☆°•Magic Shop•°☆

Number two: Help

-Cállate la boca y no me respondas ¡no tienes el derecho a alzarme la voz! 

Una voz femenina, demandante y con molestia en su tono, gritándole a una muchacha a escasos centímetro de su rostro lleno de lagrimas.

-Solo quiero un descanso, he estado frente a la computadora casi 14 hora y casi que tengo una pila de trabajos y tareas ech- . . .

Un golpe en seco fue dado en la mesa, suficiente para callar a la pobre muchacha casi de inmediato. Temblaba del miedo, no le importaba en lo más mínimo el aspecto que tenía, demacrada por el cansancio, sus ojos hinchados de tanto llorar y  su mano enrojecida.

-Me terminas eso para dentro de 10 minutos, y si no lo haces, mañana te paro a las 4:00 a.m. para que termines TODO ¿quedó claro?

Un silencio sepulcral se adueño de aquella sala, aquella muchacha solo agachó la cabeza y siguió llorando en silencio.

-Tu prima Sofía que es más pequeña que tu termino todas sus tareas y todas con 20pt, tan grande y tan manganzona.

Se fue dejándola ahí, sintiéndose el ser más inservible que podría existir en el planeta.

-Quiero escapar. . . no quiero estar aquí yo. . . 

Un pequeño resplandor en una de las paredes de la sala se hizo presente, aquella puerta que la llevó aquel hermoso lugar en donde se podía respirar paz, y como en la primera ocasión, abrió la puerta y entró, al principio cegada por un resplandor, pero fue poco lo que tuvo que esperar para que sus ojos se acostumbraran a la cantidad de luz que había.

Un hermoso jardín, con plantas y flores de todo tipo, desde rosales hasta pequeños arbustos de moras, era simplemente hermoso.

-No esperaba visitas hoy, pero que bueno que viniste, necesito algo de ayuda aquí, ven, sígueme.

Aquel hombre cubierto de pies a cabeza se adentró en un pequeño invernadero, ella solo lo siguió hasta llegar al interior de aquel lugar, que al igual que el jardín, era hermoso.

-Veo que fue un intento desesperado de huir del problema, suele pasar más seguido de lo que crees.

La chica lo miró, no se equivoco. Callada y mirando como trasplantaba una planta a una maceta más grande.

-No eres el mismo que me recibió la primera vez, eres más alto y tu voz es más gruesa y serena.

Una pequeña risa salio de los labios de aquel enmascarado.

-Eres muy atenta y detallista tal y como me lo dijo.

Este la volteo a ver, sonriendo debajo de la mascara.

-Entonces se conocen.

Dijo a secas, atenta a cada movimiento que este hacía, como un gato viendo un juguete siendo movido por su dueño, curiosas y con una pequeña sonrisa en sus labios.

-¿Quieres hacerlo tu? no estoy en contra de que lo quieras hacer, es más, ven acá, te enseñare como hacerlo.

Tomando con delicadeza la mano de la chica la puso frente a la maceta, dándole instrucciones de como hacerlo sin lastimar a la planta. Un pequeño descuido y todo acabó, la maceta en el piso junto a la planta, con tierra y abono regado por todos lados.

-¡Lo siento tanto! yo lo limpiare, debes estar furioso, ya se que nunca hago nada bien, no debiste confiar en mi yo. . .

Un suave toque en el hombro y luego dos manos posadas en su cintura alentándola a sentarse sobre la mesa. Mechones de cabello fueron quitados para luego atarlos en una coleta, dejando su rostro pecoso y con aquellos ojos hinchados al descubierto.