- Si te aprieta mucho o te molesta me dices - Bill terminaba de hacer un nudo espiral en las muñecas y tobillos de Vannah. - ¿Si estás bien? - le susurra desde el borde de la tabla que estaba en horizontal y ella estaba acostada.
Vannah asiente.
- ¡Bill! Solo tienes 25 minutos para hacer que ella acabe, esto no es un previo de nada, debes ir directo al grano. La gente se aburre. ¡Empiezas ahora! - Un hombre alto, delgado, de tez bronceada, con cabello largo hasta los hombros, con la corbata desecha y acento latino le gritaba a Bill desde abajo del escenario. Estaba un poco impaciente. - ¡Bill! ¡Por Dios! No puedo estar todo el tiempo dirigiéndote.
Bill estaba un poco nervioso, a sus 20 años le dificultaba imaginarse que mucha gente lo iba a ver mientras hacía que una mujer llegara un orgasmo, no se sentía preparado. Además, Vannah lo inquietaba, no quería que alguien como una chica tan bella, dulce y sexy fuera tan expuesta de esa manera.
- Unzaga, déjame hacerlo yo. ¿Por qué Bill debe hacerlo? - Vannah dirigió la mirada a Bill, ella ya conocía su nerviosismo. - Bill, va ser más fácil si yo...
¡Zas!
Bill había tomado una paleta fina de cuero y azotó a Vannah entre las piernas, se montó sobre la tabla, empezó a acariciarle la pierna con la paleta y le susurró muy de cerca al rostro.
- Vannah, cariño, mi amor... A partir de ahora tu no hablas si yo no te lo pido.
- El tiempo corre, Bill.
¡Zas!
Vannah ahogó el grito.
- Si. Yo. Te. Lo. Pido - enfatizó cada una de sus palabras golpeando suavemente la abertura de su vagina.
Vannah halaba más fuerte de las cuerdas pero Bill ya había aprendido la técnica de que no se deshicieran los nudos. Mientras tanto, Bill empezó a estimularla con la punta de la paleta, era fina, ligera pero un tanto ruda al tacto, sabía que Vannah no era tan fácil de estimular con objetos pero si se le podía llegar al oído, le gustaba escuchar cada detalle hablado de lo que provovaba en otros.
- Me es curioso como te erizas cuando te hablo así de cerca. Vannah no voy hacerte venir con esto - Le muestra la paleta - sino con esto - baja más la voz y acerca su boca al oído.
Bill se pone a un costado de la tabla de pie, la tabla en el aire le llegaba a la altura de la ingle, de esa manera él quedaba de frente a lo que iba a ser la audiencia y Vannah seguía amarrada allí. Le iba a ser muy incómodo de esa manera y le quedaba poco tiempo, el tiempo que le dio Unzaga para terminar la sesión, o el ensayo de la misma, así que aprovechó que la tabla era aérea y la levantó, de esa manera le llegaba mejor al oído a Vannah.
- Me gustaría tocarte así con mis dedos, tienes una piel muy suave, muy blanca... Uhmm... Que no haría para cambiarla de color, así como más rosada. - a medida de que hablaba acariciaba la entrepierna de ella, podía observar como los vellos de la nuca de Vannah se erizaban. Ella cerró los ojos, a veces le parecía muy humillante que su cuerpo reaccionara más rápido mientras Bill le hablaba. Vannah con sus 18 años no tenía mucha experiencia pero sabía que ese era su mundo lo más intuyó apenas Unzaga le dio trabajo como mesera en Mazmo y vio lo que se hacía ahí, ella misma le pidió que la entrenara así que tanto ella como Bill eran los pupilos del Amo más respetado de Nueva Orleans.
Bill empezó a abrile los labios inferiores con la paleta, empezó a estimularla y cuando saco la punta la alzó a la altura de la vista de Vannah donde la luz cenital le daba de frente.
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MAZMO
RomanceVannah era la más respetada y temida de todas las Amas y Amos, hasta que un día le arrebatan a su dulce Alice, un homicidio cruel. Ella es sospechosa del asesinato y queda herida psicologicamente, internandose en un centro de salud psiquiátrico para...