Una nueva tormenta

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Habían pasado 3 días en la aldea de Tarbes, Kenichi ha estado internado en una casa, con el propósito de recuperar sus heridas.

Kenichi: ¿Dónde estoy...? - se levanta de la cama, pero siente un dolor en su brazo izquierdo- Demonios, como duele.

El Uzumaki mira a su alrededor y ve a Louise dormida junto a él, el pelirrojo con puntas negras ve que los ojos de Louise estaban hinchados, seguramente por haber llorado, Kenichi lo comprendía, la había preocupado demasiado con la pelea que tuvo contra su amigo Indra.

Louise: ¿Hum? – preguntaba mientras abría los ojos y veía al Uzumaki que ya estaba despierto.

Kenichi: Buenos días bella durmiente. – Louise lo abraza con fuerza.

Louise: ¡Por fin despertaste! ¡Me había preocupado mucho por tus heridas!

Kenichi: E-estoy bien...pero...cuidado con mi brazo que du-duele. – decía tratando de aguantar el dolor, ese puñetazo que le dio Indra fue realmente doloroso, a pesar de su rápida recuperación, el dolor se sentía.

Louise: Idiota, te forzaste demasiado. – Decía mientras temblaba y lágrimas caían de sus mejillas. – Me preocupaste mucho.

Kenichi: Lo lamento. – Louise lo toma de la mano.

Louise: Pero, me alegra que estés muy bien. – dijo dándole una sonrisa, eso hizo que el corazón de Kenichi latiera con rapidez  y sus mejillas se ruboricen. - ¿Pasa algo?

Kenichi: No te preocupes. – decía mientras se levantaba de la cama con algo de dolor.

Louise: Deberías descansar un poco más. – decía preocupada mientras lo tomaba del hombro.

Kenichi: No, le debo una explicación a la princesa. No debería hacerla esperar. – decía mientras se levantaba con algo de dificultad y ve su chaqueta destrozada. – Bueno, eso me servirá.

El Uzumaki toma su chaqueta y lo usa como cabestrillo, Louise lo ayuda para amarrarlo en su espalda y sale de la casa. Para sorpresa del pelirrojo con puntas negras, todos los habitantes lo reciben como un héroe, dejando en shock a Kenichi.

Kenichi: ¿Pero qué? – varios habitantes le daban felicitaciones, cosa que lo ponía nervioso, ni siquiera en Aiur podía con algo así.

Louise: ¡Cuidado! ¡Aún está herido! - Exclamaba enojada y preocupada a la vez, todos se disculparon, pero le dieron las gracias por salvarlos.

Siesta: ¡KENICHI-SAN! – decía alegre mientras se lanzaba a abrazarlo.

Kenichi: Me alegra que estés bien Siesta...pero...mi brazo...me lo estás apretando. - decía aguantando el dolor.

Siesta: ¡Lo siento mucho! – decía acariciando el brazo izquierdo. – Si que es fuerte para soportar esto.

Kenichi: Bueno, soy un saiyajín, debo acostumbrarme a golpes como estos. – decía rascándose la nuca, pero Louise estaba celosa. – De paso ¿Podría saber dónde está mi amigo?

Siesta: Se llama Indra ¿Verdad? Al principio estaba muy asustada porque te dejó muy herido, pero cuando la princesa explicó que estaba bajo control mental y que tú lo conocías, le dimos cuidados, sígueme.

Kenichi y Louise siguieron a Siesta a una habitación de otra casa, donde Indra estaba despierto y mirando la ventana.

Kenichi: Ha pasado tiempo Indra.

El saiyajin de Zero (Remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora