Quedaba media hora para que el sol entrara por los grandes ventanales, para que empezara la función, nunca antes había abierto tan temprano, pero quería tenerlo todo preparado, el miércoles había sido un día largo, casi no le dió tiempo a terminar los bizcochos, ese día no podía haber interferencias ni errores, tenía que estar todo apunto. Pero aún no podía ponerse manos a la obra, tenían otros pedidos y clientes que atender. Todo el tiempo entre medias de ponerse a terminar la tarta y el de esperar a poder entregarla la mañana siguiente, le sobraba, y el resto de pedidos no le parecían lo suficientemente relevantes como para ocuparse de ellos, pero no podía desentenderse así como así.
Para cuando Yangmi llegó ya había varios clientes en las mesas, sorprendida de que Rebeca se las hubiera apañado tan bien sola, sabiendo lo nerviosa que estaba por todo el tema de la tarta, para ella era una simple tarta más, pero podía entender que para Rebeca era una oportunidad para que alguien a quien admiraba tanto, probara una de sus elaboraciones, eso no pasa todos los días, al menos tenía esa suerte. La miraba entrañablemente viendo como se ocupaba de las bebidas con tanta destreza, recuerda lo patosa que era los primeros días, cuando ni siquiera entendía lo que los clientes pedían, y tuvo que pasar muchisimas horas de más en la academia de coreano.
-Venga que ya he llegado, puedes ponerte tranquila con la tarta, cuanto antes te la quites mas tranquila y centrada estarás - dijo Yangmi ya cambiada y dispuesta a relevarle el puesto. Rebeca le dió las gracias y se metió en la cocina.
No solo tenía una tarta por hacer sino dos, había sido previsora y por si cualquier cosa pasaba, hizo dos tartas, no quería que Eunwoo se quedara sin su tarta, además así si no necesitaba las dos, podrían poner la otra a la venta y lanzarla como nueva elaboración por fin. Miraba por la ventanilla de la puerta mientras preparaba la trufa para untar el resto de la tarta, por si hubieran demasiados clientes y le tocara salir a ayudar a Yangmi. Espatuló rápido los laterales de ambas tartas, al principio eso era de lo que mas le costaba, pero fue cosa de preparar muchas tartas que ya lo hacía hasta con una mano. Empezó a escuchar mucho jaleo y decidió meter ambas tartas a congelar y salir a ayudar a Yangmi, de todas formas era mejor que la trufa estuviera congelada para que fuera buen aislante del bizcocho, aún tenía que aplicar el baño de chocolate y sino congelaba bien la otra capa, no quedaría con el resultado deseado.
El murmullo que se escuchaba de fondo, crecía según avanzaba a la puerta, cuando salió se encontró con varias personas ya sentadas y otras esperando a ser atendidas, de pronto había muchísima gente, a veces pasaba, esos días se ralentizaban mucho el resto de pedidos, y sólo una podía atender mientras la otra seguía elaborando mas cosas. Rebeca salió al mostrador para ayudarla a agilizar la cola que se había creado.
-Ya sólo quedan dos clientes yo me apaño tranquila, pero antes de seguir con la tarta porfavor sírvele éste café al de la mesa seis, sabrás quién es por que es el único que no tiene café que no pude dárselo, corre ve - le dijo Yangmi un tanto apurada, lo principal era no perder clientes.
Rebeca asintió y fue directa a la mesa seis con el Iced Americano en la mano, el café mas pedido por excelencia. Iba tan deprisa, y no había podido secarse las manos correctamente que tuvo que hacer malabares para que aquello no se resbalase precipitadamente, aunque de poco sirvió, fue todo muy rápido pero incluso lo sintió a cámara lenta. Si a aquella señora de la mesa cinco no se le hubiera caido el bolso, si lo hubiera recogido a tiempo, si ella se hubiera secado las manos correctamente, si no hubiera ido tan deprisa, si no hubiera habido tanta gente él cliente ya tendría su café y Rebeca no hubiera tenido que ir a entregarselo, entonces nunca se lo hubiera derramado todo encima, hielos incluidos. Pues os podeis imaginar la escena. El chico se levantó con la boca abierta y los brazos a los lados ligeramente levantados para dejar ver todo el café que goteaba de su camisa. Rebeca se tapó la boca, no sabía donde meterse, y mucho menos al descubrir que aquel chico, era Sunwoo. ¿Que narices hacía allí? No podía ser, se giró para mirar de quien iba acompañado,y efectivamente, era él, junto a él estaban sentados Changmin, Chanhee, Younghoon y Juyeon. Younghoon intentaba quitarse también una mancha de su chaqueta, pues aquello había salido disparado por todas partes. Madre mia... era lo único que podía pensar. Nadie decía nada, se hizo un silencio super incómodo, hasta que Rebeca volvió en sí y empezó a pedir perdón sin parar, tenía que volver al mostrador a por varias servilletas y hacerle otro café, pero ¿con qué cara iría allí ahora? todo el mundo lo había visto, se moría de la vergüenza, no tardó ni un minuto en empezar a ponerse roja como un tomate. Para cuando volvió con las servilletas, estaba aún mas roja.
-¡Pues ya no volvemos aquí! - decía Chanhee muy enfadado, mientras que Changmin y Younghoon reían sin parar y Juyeon sólo miraba la escena, miraba a Rebeca atentamente según se movía y luego a Jaehyun que intentaba tomarselo a risa.
-Debería pagarte la camisa- dijo Juyeon todo serio con los manos en la barbilla, analizando la situación, casi parecía que se estab aguantando la risa.
-¡Pues sí, debería!- soltó Chanhee
"No voy a pagarle la camisa" Pensó Rebeca para sí misma, seguro que habría costado mucho dinero, ni en mil años podría permitirselo, pero sí podía hacerle otro café y no cobrarselo claro.
-Lo siento de verdad, no voy a poder pagarte otra camisa pero enseguida le preparo otro café y a éste invita la casa, y le devolvemos el dinero del otro - dijo sin parar de hacer reverencias a modo de disculpa, estaba a punto de ponerse a llorar.
-Vale- dijo jaehyun y se volvió a sentar en la mesa comentando lo indignado que estaba, mientras Changmin y Younghoon seguían riendo sin parar.
Cuando Rebeca llegó al mostrador no cruzó ni una palabra con Yangmi que intentó no parecer muy enfadada, sabía que no hacía falta recordarle lo mal que lo había hecho por que se notaba en su mirada de ojos llorosos, que ella ya lo sabía. Se limitó a preparar otro Iced Americano con rápidez y a tranquilizarse un poco. Para cuando se acercó a la mesa seis para darle el café, vió que estaban cruzando la puerta del establecimiento, Rebeca se quedó ahí unos segundos, en medio de todo, entre todas las mesas, con el café congelandole la mano. No sabía como frenar todas las cosas que empezaron a pasarsele por la cabeza, pero debía seguir, asi que volvió a la cocina con su tarta, lo importante ahora era tener la tarta hecha cuanto antes. Se llevó el café consigo, ya que estaba no iba a desperdiciarlo, estaba tan enfadada consigo misma, que necesitaba urgentemente restarle importancia a todo aquello y centrarse en su tarta, cuando tenía tiempo, eso era siempre lo que mas la relajaba.
Sólo quedaba ponerle el baño de chocolate y las decoraciones, realmente las tartas Sacher tras el baño de chocolate simplemente llevan la palabra Sacher escrita a cornete con glasa, pero al ser una tarta especial, pensó que con esa misma glasa podría escribir Happy Eunwoo Day y distintas decoraciones con manga rizada, de glasa claro y todo ello a color azul. Se puso manos a la obra, bañando primero la tarta sobre una rejilla y decorando con cornete después, primero practicó encima de un papel de horno, pues no podía fallar. ¡Et voilá! Estaba super contenta con su resultado, según la miraba de un lado a otro, realmente la veias y pensabas que estaba hecha para él. Y ya estaba, el resto de horas hasta la entrega se le iban a hacer larguísimas, pero estaba tan contenta de haber podido hacer algo así que hasta había olvidado que hacía apenas unos minutos le había tirado todo un café helado encima de Jaehyun, ¡Jaehyun! En cuanto volvió a recordarlo se le pusieron las mejillas rojas y tenía la cara ardiendo.
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-¡Rebecaaaa! - Gritó Yangmi desde la mesa seis, nada mas y nada menos que la seis. No se habían dirigido la palabra desde el altercado y ahora Yangmi reclamaba a Rebeca en la mesa seis, ésta no se atrevía ni a mirarla a la cara, pero no tuvo mas remedio que ir hacía donde la reclamaban. - ¿No me vas a decir nada? - dijo Yangmi limpiando la mesa.- Lo siento, lo siento mucho - dijo Rebeca cabizbaja
- No lo sientas tanto y no vuelvas a derramar ninguna bebida nunca más y mucho menos encima de un cliente ¡y! y un cliente tan importante como eran ellos. Por favor te lo pido-
-No volverá a pasar, de verdad lo prometo.
- Anda, ve y termina lo que sea de la tarta si es que te falta algo y vete que ya termino yo. Mañana sin falta en la compañía, no hagas que me arrepienta de darte ésta oportunidad.
-Enseguida, muchas gracias Yangmi-
- Si si ¡anda ve! - concluyó su superior.
Rebeca entró en la cocina y tras quitarse el uniforme, cogió las dos tartas en sus respectivas cajas y se marchó del establecimiento. Había sido previsora y había cogido el coche y aparcado cerca de la pasrelería, no era plan de llevar las dos tartas todo el camino en bus. Las aseguró bien en el asiento de al lado y condujo sin parar hasta llegar a casa. Intentaba pensar en toda la ilusión que le hacía poder entregar mañana su tarta en la compañía pero no podía evitarlo, se echó a llorar nada mas puso un pié en su casa. ¿Cómo podía haber hecho el rídiculo de aquella manera? Tenía en bucle a Sunwoo empapado en café y a Chanhee gritando que jamás volverían por allí, no se lo perdonará jamás, el haber sido tan patosa. Aquella noche no hubieron sueños en los que Eunwoo la salvaba de una torre, sino lluvia de café.
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Cakes for goodbyes
Fanfiction¿Por que decidí ir a la compañía a llevar aquel pedido? ¿Por que pidió aquella tarta la primera vez que vino? ¿Por que vino? No tuvo que haberme presentado a su amigo, ni al de la chaqueta azul ni al del pendiente. ¿Por que lo hizo? ¿Por qué? Ni siq...