____ POV
—¿Entonces soy hija de una pueblerina y un noble?— pregunto.
— Así es hija.— Habla mi madre.
—¿Y que paso con Coriane?
— No lo sabemos, después de que ella se fue no volvimos a verla.
—¡Pues claro!¿Cómo esperaban que reaccionara? Si ustedes le arrebataron todo.
— Entiende, si lo hicimos fue para tener todo lo que tenemos hoy día. — Dice mi padre.
— Además, ahora eres nuestra hija, y lo más importante para nosotros eres tú y te amamos.
— Quito mis lágrimas.—¿Y que paso con mi padre? Mi verdadero padre.
— Reginald.— dice mi madre volteando a ver a mi padre.
—¿ Estás segura de saber que paso con el?
— Estoy completamente segura, el era mi padre.
— Antonio.— dice mi madre. — Ese era su nombre.
—¿Que paso con Antonio?— pregunto.
— Después de que Coriane haya cumplido cinco meses de embarazo Antonio quiso hacer algo al respecto con su hija. Pero no lo logró.
—¿Por qué?— pregunto llorando.
Mi padre se queda sin palabras, no dice nada.
Ambos nos vemos fijamente, el llora, y yo igual, pero el me ve con lastima y tristeza, y yo con furor.
— Creo que fue suficiente por hoy.— Dice mi madre intentando sonreír.
— Tu madre tiene razón.— dice mi padre.
— Mañana cuando te sientas mejor hablaremos más de esto.— Ella me abraza por los hombros.
— Está bien. Solo quiero que sepan que yo siempre seré su hija, pero ni crean que los voy a disculpar por esto aún.—
— Está bien. Es justo.— Habla mi padre.— Por hoy descansa,ya es tarde. —
— Buenas noches.— dice mi madre.
— Hasta mañana. — digo y cierro mi puerta.
Me acuesto en mi cama y me decido por dormir.
Me quito el vestido amarillo que llevo, camino hacia mi armario y lo coloco ahí.
Me pongo mi camisón y antes de acostarme me quito el collar.
Y recuerdo que Noah me lo dió está semana.
No duramos nada juntos, y nuestra "felicidad" se derrumbó gracias a esto.
— Entones mi sangre es roja oscura.— digo.
Lloro y ahogó mis sollozos con el collar encerrado en mi puño.
— Te odio Noah te odio.— digo y arrojo al collar al otro lado del cuarto.
Después de pensar en todo y parar de llorar me calmo.
No soy de pensar bajo la Luna, prefiero pensar bajo el sol.
Me duermo y despierto al día siguiente.
El sol pega en mi cara y esto es el acto que me hace levantarme.
Me siento en la cama y digo para mí misma.
— Ahora tienes que ser más fuerte que nada, por la guerra.
Quien diría que la verdadera guerra no estuvo en manos de Alemania
Si no de la propia reina
Una guerra interna
Me acerco a mi ya mencionado armario.
Nada interesante como para contar, solo me preparé para bajar y seguir con la plática que destruyó mi mundo.
Además de que debo ir con Noah, él y yo tenemos que aclarar muchas cosas.
Y en cuanto a León, ya nunca volví a hablar con el y no tengo ni la paciencia ni tiempo como para lidiar con su mentalidad acerca de su reinado y sus planes con el reino.
León no será ni un mal rey ni un buen rey, solo será uno más que el reino vera pasar, y que cada uno de los integrantes de esta familia vea su muerte.
Bajo por las escaleras, y mis manos van bajando por los barandales de plata.
— Buenos días princesa.— Habla uno de los sirvientes.
— Buenos días.—¿Y mis padres?
—No lo sé, salieron en la madrugada y nunca regresaron.— responde el sirviente.
— Está bien.— Asiento. — Nos vemos después.— digo y salgo del castillo.
Abro las grandes puertas y salgo.
Entro al jardín y después abro las ya repetitivas puertas.
Caminando voy, directo al valle donde solía jugar con Noah cuando éramos jóvenes.
Me quedo obsevando todo aquel lugar, y recuerdo todo lo que vivimos, e imagino todo lo que nuestras vidas pudieron aver sido.
Nos hubiéramos casado,y hubiéramos tenido un hijo, o una hija, o ambas.
Comenzó a llover dentro de mi, mis lágrimas corren por todo.
Pongo mis manos en mis ojos intentando evitar más.
Cómo ya lo dije antes, no pienso llorar.
El sol da en todo mi rostro, pero ni siquiera eso logra calmar mi llanto.
—¡Noah!— digo apenas entre cortada mi voz y echo mi cabeza hacia abajo.
El hecho de que todo el amor que me tuvo ahora ya no esté conmigo es desesperante.
—¿Que?— digo cuando algo ante mis ojos aparecen.
El castillo de mis padres está en llamas.
—¡No!— comienzo a correr levantando en puños mi larga falda.
Corro entre las verdes plantas, y voy cayendo entre más camino.
Me voy cayendo con forme camino, y todo el fuego combinado con humo está en mis ojos.
ᘛ🌼～╣╠～☁️ᘛ
