One shot- CRY ME A RIVER -Desafío RivaMika ♥

Paradise Sunshine Co.

-¡Mikasa! - Le llamó la mujer.

Ella tenía una vaga idea de quién era, la vio un par de veces, no estaba segura del todo pero juraría que la había visto.

-¿Si? – maldita sea pensaba apresurada, era extraño que la llamase por su nombre cuando ella ni idea del suyo.

-¿Podemos hablar?

-Claro, vamos a mi oficina – el lugar estaba abarrotado de compañeros de trabajo y les sería difícil hablar a menos que fuese a los gritos.

La otra chica bajó la cabeza enmudecida, no se movió. Mikasa volteó a ver si la seguía pero al darse cuenta de que seguía anclada en el mismo lugar devolvió sus pasos.

Al estar frente a frente nuevamente Mikasa tocó el hombro de la joven mujer y este hecho fue el detonante para la catástrofe.

-¡Lo siento! – dijo gimoteando y con lágrimas de verdadero arrepentimiento – no lo merecías, yo... yo – no continuó, Mikasa le tomó los hombros y trató de llevarla a su oficina al ver todas las miradas sobre ellas.

Una vez dentro, intentó calmarla. Se veía fatal, Mikasa no entendía qué podía tener tan mal a esa pobre chica.

Mientras tanto en el pasillo contiguo a la oficina de la pelinegra.

-¿Es ella Sasha?

-Shhh, habla bajo Hange... Sí, es ella. Es la chica que estaba con Eren aquella vez, pobre Mika.

-¿Crees que le diga? – la de lentes se mantenía detrás de la chica de coleta como escondiendo el rostro, pero tratando de ver dentro de la oficina cerrada donde se encontraba Mikasa Ackerman y la otra.

-Pues creo que sí, se veía mal. Es increíble que se le venga abajo el teatrito a ese descarado – Sasha fruncía el ceño.

-Pues, si te soy sincera, no creo que cambie nada entre ellos – Hange se encogió de hombros mientras Sasha la atravesaba con la mirada.

-¿Quieres apostar? – la desafió altiva

-No juegues Blosse, yo también quiero mucho a Mika, pero mírala, está esta las trancas por ese baboso de Jaeger. Estoy segura que lo perdona.

-Si tan segura estás, apostemos.

-Bien. Como te dije, ella no lo va a dejar.

-Oh Hange, voy a pensar muy bien lo que quiero, porque ya es mío.

-Black Pearl, mañana viernes a la noche. La que pierde paga los tragos – sonrió triunfante.

Conocía a Mikasa desde la universidad, y siempre fue la sombre de Eren Jaeger; aun cuando en todos los campos fuese mejor que él, mejor en deportes, mejores notas, hermosa en todo sentido y con un sentido de la lealtad y honestidad envidiables, no obstante, su única debilidad es y siempre fue el castaño engreído de su novio.

-¿Por qué a la perla? ¿Acaso quieres aprovechar y refrescarte la vista?

-Puede ser, puede ser – sonrió con socarronería – no estaría mal, podría aprovechar y deslizar un billetito en el trasero de ese sexy rubio de uno noventa – se mordió el labio inferior en anticipación.

-Sí, no suena mal – a medida que reflexionaba la idea se le formaba una sonrisa de medio lado – no suena mal en absoluto.

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-Esto es una broma, cierto - Preguntó con los ojos como platos la azabache.

-No, Mikasa... no soportaba seguir traicionando tu confianza y...