3: Uno, faltan cuatro

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⚠️⚠️ESTE CAPITULO CONTIENE LENGUAJE Y ESCENAS QUE NO SON APTAS PARA TODO PUBLICO,  ASI COMO NO SON APTAS PARA ESTOMAGOS SENCIBLES, LEER BAJO SU PROPIO RIESGO.⚠️️⚠️

Empujaba a Sofía en la silla de ruedas, apunto de cruzar la puerta de mi habitación de juegos, deje estacionado la silla de ruedas a un lado de la puerta.

Hay estaba, la silla china de tortura, me gusta investigar sobre los diversos tipos de torturas que hubo en la antigüedad, el estudiarlos y ver si podía emplearlos, de tantos que había estudiado tenia mis favoritos y algunos había empleado con ciertas personas, pero este, era uno de los que infringía demasiado dolor, una muerte que puede ser lenta o rápida, este era de mis favoritos, pero lo utilizaría después, antes tenía que hacerle unas cosas.

Prepare la cámara para grabar toda la tortura, me arreglaría con mi disfraz, estaba ansiosa, ya que desde que la secuestre, esto inicio, desde que subí el video, todo inicio, ahora podría cobrar mi venganza, ahora todo seria mejor, posicione la cámara, di que iniciara a grabar.

Llame a Susan a su teléfono, en unos segundos, ella llego a mi habitación de juegos, le tendí un antifaz para que se cubra el rostro, me miro con asombro cuando entro, sabía que me preguntaría

- ¿Me ayudarías en algo? – pregunte.

- ¿Qué necesitas?

- Necesito que cuando pare la silla le aplastes un dedo, y así sucesivamente hasta que todos terminen mallugados y descuartizados. – dije con una sonrisa mientras posicionaba el aplasta dedos, le quite la cinta de su boca, ella no hablo, solo sollozaba.

- Bien. – dijo, se quitó su chaqueta y se paró enfrente del aplasta dedos.

Comencé dándole vueltas a la silla.

1... 2... 3... pare la silla.

Y como le indique a Susan ella aplasto uno de sus dedos, Sofía grito, su grito describía dos cosas: dolor y sufrimiento.

Volví a darle vuelta, 1... 2... 3... pare la silla de golpe.

Susan imito el acto, le volvió a aplastar el dedo, podía escuchar como crujían sus huesos al ser aplastados dos veces por Susan.

Sofía mordía su labio inferior, era tanto el dolor que sentía, que su labio ya le sangraba.

Volvía a darle vuelta a la silla.

1... 2... 3... pare la silla, Susan puso mucha fuerza que su dedo pulgar del pie salió volando por la habitación dejando un caminillo de sangre hasta donde callo.

Sofía soltó un grito desgarrador, yo sonreí al igual que Susan, era algo que comparto con Susan, el escuchar sus gritos desgarradores de las víctimas, y que te dieran esa adrenalina, es algo difícil de describir, pero simplemente hermoso.

Ella soltaba quejidos que para los oídos de cualquiera dirían que eran horribles, y grotescos y le darían pena o miedo, pero a mí solo me generaba felicidad y adrenalina, yo podía hacer que esos gritos se intensificaran o que fueran más aterradores.

Volví a darle vueltas. 1... 2... 3... Volví a parar la silla.

Otra vez podía oír como los huesos de su dedo del pie crujían y este se mallugaba, era simplemente espectacular.

Llevábamos 3 dedos rotos y uno degollado, ella era un mar de llanto, soltaba gritos de dolor y su labio inferior sangraba por la fuerza que había puesto al morderlo.

Yo me divertía al igual que Susan.

Un último dedo y pasaremos a la siguiente tortura.

La volví a girar 1... 2... 3... pare de golpe, su dedo índice izquierdo del pie crujió de una forma indescriptible.

HASTA QUE LA NIEVE CAIGA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora