— ¿Cómo te llamas? — Preguntó con una sonrisa cariñosa dirigiéndose al golpeado chico que se encontraba hecho bolita en la entrada de la universidad. — Puedes confiar en mí, no te haré daño
El chico de cabellos albinos se tenso completamente al sentir un cariñoso calor cubrir su espalda y hombros. Le había puesto su chaqueta encima al ver como temblaba violentamente.
— Soy Itadori Yuuji, de la facultad de Criminología — El chico levantó la cabeza lentamente dejando a la vista los pequeños cortes y moretones adornando su lloroso rostro. Frunció el ceño al ver las marcas moradas, ya lo había decidido, si se los cruzaba los haría pedazos.
Se inclinó un poco en su lugar y le tendió la mano con una sonrisa. El otro, algo desconfiado todavía, tanteó el aire hasta que la encontró y se levantó poco a poco, quejándose en silencio por el dolor en su abdomen.
— Eres más alto que yo... — Yuuji infló sus mejillas mientras lo miraba con reproche. Estando uno delante del otro reemplazo su puchero con una brillante sonrisa y secó una lágrima que se deslizaba por la mejilla del albino. — Vamos, te comparto mi paraguas
— Satoru Gojo... — Sonrió todavía más fuerte y entrelazó sus dedos con el chico, generando que un ligero sonrojo tomara posesión de sus mejillas.
— Para que no te pierdas... — Explicó mientras empezaban a caminar pegados, para que el paraguas los cubra de la lluvia torrencial.
Salieron de la universidad y entraron a una cafetería muy bonita.
— Ven sentémonos aquí... — Yuuji lo ayudó a sentarse en una mesa más alejada del resto y luego se sentó enfrente. — ¿Quieres contarme porque te golpearon?
Él sabía la razón, su mejor amiga Nobara le había comentado una vez sobre un guapo chico de cabellos blancos y ojos celestes al que molestaban un poco por ser ciego pero esto era más que solo "molestar un poco".
— Es porque no puedo ver... — Susurró algo cohibido, seguía asustado por la paliza, Yuuji lo comprendía. — N-No tuve oportunidad de defenderme, me tomaron por la espalda, eran muchos...
— Y además rompieron tu bastón — Satoru asintió con la tristeza plasmada en su rostro, ese bastón había sido un regalo de su abuela antes de fallecer.
Ella fue la única que se hizo cargo de él luego que sus padres lo abandonaran por nacer ciego. Sintió sus ojos acuarse, no quería llorar delante de un extraño pero su abuela era un tema delicado aún después de tanto tiempo.
— Dos chocolates calientes por favor... — La dulce voz del chico adelante suyo lo saco de su sufrimiento interno, suponía que le estaba hablando a algún mesero ya que sentía la presencia de alguien al lado de ellos. — ¿Sabes sus nombres?
El albino negó apenado y Yuuji suspiró, sería difícil encontrarlos sin saber quiénes eran. Estuvieron en silencio por unos minutos hasta que llegó su pedido, Yuuji agradeció y dirigió su mirada al chico cabizbajo. Sonrió enternecido y extendió su mano para tomar suavemente la contraria.
— Tranquilo, solo te guiaré para que tomes la taza... — Uso la voz más suave que pudo, no quería asustarlo más de lo que ya estaba. — Ten cuidado, está caliente
— Gracias, Yuuji... — El pelirrojo asintió restándole importancia y luego se quedó mirando como iba dando pequeños sorbos y recobraba la sonrisa poco a poco al mismo tiempo que un ligero sonrojo de felicidad adornaba sus mejillas.
Un gatito, un tierno y peludo gato blanco, esa es la imagen que se le vino a la cabeza al pelirrojo.
— ¿Que estudias Satoru? — Preguntó mientras acababa el poco contenido que quedaba en su taza.
— Educación inicial para niños especiales... — El chico bajo la cabeza otra vez totalmente apenado. — Se que es algo tonto pero...
— ¿Porque sería tonto? — Levantó la cabeza con la boca entre abierta. — Es tu sueño, no es tonto si te hace feliz.
Tal vez Satoru no podía ver pero si sentir y ahora sentía las intensas ganas de derrumbarse, nadie le había apoyado con su decisión desde su abuela.
— Oye, está bien, puedes confiar en mí — El cálido toque en su mejilla lo hizo apartarse bruscamente y con su codo derecho seco una lágrima traicionera que bajaba por su mejilla. — No me burlare de ti
El albino asintió con una pequeña sonrisa, la primera del día, y Yuuji creyó haber muerto cuando esa hermosa acción le caló en el alma, rompiendo cada barrera y derrumbando todas sus defensas.
— Creo que deberíamos irnos, ya es algo tarde... — Habían estado hablando por dos horas, de cualquier cosa, Satoru había recuperado su deslumbrante sonrisa y comenzaba a tomar confianza con él, mostrando un poco de su carismática personalidad. — Vamos, te llevaré hasta tu casa
El chico asintió y, con ayuda del otro, salieron del local, Satoru le dio la dirección y se dirigieron ahí, con sus manos entrelazadas, supuestamente para que él no se pierda. En el camino siguieron hablando y conociendose un poco más, ambos reían sonoramente por las bromas de Yuuji.
— Es aquí, ya no hace falta que me acompañes, el portero siempre lo hace — Yuuji asintió y ambos se separaron un par de metros pero sus manos seguían juntos
— Está bien... — El pelirrojo separó el agarre al darse cuenta de eso y al instante sintió un pequeño vacío en su pecho. — Adiós...
Satoru escuchó los pasos alejarse y mordió su labio inferior, no era alguien impulsivo, pero tenía que decir algo.
"Escucha tu corazón, querido. El siempre tiene razón"
— ¡Yuuji! — El mencionado detuvo su andar y se volteó rápidamente. Apretó sus puños y tomó valor que no sabía que tenía — Nos vemos... ¿Mañana?
El pelirrojo sonrió con un ligero sonrojo.
— ¡Claro, nos vemos! — Gojo asintió con un poco de vergüenza y se dio la vuelta adentrándose en el edificio de departamentos. Yuuji se quedó ahí un poco más y luego también comenzó a caminar a su casa, o eso se supone que tendría que hacer.
El pelirrojo, aún con su expresión feliz, tomo su teléfono y llamó al segundo número de su lista de contactos.
— ¡Besto Friendo!
— Aoi, hola, ¿cómo estás?
— Bien, bien — Una estruendosa carcajada se escuchó del otro lado de la línea. — Dejémonos de juegos, Brother ¿para que me llamaste?
Yuuji sonrió cínicamente.
— Necesito que me ayudes con un... asunto.
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My Starlight /// GoYuu
RandomLos personajes no me pertenecen, son propiedad del Autor oficial de Jujutsu Kaisen: Gege Akutami.