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La alarma a las 07:00 am comienza a sonar haciendo que Yugyeom despierte de su profundo sueño, hoy, como todos los días debía hacer las mismas rutinas de siempre, acompañar a su padre y madre al trabajo, almorzar junto a ellos y luego ir a sus clases de piano, su parte favorita del día.

Yugyeom amaba el piano, adoraba la melodía que este instrumento entregaba, podías tocar melodías según tus estados de ánimos de feliz a triste, hasta te hace soltar lagrimas, te dejas llevar por este e incluso muchos de sus compañeros de clase lo envidiaban ya que era el mejor de su clase, contaba con uno en casa y lo toca cada vez que el quiere, en sus momentos felices y tristes por lo estrictos e peleas que sus padres tenían.

Por lo anteriormente dicho, sus padres eran estrictos, no contaba con muchos amigos, por suerte tenía a su mejor amigo Bambam pero lamentable este tuvo que viajar a su país natal, por lo tanto perdió el contacto con él y claro, lo extrañaba demasiado. También sus padres suelen tener bastantes discusiones, tienen vidas ocupadas, lo que la prensa decía, rumores que a veces eran ciertos pero tenían que pretender ser una familia feliz para la buena imagen de esta.

Su madre es lo único que tiene, puede confiar en ella y siempre fueron unidos, aún que a veces ambos no estaban de acuerdo en algunas cosas, ¿su padre? desde pequeño nunca tuvo buena comunicación con el por el trabajo.

— Hola mami.— habló el chico alto con mechones alborotados de recién levantarse, dejando un beso en la mejilla de esta.— ¿Todo bien?

— Claro que si Yugy.— su madre le sonríe suavemente y acaricia el cabello de su hijo.— te tengo una sorpresa, el desayuno lo hice yo hoy y quise hacer algo muy rico que a ti te encanta mucho.

— ¡Oh, oh! ¡Ya se!.—la miro emocionado achinando sus ojitos.— Panqueques con crema y ¡fresas! ¿Verdad?

Su madre asintió con la cabeza y el alto salto de la emoción, la verdad es que esta no entendía el por qué su hijo es muy tierno a la edad que tiene, no parece de veintidós, si no un niño muy bonito de diez años por su forma de ser.

El ambiente era bastante cómodo, su madre y él hablaban de una que otra cosa hasta que siempre terminaban hablando de cuando Yugyeom era pequeño y no podía decir bien su nombre, hasta que el padre de Yugy se hace presente en la cocina haciendo que inmediatamente el ambiente se tornara incómodo, el con su cara seria, amargado y directo.

— Buenos días.—camino hacia su plato ya servido en la mesa.— Iré al grano, hoy tendremos una cena familiar, más vale que digan que vamos por un buen camino como familia y quiero que Yugyeom toque piano ¿está claro?

Ambos asintieron a las órdenes del hombre, que al rato este se levanta y se retira de la cocina tomando sus cosas para finalmente salir de casa, el menor solo soltó un suspiro algo triste y levantó su mirada al sentir una suave caricia en su mejilla.

— No te sientas así ¿sí, Yugyeom?, ya sabes cómo es tu padre.—beso su mejilla.— nos vemos en la cena.

Su madre deja un beso en su frente retirándose de la cocina, mira como esta se retira de casa y sigue con su desayuno, probablemente después de terminar con su plato favorito, ensayaría un poco en el piano y esperaría hasta la cena.

|| Aaaaaa, es mi primera vez haciendo este tipo de historias, estoy poniendo todo mi esfuerzo para que quede muy bonito todo y realmente espero que les guste, lamento de ante mano si mi redacción y/o mi ortografía no es de la mejor

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|| Aaaaaa, es mi primera vez haciendo este tipo de historias, estoy poniendo todo mi esfuerzo para que quede muy bonito todo y realmente espero que les guste, lamento de ante mano si mi redacción y/o mi ortografía no es de la mejor. <33

¡Gracias!

the pianist and the waiter ; yugmarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora