja.

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2021 ⏰

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