Parte 8

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Draco y Harry caminaron por los pasillos, el rubio lo guiaba por los hombros.

Las serpientes que Draco llevaba en la cabeza comenzaron a acariciar a Harry. Una se acercó a su oído y le pasó la lengua.

Harry río. Draco sonrió.

— Lo siento. — Dijo para correr las serpientes de la cara de Harry.

— No pasa nada, no deben estar acostumbrada a que haya otros.

— La verdad es que no, y es raro, pero les llamas demasiado la atención. — Harry se dió la vuelta y abrió los ojos, Draco los cerró rápidamente. — ¿Estás loco? — Harry lo besó.

— Algo. — Dijo Harry y le acarició la mejilla. — Abre los ojos. Quiero verlos.

— No puedo.

— Ábrelos.

Draco comenzó a abrirlos pero Scorpius los interrumpió.

— ¡No!

— Lo siento. — Dijo Draco. — Deberías irte.

Draco se fue por otro pasillo.

Harry miró a Scorpius.

— ¿Volverás? — Preguntó el niño.

— ¿Quieres que vuelva? — El pequeño asintió. — ¿Cómo te llamas?

— Soy Scorpius, ¿Tú?

— Harry, aunque algunos me llaman Perseo, lo odio, tu dime Harry. — Le guiñó el ojo. Scorpius sonrió y asintió. — ¿Tu papi?

— Draco Malfoy.

— ¡Scorpius! ¡Ven a bañarte!

— Es hora de irme. — Dijo Harry.

***

Harry regresó al día siguiente. Pero no había nadie, ni siquiera una serpiente, siempre estaba llena de estas.

Fue detrás del templo y observó a Draco sentado en la arena, mientras una serpiente Scorpius jugaba en el mar.

Se sentó a su lado.

— Deberías dejar de venir. — Dijo Draco recostándose y mirando el cielo.

— Me agrada venir. — Dijo Harry mirándolo.

— ¿Con que fuiste mandado por los Dioses, eh? — Harry se sorprendió. — Me dijo Scorpius que te llamabas Perseo. Y he oído de ti.

— Odio que me llamen así, soy Harry, Harry Potter. — Dijo mirando a Draco. — Quiero ver tus ojos.

— Si quieres morir, puedes verlos. — Sonrió.

— Moriría por verlos.

Scorpius rió, el agua se lo llevaba a lo profundo y parecía estar jugando con él.

— ¡Scorpius! — Dijo Draco asustado. Se acercó a la orilla, pero no quiso pisar el agua. — ¡Scorpius, vuelve!

— ¿Qué ocurre? Solo está jugando.

El agua parecía formar una ola y elevarlo y luego arrastrarlo hacia el centro del mar.

Draco parecía desesperado, pero no quería entrar al mar, tenía miedo.

El hijo de Zeus y ¿Medusa? (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora