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Yoongi llevaba más de diez minutos meditando, su mirada fija en Ye Won y su mano sosteniendo su barbilla. Tengo que irme, la menor observaba nerviosa el reloj en su celular; estaba a punto de irse cuando el director le llamó, el presidente Min queria verla, pero justo ahora no articulaba cosa alguna frente a ella.

Ye Won no tenía ganas de hablar del pasado, mucho menos de las cosas tan estúpidas que había dicho o hecho. Su celular comenzó a vibrar, y como había sospechado, Yoonji seguro estaba esperando a que llegara. Tomó el móvil, ignorando la mirada fría y cínica que le dirigió Min en ese momento.

—Cariño, lamento no haberte llamado, ¿ya terminaste? —Sonrió al teléfono, girándose un poco para evitar que Min le escuchara.

¿Cariño?, Yoongi sonrió burlón, pues no se imaginaba que ella podría haberle olvidado. Su ego era tan grande como lo que había enmedio de sus piernas. La idea de que ella ahora tuviera alguien más simplemente no le cabía en la cabeza, la rechazaba a toda costa. Incluso consideró que quizá era una llamada falsa, todo para no dejar caer su ego hasta el piso.

Ye Won terminó la llamada, y de inmediato se puso de pie, Yoonji le había dicho que no se molestara en llegar tarde, pues podría jugar más tiempo con Jungkook, pero ella no quería incomodar al matrimonio Kim llegando más tarde de lo acordado.

—Presidente Min, —hizo una reverencia llamando su atención— lamento tener que irme sin escuchar palabra alguna de usted, pero mi jornada terminó y debo irme.

— ¿Usas la formalidad? —Yoongi rió recargándose en el respaldo de su silla— No creí que hubieras cambiado tanto.

—Presidente Min, ¿cómo podría yo faltarle al respeto? —E ideando una respuesta ingeniosa, sonrió— Usted posee tanto en este mundo que me deja en una posición desfavorable, por favor, no me haga faltarle al respeto usando el tono informal con usted, porque no lo merezco. No estoy en el mismo rango de siquiera hablar con usted, un ser humado de otra categoría, en la cima de los negocios y obteniendo lo que desea con solo señalarlo. Me retiro, le será más cómodo hablar con alguien que sea igual a usted.

Meneando ligeramente sus caderas y alzando su rostro, Ye Won salió de la sala de conferencias. Recordaba todo lo que él decía, y ahora lo usaba como una técnica de ataque hacia él; ¿él quería un trato especial digno de un rey?, pues ahora lo tiene. Despidiéndose de los empleados con una sonrisa, bajó hasta el estacionamiento, caminando hasta su auto con algo de prisa.

—Señorita Ye Won, —Yoongi había bajado del ascensor— ¿cómo quiere que hable si es usted la que interrumpe?

Ignóralo, hay que ir por Yoonji, haciendo caso a su subconsiente, no respondió. Encendió el auto y acomodó su cinturón de seguridad, lista para irse. Hasta que Yoongi abrió una de las puertas para luego subir. Por dios, ¿qué le pasa a este hombre?

—Presidente, por favor, ¿podría bajar de mi auto? —Estaba aguantando con su ser para no golpearle o lastimarle de algún modo.

— ¿Sigues con tu formalismo? —Sonrió— Extrañamente siento ese tono muy falso, no veo la hora en que pierdas la paciencia y comiences a gritarme.

—Baja de mi auto, por favor. —Con una expresión serena, sonrió. Esperaba que por las buenas funcionara mejor.

Yoongi, en cambio, abrochó su cinturón de seguridad y se cruzó de brazos. La estaba poniendo a prueba, pues seguía sin creer todo lo que había leído en aquella carta; no podía creer que ella le hubiese olvidado, tampoco podía aceptar el cambio de su persona y aquella actitud tan agradable que emanaba a todos lados. Sentía cierta falsedad en sus palabras y acciones, no podía determinar si aquello era realmente sincero.

—No quiero que te involucres más conmigo, —Ye Won suspiró— sea lo que sea, déjalo. Has hecho suficiente, y en la carta lo dije todo, así que, por favor, no seas testarudo y sal de mi auto.

Pero él no se iba a dejar vencer tan fácil, por ello simplemente asintió. Ye Won arrancó, en realidad no quería que él supiera de la existencia de su hija, menos cuando él era su padre. Manejaba ideando algo para librarse de él, y no tuvo más remedio seguir conduciendo, hasta que se detuvo cerca de un parque. Yoongi la observó confundido, pero ella señaló afuera indicando lo que debía hacer.

—Oh, así que no quieres demostrar que tu mentira en realmente falsa... —asintió ligeramente— entiendo.

—Baja o llamaré a Jimin, —sostuvo su celular en el aire, marcando rápidamente los números— ¿no vas a bajar?

—Solo si me lo pides amablemente, —sonrió— no te escucho hacerlo.

—Si no bajas voy a echarte gas pimienta, dejarte inconsiente y encerrarte para pedir una generosa recompensa por ti, claro, eso si alguien está dispuesto a buscarte. —Ye Won sonrió.

Había tocado un punto débil de Yoongi; él no tenía muchos amigos, e incluso algunos de ellos simplemente lo veían como un cajero automático. Sabiendo que no había algo que pudiese usar en su contra, Min salió del auto, para luego ver como ella se alejaba con prisa. No te librarás tan fácil de mí, memorizando su placa y llamando a un taxi, Yoongi le siguió.

Estacionando su auto en la acera, Ye Won bajó rápidamente, corriendo hasta la puerta del matrimonio Kim. Tocó el timbre nerviosa, quizá esperando que estuviesen molestos por la tardanza de ella. Pero todo lo contrario, So Jung le invitó a pasar para luego estrecharla en sus brazos.

— ¡Linda! —Besó sus mejillas— Tu hija nos contó que a veces tienes tanto trabajo que terminas agotada, así que preparamos una cena para ti.

—Oh, —Ye Won tomó la manta con varios topper apilados— muchas gracias, espero no haberles molestado con...

— ¡Mamá! —Yoonji corrió a abrazarla con una sonrisa, mostrando un dibujo— Kookie y tío Joon, me enseñaron a hacer un gorrión a lápiz.

—Que lindo, —Ye Won tomó el dibujo con una sonrisa— vaya, es realmente bueno.

—La pequeña Yoonji tiene talento para dibujar. —Un chico llegó bajando las escaleras junto a Jungkook— Soy Kim Namjoon, hermano menor de Seok Jin y tío de Jungkook.

—M-Mucho gusto. —Ye Won sonrió— Soy Ye Won, la madre de Yoonji.

Y ambos estrecharon su mano con una sonrisa, frente a la mirada atenta del matrimonio Kim y los pequeños. So Jung codeó a Seok Jin sonriéndole, mientras que Yoonji notó aquella chispa que había sonado entre ambos.

—Mi mamá está soltera. —Comentó Yoonji sonriéndole a Namjoon.

— ¡Yoon! —Ye Won sonrió apenada— Lo siento, ella, uhm...

—Descuida, —Namjoon sonrió— por cierto, Yoonji me comentó que vivían en los apartamentos de Seúl, puedo acompañarles hasta ahí. Es peligroso que vayan solas a estas horas.

—Oh, sí, —asintió Ye Won— muchas gracias.

Y luego de despedirse del matrimonio Kim junto con el pequeño Jungkook, salieron al auto. A distancia, Yoongi veía la escena, no creo que sea él, negó. Kim Namjoon era perfecto, tenía una piel bronceada atractiva, cabellos castaños que lo hacían lucir jóven y un físico increíble, sin mencionar sus trabajados brazos. Una pequeña sensación ágria de celos recorrió a Min. Hasta que una idea llegó a su cabeza, con una sonrisa le indicó al chofer que conduciera hacia la dirección contraria. Rodó los ojos al recibir una llamada de su amigo favorito, Park Jimin.

—Estoy ocupado. —Dijo para luego colgar. No iba a permitir que Jimin destruyera el plan que se ideaba en esos momentos en su cabeza.







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❀ thankful ✓ ⌜ sumji ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora