Sakura dejo la bolsa con la cual se preparaba el amargó café que tomaba Naruto todas las mañanas frente a la mesa de el Hokague; en pocas palabras su esposo.
-Sakura-chan, ¿Qué es esto?- pregunta el rubio dándole algunos golpes ligeros a la bolsa m...
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-¡¡Papá, mamá arriba!!- gritaba Hanami golpeando un cucharón de madera contra la hoya en sus manos mientras entraba revoltosa a el cuarto.
Sakura abrió sus ojos con sorpresa levantó su torso y observo asustada a su pequeña traviesa, Naruto no tardó en hacer lo mismo y ambos devolvieron sus miradas a la alegre Hanami.
-¡He, he! ¿No crees que es temprano?- pregunta el rubio de tez morena apoyando su cabeza en el hombro de su esposa.
-¡Shannabayo! ¡Papá eres un flojo! - Exclama la menor cruzándose de brazos a lo que el Uzumaki queda en blanco.
-Bueno, tu papá es algo flojo- La mujer de cabellos rosa ve a su marido y le da un beso en la mejilla a lo que este hace un puchero - Pero, un buen Hokague. Además jovencita que te he dicho de despertarte a estas horas - exclama la mujer frunciendo el ceño con el claro carácter que siempre tuvo.
Una gota de sudor se resbalo por la frente de Hanami y la pequeña de cabellos rosados y iris azules se retiro lentamente de la habitación por miedo a los regaños de su madre.
Naruto se levanto de su cama y se dirigió a el baño a ducharse y hacer su rutina diaria.
Por otro lado, Sakura estaba ya vestida y arreglada para ir a trabajar, al bajar los escalones de la casa y llegar a el comedor se encontró una semi-linda sorpresa.
-¡Ta-da! Mamá, prepare tu desayuno y el de papá - Decía una muy feliz Hanami señalando la mesa en donde estaban dos embaces con comida quemada y no totalmente apetecible.
Sakura hizo una sonrisa forzada y con inseguridad se sentó en la mesa, al notar la cara sonriente y llena de inocencia de su hija no pendo más y empezó a comer el desabrido plato.
Unos momentos después llego Naruto reflejando terror en su rostro al ver la comidas de la niña, pero, igual que Saura no pudo negarse ante la felicidad de su hija y tuvo que comer.
Después de esa gran torrente de sabores quemados, Sakura, Naruto y Hanami estaban listos. Hanami tenia que ir a la escuela ya que aún estaba estudiando para los exámenes chunnin, Sakura tenia que ir a trabajar y Naruto a hacer su deber de Hokague.
Ya con eso, Naruto estaba en su oficina firmando y leyendo una torre de papeleo que había traído Shikamaru.
El Uzumaki estaba cansado, y a su lado tenia una taza llena de café, la taza era blanca y estaba algo deforme pero la razón por la cual la tenia esa taza de dudosa calidad era porque su querido hija la había hecho a sudor y lágrimas pues fue su regalo por el día de el padre, Naruto recordaba el brillo indescriptible en los ojos de Hanami que se convirtieron en orgullo al entrar cada vez en la oficina de su figura paterna y ver aquella taza en su escritorio.
