Capitulo 2

1.8K 83 5
                                    

---Segundo día en la isla desierta---

Como era de esperarse la primera en levantarse fue Robin, ella siempre despertaba temprano. Por otra parte, Zoro aun dormia como si no hubiera un mañana.

-Espadachin, seguire recorriendo la isla, luego nos vemos-
-...-
-Ojala y me haya escuchado por lo menos-
Antes de irce, Robin le dejo un poco de comida a Zoro para que desayunara una vez que despertara.

En casi todos los sentidos esa pequeña isla era un hermoso lugar para pasar unas vacaciones, había comida, era tranquila, y con una maravillosa vista al mar. El unico problema es que estaba desierta. Solo había unos cuantos animales ahí.
A Robin le encantaba pasar tiempo con ellos, se sentia muy tranquila cuando de animales se trataba, para ella, era más facil hacerse amiga de un animal salvaje, que de cierto espadachin terco.

-Ojala y tuviera un trozo de papel para poder dibujarlos. Son tan lindos-
-Oe mujer-
-¿Qué haces aquí espadachin?, pense que estabas durmiendo-
-No he podido dormir bien, esas estupidas aves no dejan de hacer ruido-
-No tienes porque decir eso, ellas son libres de hacer lo que quieran-
-Tal vez solo deberia cortarlas-
-No digas tonterias-
-No pense que te importaran tanto las aves-
-Pues claro, son interesantes y lindas, apuesto que al doctor le gustaria verlas-
-Puede que tengas razón-
-Fufufu lo sé-
-Por cierto, pense en hacer aunque sea un techo con la madera de los árboles-
-Suena una buena idea, tal vez yo deberia hacer lo mismo-
-Mujer, no tienes que dormir tan alejada de mí, puedes quedarte en ese mismo techo-
-Estoy bien, no necesitas preocuparte por mí-
-¿Quién esta preocupado?, solo quise ser más amable-
-¿Enserio?, pues gracias, si es así entonces aceptare tu oferta-
-Que extraña eres-
-Fufufu lo tomare como un alago-

Narra Zoro

Durante todo el día estuvimos construyendo ese techo para refujiarnos, los poderes de esa mujer resultaron muy utiles, además ese lugar nos serviria hasta que Luffy nos encontrara en este lugar, ojala y no le tome mucho tiempo porque extraño mi sake.

-Espadachin-
-¿Qué quieres?-
-Creo que deberiamos tomar un descanso para comer-
-Supongo que tienes razón-
-Toma-
-¿Fruta?-
-Bueno, es lo que consegui mientras caminaba por la isla. Si no la quieres...-
-Esta bien, gracias-
-De nada-

De repente esa mujer se veía algo feliz, nuevamente lo repito, si que es rara en todos los sentidos.

Narra Robin

No se porque pero el espadachin se ve un poco más relajado, es como si me hubiera ganado un poco de su confianza. Si fuera así seria la persona más feliz del mundo. Él es una parte importante para la banda, y lo mejor que puedo hacer es llevarme bien con todos mientras este con ellos.

-¿Te pasa algo?-
-No, no es nada-
-Te ves algo distraida-
-No es nada, solo pensaba en algunas cosas-
-Mmm espero que no sea algun truco-
-En verdad no tengo intenciones de hacerte daño-
-Aun no puedo confiar en tí-
-Me sentiria muy feliz el día que lo hicieras-
-¿Tanto así quieres mi confianza?-
-Sí...-
-¿Por qué?-
-Porque tu eres el unico en la banda que no confia en mí, quisiera por lo menos agradarle a todos por una vez-
-Eso es algo profundo-
-Puede que sí-
-Solo sigue comiendo y ya-
-Fufufu vale-

Era la primera vez que veía al espadachin hablar aun más conmigo, supongo que se aburre al no tener con quien más hablar. Que me hable ya es un gran avance.

Narrador

Después de terminar de comer siguieron construyendo el techo que los ayudaria a cubrirse por la noche.

-Sabes, creo que podríamos hacer más-
-¿De qué hablas?-
-Me refiero a que podriamos hacer una pequeña casa, no sabemos cuanto tiempo tardara en llegar el capitan-
-Mmm no suena nada mal-
-¿Entonces sí?-
-Supongo que no tenemos nada más que hacer-
-Pues vale-

La construcción de la nueva casa empezo de nuevo, todo el día y la mayoria de la noche estuvieron trabajando en ello, hasta caer rendidos.

-Supongo que esto bastara-
-Se ve bien-
-Yo todo lo que hago sale bien-
-Fufufu supongo que sí-
-¿Te burlas de mí?- decia Zoro en tono molesto
-Tal vez fufufu-
-Basta, yo no digo nada de tí-
-¿Y qué puedes decir de alguien que no conoces?-
-Mmm bueno... Puedo decir que al menos yo no sufro por entrar al agua-
-¿De qué hablas espadachin?-
-Ay por favor, yo se muy bien que eres una mujer debil cuando se trata de agua de mar-
-Al igual que todos los usuarios-
-Exacto-
-Fufufu se nota que no sabes nada de mí-
-Bueno esta bien, aun tengo cosas que aprender-
-Tienes mucho tiempo para hacerlo fufufu-
-Es hora de dormir-
-Ese es tu mejor pasatiempo espadachin-
-¿A qué te refieres?-
-No importa fufufu-

A la media noche Robin se desperto de una manera muy alterada, sudando y con los ojos llorosos.

-¡Saul!, ¡Mamá!- fue lo que gritaba mientras despertaba
-Eee ¿qué sucede? Oe mujer-
Robin no dejaba de temblar después de despertar
-¿Mujer qué sucede?-
-No puedo-
-¿Qué no puedes?-
-Mamá, Saul-
-Tranquila- Zoro tomo a Robin entre sus brazos y trato de tranquilizarla
-Gracias espadachin-
-¿Ya estas mejor?-
-Sí... Gracias-
-Zoro-
-¿Qué?-
-Puedes decirme Zoro-
-Gracias Zoro-
-De nada mujer-

Sin previo aviso ambos se quedaron dormidos, Zoro seguia abrazando a Robin para que pudiera dormir bien, eso parecia tranquilizarla.

---Tercer día en la isla desierta---

Por la mañana siguiente el primero en despertar esta vez fue Zoro.

-Oe mujer, despierta-
-Mmm ¿qué sucede?-
-Ya es de día-
-Es cierto, buenos días Zoro-
-Buen día mujer, ¿cómo te encuentras?-
-Me siento bien, ¿qué tal tú?-
-No me puedo quejar-
-Fufufu, ire por algo de comida-
-¿Quiéres que te acompañe?-
-No es... Como gustes-
-Entonces vamos-

Todo el camino ambos estuvieron sin hablar, en algunas ocaciones se miraban de reojo pero solo se volteaban, de vez en cuando Robin le hacia un guiño o le daba una sonrisa a Zoro.

-Oe mujer-
-¿Si?-
-¿Qué es lo qué buscamos hoy?-
-No lo sé, siempre se encuentra algo diferente-
-Que rayos con esa respuesta-
-¿No te gusta? Fufufu-
-Eres muy rara, mujer-
-Fufufu lo siento-
-No te disculpes, supongo que esta bien ser así de vez en cuando-
-Es la primera vez que te escucho diciendo algo así espada... Zoro-
-Eee bueno pense que valia la pena decirlo-

Perdidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora