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─Tú no confías en mí.

─No SeHun, en realidad no lo hago, eres un chico bastante rebelde y necesito que alguien más esté aquí mientras estoy de viaje. Alguien que sea responsable.

Musitó el hombre de tes pálida mientras cargaba al menor de cabellos negros entre sus brazos, permanecía dormido. Luego al ponerse de pie le dió una mirada ligera al castaño y después le dió la espalda.

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─No me digas que todavía estás enojado conmigo. Fue sólo un golpe.

─Luego hablaremos sobre tus conductas en la escuela, ahora voy a acostar a tu hermano, y quiero que hagas la limpieza de la cocina.

Su hijo SeHun, no era más que un joven de dieciocho años el cual gustaba de acabar con su paciencia respecto a sus actitudes, mientras que mantenía una buena nota en sus tareas y trabajos por otro lado era alguien muy mal portado, grosero, descortés y desatento.

─Quizá tuvo un mal día, papi.

─Kyunggie, no lo defiendas, lleva comportándose así hace meses, desde que tu madre y yo nos... No, olvídalo.

─Ya lo sé, lo sé. ─murmuró el pelinegro mientras era arropado por el más alto.

Y con una sonrisa dejó un pequeño beso en su frente antes de despedirse y salir de su habitación.


─Estúpidas clases, estúpidos profesores, estúpidos platos con grasa, maldición.

Comentaba con voz baja el castaño antes de secarse las manos con una toalla la cual estaba colgada sobre la agarradera de la estufa, donde normalmente era colocada.

Al menos su hermano nunca lo criticaba o juzgaba, KyungSoo, un niño de diez años bastante serio para su edad pero muy amigable, aunque algo introvertido. Bajito, pálido, de labios esponjosos y rojizos, algo peculiar ante la vista de el y de su grupo de amigos, o quizá de todas las personas que lo ven. Su pequeño hermano había aprendido a callarse y escucharlo cuando más lo necesitaba y era un gran apoyo aunque fuese un niño pequeño.

Cómo la vez en que en su desesperación al no tener con quien hablar de eso le confesó que era gay y que se sentía atraído de un chico de su preparatoria y el le aconsejó. Realmente se sentía afortunado de tener un hermano como el, siendo también un secuaz para cuando el menor pedía más dinero en su mesada y su padre aceptada gracias a el mismo.

Aquellos recuerdos se esfumaron cuando su padre se hallaba con el en aquella cocina, invadiendo silenciosamente mientras se servía un vaso de agua.

─Mañana me voy de viaje.

─¿Y qué tiene?

─Acabo de decirle a mi amigo DongHae que necesitaba a alguien para cuidarlos. Así que, mañana viene su hijo.

─Asombroso.

─Deja el sarcasmo de lado, SeHun.

─Definitivamente no confías en mí, papá, ¿Y cuánto tiempo se quedará ése chico al cual no conozco?

─Regreso hasta el miércoles, entonces, desde mañana jueves hasta el lunes.

─Haré una fiesta entonces.

─No tú no harás nada, no estás autorizado a hacer fiestas en ésta casa. Y una cosa, si me entero que hiciste algo te envío lejos a un internado, ¿Queda claro?

─Cielos, sí, mi lord.

─Bueno, ahora ve a dormir.

─Tengo el ciclo del sueño estropeado, lo siento. ─comentó antes de subir a la segunda planta.

Los hijos del señor Zhang. » HunHo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora