Capítulo XVIII

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- Creo que esto debimos saberlo hace mucho tiempo, no tenían el derecho de ocultarnos esto – se le quebró la voz en varias partes a la mujer, sentada al lado de su esposo, que hasta el momento se mantenía en silencio. Ambos hermanos sentados en el sofá frente a ellos, solo miraban sus manos.

El director había hablado con ellos, y durante el camino a casa ninguna palabra salió de ninguno de los cuatro. Hasta este momento

- ¿Tu no dirás nada? – susurró, sintiéndose sola en el regañó a sus hijos

- Yo... lo siento – junto con la frase dicha, exhaló todo el aire de sus pulmones, levantó su rostro y miró a sus hijos que lo veían extrañados, sin dar crédito a las palabras que salían de la boca de su progenitor – Soy un mal padre, mis hijos llevan años sufriendo en silencio, esto es algo que nosotros debimos hacernos cargo, pero ni siquiera tuvieron la confianza suficiente de nuestra parte, como para que nos dijeran lo que sucedía

- Yo creo... - quiso interrumpir la Sra. Lee, tratando de mantener su postura indiferente, siendo interrumpida por su esposo

- No te justifiques, ambos hemos cometido un error... o varios en realidad – suspiró el hombre cansado. Los mellizos aun algo confundidos por este cambio en su padre, se mantenían mudos

- No sé si sea tan así, yo he dado todo de mi para que sean los mejores hijos, pero...

- Ese es tu error, y el mío también. ¿No recuerdas a tu hermano? – inquirió el Sr. Lee

- ¡¿Qué?! – sorprendidos ambos jóvenes levantaron su rostro, alternando la mirada entre su padre y su madre. Sabían o creían que la señora Lee era hija única, ¿Por qué su padre había dicho tal cosa?

- ¿Por qué traes eso a colación?, no tiene nada que ver – sentenció

- Tiene todo que ver – exclamó algo alterado – No te hagas la ciega, el sufría lo mismo que nuestra Hye, y por el abandono de tus padres y la falta de interés tuyo, termino... de esa manera – agotado, recargo su espalda en el amplio sofá, y cerró los ojos por un momento

- ¿Tenia un hermano madre? – aun algo sorprendido preguntó EunHyuk

- ¿Era... como yo?, ¿Qué le sucedió? – se atrevió a interrogar EunHye

- Eso... no es su asunto – dijo poco convencida de sus propias palabras

- Si no les dice tú, lo hare yo – amenazó su esposo – Y lo primero que haremos será buscar ayuda profesional para nuestra hija

Un resoplido resignado salió de los labios de la mujer mayor. El tema de su hermano era algo delicado para ella y su familia, tanto que no se hablaba de él. Por eso, le era tan difícil poner en palabras algo tan doloroso y vergonzoso para ella.

- Yo... tenía un hermano mellizo, al igual que ustedes, éramos idénticos – comenzó a relatar la mujer, recostándose en el respaldo del sofá al igual que su esposo – A los diez años, el comenzó con... actitudes extrañas, a veces estaba bien y de la nada se volvía agresivo, me golpeaba o quien se cruzará. Mis padres pensaron que se trataba de la adolescencia, que tal vez era normal o que lo había aprendido con sus amigos en el colegio – sonrió ante el recuerdo – Jugábamos y compartíamos todo, hasta que sus cambios emocionales y de personalidad fueron en aumento, al llegar a los trece, nadie podía soportar sus estados cambiantes y volubles. Mis padres lo castigaban despiadadamente, sin lograr entender porque actuaba así – hizo una pausa, ante los siguiente que diría. El Sr. Lee acercó su mano y la tomó entrelazando sus dedos para de alguna forma, infundirle coraje, calmando su nerviosismo ante los recuerdos, suspiró profundo y siguió con su relato – A los quince años, ya no compartía nada con mi hermano, pasamos a ser unos desconocidos, las pocas veces que nos topábamos en casa, lo evitaba. Mis padres habían optado por hacer lo mismo, ninguno de sus métodos había dado resultados y de la escuela ya había sido expulsado tantas veces que no lo recibían en ninguna. Su vida era, encerrado en su habitación todo el día, salía una o dos veces por algo de comer y nada más. Creo que el mismo opto por ese tipo de método ya que era consciente de sus actitudes y ni el mismo entendía porque hacia lo que hacía. Un día me di cuenta que no salió de su habitación, no pensé mucho y seguí con mi vida, pero al día siguiente tampoco salió y así pasaron cuatro días. Le avisé a mi madre, pero ella me ignoró, con mi padre fueron palabras perdidas. Algo preocupada fui hasta su habitación y traté de escuchar por su puerta, pero nada se oía. Golpeé, pero no hubo respuestas

Twinkle, Twinkle Little... Twin? (YeHyuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora