La rabia, es un tipo de emoción sumamente común entre las personas que se manifiesta generalmente a partir de señales físicas que demuestran irritación, ceño fruncido gritos, entre otros.
La rabia, el enojo y la ira, son sentimientos que sentimos, percibimos y captamos. Tal vez estas tres cosas nos hacen sentir lo mismo un odio hacia una persona o hacia una situación externa. Simplemente por lo que se y por lo que he aprendido a lo largo de mi corta vida, es que cuando siento rabia, no tengo dolor, cuando me enojo, no tengo miedo y cuando tengo irá, no pienso en absolutamente nada que no tenga que ver con agredir o destruir. Cuando tengo rabia golpear algo no me duele, no me hace daño, no me lastima, solo hace liberar mi energía.
Por eso ese día, no tenía pánico alguna, no sufría de miedo o dolor, mis buenos sentimientos se habían ido al igual que mi razonamiento. Todo se había ido excepto mis ganas de quererlo matar y acabar con el. Por eso lo hice y ese preciso momento mis demonios internos me ganaron.
Si creyeron que mi historia se trataría de un típico amor juvenil, pues lamentablemente aquí solo hay sufrimiento, crimines, problemas, y sorpresas que tal vez podrían ser buenas para algunos.
Septiembre 12 del año 2013 - Clase de Matemáticas
Era el último período, aun tenía mucho enojo hacia el profesor, pero tuve que aceptar que me equivoque, no siempre voy a hacer perfecta en todo después de todo nadie lo es, asumí que había hecho algo malo, tal vez mis emociones se juntaron y jugaron en contra de mí. Aún después revise mi examen y estaba todo perfecto. No era el método del profesor Greg. Así que me dije a mi misma que mejoraría. De hecho aumente el número de prácticas de matemáticas, aún que tan solo tuviéramos una sola lección. Bueno, ya era hora, estaba sentada en el salón a esperar que llegaran los demás, yo llegue con 10 minutos de antelación para estar preparada.
-Buenos Días.- Dice el profesor Greg en voz alta.
Todos se encontraban en parados, hasta las chicas que son un poco exhibicionistas por decirlo así, el profesor Greg empezó la clase, me pareció excelente su explicación, de hecho ya yo lo sabía pero esta vez superaron mis expectativas. Al finalizar la clase, se coloco a hablar con los estudiantes, pero yo iba a realizar un ejercicio para poder demostrarle al profesor que era una excelencia en matemáticas.
-Profesor, aquí esta unos ejercicios que he realizado sobre las funciones.- Dije
Tomo mi cuaderno, los reviso, y por primera vez tenía nervios sobre una respuesta.
-Si, estan perfectos, mejoraste un 100. Esperó que sigas así.- Dijo
Me alegre al fin le pude demostrar que yo si estudio y que soy experta en el tema.
-Gracias profesor, enserio mejoraré más.- Dije con una sonrisa
Había finalizado la clase y el día escolar, necesitaba un descanso en mi cuarto, llegue a mi casa y lo primero que hice fue entrar a mi habitación, colocarme audífonos y escuchar un poco de Nirvana. Creo que Kurt Cobain me inspira en cierto modo así no tenga nadan que ver en los estudios pero me gusta como era el y su historia.
Por alguna razón, ahora vería matemáticas dos veces y la segunda sería el viernes a última hora también. Esto sería algo bueno porque mejoraría más. A penas hoy es martes entonces me relaje un poco.
Mi madre entro a mi alcoba, me preguntó como me fue en el día, yo siempre he querido a mi mamá, pero en ese momento necesitaba abrazarla y no soltarla. Creo que es algo común, ¿ no ? Me dio un beso en la mejilla y dijo que bajara a cenar.
Después de cenar, realicé todas las cosas pendientes. Y me dispuse a dormir. Me levante, fui hacía al baño y cuando me vi al espejo no me encontraba, solo veía un monstruo con el cabello destrozado y cara de sueño. No se como hay chicas que amanecen todas peinadas parecieran que hubiera ido a la peluquería, con una cara reluciente y una alegría de cólico.
