CAPÍTULO XVI

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Salió y él vecino del edificio estaba en la acera esperando que su mascota hiciera sus necesidades, ella lo ve y le intenta hacer una señal de auxilio porque estaba lastimada de un pie y no podía caminar solo hizo el esfuerzo por salir de ahí o tal vez estaría muerta. Los habitantes de esa calle no eran muy amables y los lagos que estaban al costado eran llenos de agua sucia. Los periódicos estaban tirados en todos lados, las noticias solo abarcaban los incidentes que habían sucedido todos estos días. El valor de la vida de las personas ya no interesaba porque se esfumaba en tan solo un abrir y cerrar de ojos porque una persona demente la tomaba por doquier. Las carreteras estaban solas y las calles con poca luz daban pavor, muchas dificultades se tornaban en ese momento. El porcentaje de revelarse con él y sobrevivir era escasa así que mejor era hacerlo en silencio y ser audaz, se encontró con aquel vecino de frente y se empezó a quejar y a gritarle. Los arbustos de la urbanización ya estaban un poco malogrados y no tenían vivacidad alguna. Aquel chico de la máscara se asomó por la ventana y le dijo que luego se verían en cualquier sitio, él iba aparecer para calmar su obsesión y así una lápida con el nombre de ella podría  descansar en paz para que pudiera seguir acabando con la humanidad y su tarea más oscura que era matar.

La búsqueda ha sido la tónica para poder resolver lo que sucedía, ella no renunciaría de ningún modo en ayudar a  descubrir quién era él. Después de todo tomó sus llaves y se montó en el auto porque recibió una llamada de su padre Thomson que había sufrido de una subida de zúcar ya que tenía diabetes y él era un poco detonante cuando intentaban sobrellevar su dieta. Las personas que estaban al frente  se fueron. El perro del señor que le gritó  era algo agresivo e intentó morderla luego que ella recogió su bolso del suelo.

Al llegar a la casa de su padre tuvieron una pequeña discusión donde ella le explicaba que debía cuidarse un poco más, pero él con su arrogancia se encerró en su cuarto a escuchar su género musical favorito Jazz de la cantante Diane Krall. Su voz era mágica y dulce como un caramelo porque llenaba el sentimiento prospero de un alma. Luego que él no le prestara atención fue a la cocina por un vaso de agua y a preparase un sándwich de mermelada porque no había comido en todo el día y ya era parte de la noche sin probar algún bocado con dolor de cabeza y cansancio. Se fue acostar al cuarto que era de su infancia le trajo varios recuerdos a cuando tenía siete años de edad y solo disfrutaba del cantar de los pájaros o cuando iba al parque a charlar de los cuentos de niños que leía en ese momento. En las rejillas de su casa se asomaba aquel niño de su agrado un pequeño amor de niños, todo inocente y tierno. Pero sin embargo, todos esos recuerdos y sueños se habían desvanecido porque ahora vivía torturada por lo que estaba pasando, supongo que quedó pasmada también viendo las fotos de su primera medalla por ganar un torneo de Ajedrez y el entrenamiento de gimnasia desde los siete hasta los diez años. Su vida no era nada fácil porque también la travesía de su infancia había sido un poco complicada y traumante pero era demás recordar algo que jamás se podía modificar.

El cuarto estaba como lo recordaba al parecer su padre siempre lo mantenía en orden y limpio para cuando ella fuera de vez en cuando. Su padre era muy servicial y practicaba a parte de su empresa la trashumancia del ganado porque contaba de animales para la producción de una Distribuidora de huevos y leche en toda la ciudad. Un hombre emprendedor y eficiente en la dedicación de su dicho trabajo. Su mirada era de carácter firme. Su piel era suave como el algodón. Sus ojos verdes y preciosos como las montañas. Sus labios lisos como el pasadizo de un sendero. Sus manos estrechas y grandes con el que sostenía siempre un lapicero para las cuentas que llevaba cada día. En fin, tampoco era de tomarle mucha importancia solo quería recordar un poco para salir de la misma situación que estaba teniendo cada día. La distracción la hacía sentir un poco mejor para respirar con más calma y sin exasperación. Se fue bañar y se fue acostar para colocarse una venda por su pie lastimado, y así tratar de dormir un poco por el encuentro tan pernicioso e intenso. Sus sueños últimamente eran muy negativos se paró a las 3.a.m en punto por una pesadilla que había tenido desde los 22 era sobre el diario satánico donde sus tres hijos estaban colgados detrás de una casa en el columpio con una bolsa en la cara pero nadie los obligó ellos mismos lo hicieron por voluntad propia y era aterrador porque en el medio de ellos estaba el diario, pero a pesar de tantos años aún siempre ocurría y se repetía muchas veces o una vez por semana. La hacían desconcertar y perder la noción del tiempo, necesitaba volver a buscar ese libro para llevarlo a un seminario y poder saber que realmente decía ya que Eliza no entendía ciertos párrafos.

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¿Qué descubrirá en ese Diario? ¿Alguna profesía?

"Estaba tan lleno de odio que no había lugar dentro de mí para sentimientos como el amor, la pena, la ternura, el honor o la decencia, de lo único de lo que me lamento es de no haber nacido muerto o simplemente no nacer". Gary Rigdway.

«¿Después de que mi cabeza se haya desprendido del cuerpo, podré oír, por lo menos por un momento, el sonido de mi propia sangre cuando brote de mi cuello?, sería el mayor placer para terminar todos mis placeres». Peter Kurten.

El Misterio de la Calle Ronswells 301Donde viven las historias. Descúbrelo ahora