¹𝐇𝐀𝐑𝐃 𝐓𝐎 𝐆𝐄𝐓 ➤ [ 𝑠𝑡𝑖𝑙𝑒𝑠 𝑠𝑡𝑖𝑙𝑖𝑛𝑠𝑘𝑖 ] ✓

6|PARENT CONFRONTATIONS✔

Quiero ser tu lugar favorito para ir cuando hayas tenido una mal o buen día.

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GIMIENDO, me levanto de la cama, mis párpados aún pesan.

Al ir al baño, me estremezco cuando me miro en el espejo, mi cabello está despeinado y mi apariencia, como siempre, parece que me acabo de levantar de entre los muertos.

Me quito la ropa, me meto en la ducha, el agua tibia me hace suspirar de alivio.

Después de terminar mi ducha, me apresuré a hacer mi rutina matutina habitual, empacando mi bolsa de deporte.

Agarrando todas mis necesidades, bajo a la cocina, mi madre está sentada allí, bebiendo una taza de café.

No era habitual que ella se sentara en la cocina, pero de alguna manera se siente extraño, probablemente porque no he tenido una conversación decente con ella en semanas.

-Buenos dias.- Me saluda feliz, sonriéndome mientras toma un sorbo de su café caliente, ajustándose las gafas en la cara.

-Buenos días.- La saludo, mi voz cansada mientras tomo una manzana del frutero.

-Entonces, ¿qué tan tarde llegaste anoche?- Pregunta, mirándome por cualquier señal de que sea mentira, lo cual me resulta un poco incómodo.

-No tan tarde ...- le digo, esperando que no vea mi fachada.

Entré como la una de la madrugada y si mi madre se entera estoy tan castigada

-Bueno, ¿qué hiciste?- Cava más profundo, recostándose en su asiento.

-uhh ... estaba con Stiles.- Le informo, frunciendo los labios.

Mi madre me mira con complicidad, arqueando las cejas.

Mi madre y Lydia pueden exagerar en algunas ocasiones, especialmente en lo que respecta a los niños.

-Oh, ¿es así? ¿Y qué hicieron ustedes dos?- Ella pregunta, sonriéndome, haciéndome fruncir el ceño mientras froto mi cuello con torpeza.

-Simplemente ... dijimos de ver películas y cosas así.- Miento rápidamente, tratando de parecer convincente.

Mi madre no sabe todo el drama sobrenatural y las criaturas que acechan la tierra, así que no puedo decirle lo que hice en realidad.

-Ustedes dos no ...- comienza, una sonrisa astuta plasmada en sus labios, solo mientras la interrumpo.

-Dios mío, mamá, no, no hicimos nadam- aclaro, suspirando ante el pensamiento inapropiado de mi madre.