Jaeyoon acababa de llegar al instituto en completa soledad.
A él nadie lo saludaba y tampoco le daba el saludo a alguien, sólo pasaba hasta su salón y ahí se quedaba hasta que el timbre tocaba, pero esa vez fue diferente.Cuando entró, se encontró al "indeseable" en completa soledad, cosa rara porque siempre estaba con sus amigos.
Entró sin decir nada y se fue a su pupitre, haciendo como si estuviera solo en el lugar.Taeyang lo siguió con la mirada sin poder evitar morderse el labio.
Desde lo sucedido con el rubio, no había podido olvidarlo. Estúpidamente pensaba en volver a estar de esa forma con el "Ogro", así le decía él a su compañero de salón, aunque ese apodo llevaba sin usarlo por días, específicamente desde que había tenido el pene del pelinegro en lo profundo de su cuerpo.
Jaeyoon se colocó los audífonos y echó la cabeza sobre su banco, cerrando los ojos y concentrándose en la música, pero a los segundos uno de ellos fue arrebatado de su oído y lo único que hizo fue abrir apenas los ojos, encontrándose a Taeyang acuclillado a un lado de su pupitre.
—¿Qué? —masculló sin moverse de su posición. Vio la encantadora sonrisa del rubio y por un momento quiso golpearlo para borrar esa expresión tan alegre.
— Sólo quería decirte que no hemos hecho el trabajo —recordó, y el contrario frunció el ceño al ver sus ojos brillar más de lo normal y un suave tinte rosado adornar sus mejillas mientras desviaba la vista.
— No voy a hacerlo contigo —declaró, e inmediatamente la expresión de decepción en el rostro ajeno le hizo sonreír torcido.
Acababa de descubrir el agrado a ese nuevo y un poco retorcido gusto; dañar de cualquier forma al indeseable.
— Pero si ya lo hicimos —murmuró estirando sus labios de forma tierna, cosa que comenzó a sacarlo de las casillas.
Jaeyoon no demoró en darse cuenta del verdadero significado de sus palabras.
— ¡Hablo del trabajo! —vociferó, y Taeyang abrió la boca levemente en un silencioso "aaah".
— ¿Por qué no? —preguntó frunciendo sus cejas con pena.
A cualquiera le hubiera causado ternura y seguramente habría cedido a cualquier pedido, pero Jaeyoon no era "cualquiera". De hecho, tuvo reales intenciones de empujarlo y hacerlo caer hacia atrás porque ciertamente no soportaba la presencia del rubio.
— Porque no.
— Pero si me pediste que lo hiciéramos juntos —volvió a decir.
Y efectivamente era así, pero tenía sus razones y él, para suerte o mala suerte de los demás, era demasiado sincero. Rozaba la crueldad.— Sólo quería cogerte, y ya lo hice, así que no hay razones para hacer el jodido trabajo juntos —soltó con acidez.
— ¿Y no quieres hacerlo de nuevo? —preguntó de golpe, ganándose la mirada del peligro.
—¿Qué?
— Eso. Que puedes follarme de nuevo si quieres, y luego hacemos el trabajo —ofreció sonriendo, como si nada.
Jaeyoon no daba crédito a lo que oía.
¿Acaso ese tarado realmente se le estaba ofreciendo? Acababa de decirle que sólo se lo había querido tirar, y en serio había esperado que se enojara o hasta que se pusiera a llorar... no que volviera a ofrecerse.
— No quiero, fue cosa de una vez —aseguró acomodándose mejor en la silla.
Taeyang torció sus labios con insatisfacción. Realmente quería volver a repetir aquello, qué carajo importaba que fuera el Ogro, sólo quería disfrutarlo de nuevo.
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Falsa inocencia. | Jaeyang.
Fanfiction❝Todos te ven como el adorable e inocente solecito, pero nadie sabe que te gusta gemir mi nombre mientras me montas y ruegas por mis marcas.❞ Taeyang es tierno y risueño con todos en el instituto, lo adoran y creen que es perfecto, pero la única per...