Capítulo 2 Ella

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Esa fiesta de cumpleaños... Fue lo mejor de mi perra vida, hasta ese momento claro.

Tomoyo no escatimó en gasto y con la compañía de mis amigos fue genial.

Ahí conocí a Hino Rei una chica preciosa, de un físico envidiable, cabello negro largo, ojos violeta, semblante frío y al mismo tiempo cálido, unos senos y unas nalgas.... Así de antojables, admitió que me fleche por ella.

No intente nada, por temor a quedar mal con Kurogane ya que era su prima, pero fue él quien me la presentó y guiño el ojo cómplice.

«Adoro a este hombre».

Ella me saludo un tanto fría, pero noté qué lo hizo así porque yo estaba con Sakura.

La invité a bailar y eso hizo que se suvizara su rostro conmigo, era bastante directa y sin rodeos me preguntó que si era mi novia «ojalá», negué con la cabeza y en ella apareció una sonrisa triunfante por esa respuesta, no esperaba nada y por ello tampoco hice mucho.

Hino tuvo la iniciativa me beso apasionadamente delante de todos, de reojo vi como Kurogane sonreía por el hecho, Tomoyo se llevaba una mano a la boca del asombro, Mihara, Yamazaki y Hiiragisawa tenían la boca abierta por el hecho, mi mejor amiga se cohibio de la chica que estaba enfrente mío, y solo bajó su rostro.

Quise ir con ella pero la chica en mi boca hizo que perdiera noción de mí y sólo quería más de ella, Tomoyo me hizo un gesto dando a entender que podía subir con la chica.

No tarde en jalarla del brazo en dirección a las escaleras, lo último que divisé fue a una Sakura decaída fingiendo una sonrisa a todos.

En la habitación no iba a intentar nada, pues el recuerdo de la niña que más quería me estaba atormentado.

Fui un débil, Rei se bajó y con ella mis pantalones y truza, abrió grande la boca toda ensalibada y empezó a chuparme con una ganas que no dude en tomarla fuertemente de la cabeza para que se la tragara toda.

Se escuchó un grito ahogado que no me importo, lo hizo tan delicioso que cada segundo que estaba mi miembro en su boca era un placer culposo, no podía tolerarlo más y la terminé ahí mismo.

Ella se agachó y se escuchó un escupitajo, luego de eso la tomé y avente a la cama, jale sus jeans junto con la pantaleta azul que traía, introduje mis dedos y ella gritaba tan fuerte que me comencé a exitar.

Subí su blusa para tocarle el busto, ese busto que me idiotizo, la apretuje fuerte, dejé de ser cortes y la puse boca abajo, le necesitaba ver el trasero ahí bien colocado.

Abrirselo con mis manos fue una delicia, la tomé de su largo cabello y la jale en el momento que la penetre de un solo movimiento, ella grito.

«Creo que la lastimé».

Comencé a moverme nada sutil, cada vez subía más el ritmo de mi entrada y salida, hubo momentos en los que ella dejaba de arquear bien la espalda y la jalaba del cabello.

Me aburrí de que no coopera mejor y la tumbe girandola, alce sus caderas en mi regazo para volverla a penetrar, ella ya me miraba con susto, sonreí con ironía por esa actitud suya y se la deje caer toda, vi como corría de ella una lágrima, eso me exitaba mucho.

Le amase los senos que quedaron rojos, lami esas aureolas que parecía que exigía que me amamantara, la mordí varias veces las clavículas, llevé mis manos a su cuello con afán de sentír como se asfixiaba.

La avente a un costado mío, levante una de sus piernas y la coloqué como si se estuviera girando para ponerse boca arriba, enrrede su hermoso cabello en mi mano y la jale para darle un beso mientras no paraba de penetrarla, la solté casi al final de mi extasis, pero antes de concluir le abofete dos veces solo para terminar aventandole todo mi semen al rostro.

Una vez concluí ella entró al baño y se lavo el rostro, cuando salió me lanzó una mirada de sorpresa y satisfacción, yo la mire complacido.

La verdad, habérmela tirado fue mi mejor regalo de cumpleaños.

Se acercó a mi y me dio su número, dijo con un guiño que siempre que quisiera podíamos repetir.

Y no lo dude ni por un momento, la volví a lanzar a la cama y empecé a acariciarle el clitoris, que hacía que se retorcíera, gritaba tan fuerte como mi mano la manipulaba, perdió muy rápido el juicio pues no pedía, gritaba que me la volviera a tirar.

«Sabía qué mis años de práctica con Sasaki habían servido de algo».

Le introduje tres dedos con los cuales se volvió loca.

Pero yo quería más, siempre me concidere ambicioso.

La coloqué boca abajo mientras penetraba su recto.

Al principio grito, y no de placer, pero insistí en mis movimientos y no tuvo opción más que cooperar, cuando ella se vino, saque mi mano y tome sus caderas, empecé a ser más tosco y a nalguearle el trasero de ensueño que tenía, esta vez no se dobló y mantuvo la espalda bien arqueada, tome su cabello y tire de ella.

Fue tan placentero que no tarde y no dude en vertirle todo dentro de ella, cuando concluí la avente y me hice para atrás.

Fui al baño, me lave y retire del cuarto.

Ella cumplió su propósito de tenerme y yo de cogermela a mi antojo, al menos por una noche.

Cuando baje Kurogane ya me tenía un vaso de whisky y me rodeo los hombros con su brazo, golpeó gentilmente mi rostro y me dijo:
—Ojalá la allás disfrutado.

La verdad me sorprendió su actitud, pero no le di importancia y sólo me límite a asentir con la cabeza y tomarme mi trago.

En eso alzo la mirada para buscar a mi niña de ojos verdes y ella estaba afuera en la fuente con un vaso en sus manos, salí y la salude, ella dudosa me sonrió y bajó la mirada.

—¿Cuándo vas a cambiar Shaoran? —dijo esbozando una sonrisa.

Sabía porque me lo decía, a ella nunca le gustó mi vida sexual.

Al menos que la iniciará tan joven, no era una mojigata ni nada por el estilo, ella era muy abierta de mente y no se asustaba que le contará mis fantasías y hechos sexuales, pero decía que prefería experimentar todo eso en dos o tres años más.

Y bueno yo anhelaba que las experimentará conmigo pero obviamente no le hiba a decir.

La abrace y ella se recargo en mi hombro suspiro y me dijo:
—Feliz cumpleaños mi querido Shaoran.

Eso sin duda superó a mi regalo de cumpleaños anterior, la chica en la cama que hacía un rato me acababa de tirar.

La paz de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora